«En el principio existía el Verbo y el Verbo era Dios». El ministro de educación José Ignacio Wert, debe conocer esta frase de los textos sagrados que el ha debido leer mas de una vez. Y si no me equivoco el Verbo es la palabra y la palabra es la expresión del pensamiento y el […]
«En el principio existía el Verbo y el Verbo era Dios». El ministro de educación José Ignacio Wert, debe conocer esta frase de los textos sagrados que el ha debido leer mas de una vez. Y si no me equivoco el Verbo es la palabra y la palabra es la expresión del pensamiento y el pensamiento la exposición del conocimiento y la inteligencia. Tampoco creo cometer error al decir que no es la inteligencia lo que da forma a la palabra, sino esta la que configura la inteligencia. Mientras mas palabras le llegan a un niño mas se desarrolla su capacidad intelectual. El ministro Wert o se cree omnipotente y decide quien tendrá mas potencia intelectual, o bien considera que Dios es un privilegio de los ricos y que solo ellos tienen derecho al pensamiento, a la capacidad de reflexión, a ejercer la crítica, a juzgar que es lo bueno y que es lo malo, lo mejor o lo peor, lo justo o lo injusto, lo necesario o lo intrascendente, y además a imponerlo. El ministro Wert castiga sin remedio a los menos favorecidos por la fortuna, cuando no tienen la nota precisa que él marca para aprobar las asignaturas y, en consecuencia, los cursos, diciéndoles que no sirven para estudiar. Así los que carecen de medios económicos tendrán que agarrarse a la Universidad con uñas y dientes, con una escuela de escasos recursos y con desnutrición. El Dios de los ricos protege a estos de la ignorancia con colegios fastuosos, profesores particulares y todo tipo de ayudas. Es decir, que no estudia quien quiere, sino quien puede porque así lo designa el ministro Wert. A el lo que si le inquieta es que se vaya a misa los domingos. Tampoco juntos pobres y ricos que para eso cada barrio tiene su iglesia, y como estímulo prioriza la religión sobre cualquier otra materia. Ni matemáticas, ni física, ni ciencia, ni lenguaje: religión y una buena nota eso es lo que cuenta. Aunque sea consciente que de esta forma lo único que conseguirá para el día de mañana será el hastió y el desprecio de uno ciudadanos ignorantes que el propio ministro Wert ha condenado al fracaso como persona, como seres humanos, que sin capacidad para pensar no puedan decidir no ya su religión sino su destino.
Sí; posiblemente el ministro Wert conoce bien la Biblia y la utiliza según su libre albedrío pero desconoce que una gran cantidad de hombres ilustres, sabios, científicos, grandes artistas y prestigiosos empresarios no llegaron a tener una buena nota en toda su vida escolar. Por citar algunos remitiré a Charles Darwin, a Albert Einstein, a Thomas Edison, a Giuseppe Verdi, a Claude Debussy, a Gustave Flaubert, a Paul Cézanne, a Pablo Picasso, a Salvador Dalí, a Jack London, a Jean Cocteau, a Agatha Christie, a Charlie Chaplin, a Abraham Lincoln, a Winston Churchill, a John Lennon y a Walt Disney; y solo son algunos ejemplos.
Ministro, con usted ni siquiera un gran empresario -y artista- como Walt Disney habría sido nada mas que pobre y creyente. No sé porque me dirijo a usted directamente, cuando antes que a usted prefiero a cualquier participante en las redes sociales ¿Por qué? Porque a usted le desprecio ¿Por qué? Porque esta destrozando el futuro de nuestra sociedad. No nos engañe mas diciéndonos que ese limite que impone para aprobar los estudios es para estimular ¿a quien? Es mentira e insisto, usted lo sabe.
Creo que lo mas importante que existe en la vida es la libertad y el conocimiento, y estoy harta de oír necedades. Me permito retarle, perdone el atrevimiento, a mantener conmigo una conversación pública sobre el fracaso escolar para que cada individuo que la presencie o escuche pueda decidir por si mismo la verdad de sus palabras y de las mías.
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