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Los secretos avances de la negociacion del TLC entre Colombia y Estados Unidos

Fuentes: Insurrección

Según las informaciones que el ministro Jorge Enrique Botero y Hernando José Gómez, jefe del equipo colombiano que negocia el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, en la séptima ronda que se dio en Cartagena hubo avances importantes y salieron de allí muy optimistas. Pero la verdad es que los demás no vemos tales […]

Según las informaciones que el ministro Jorge Enrique Botero y Hernando José Gómez, jefe del equipo colombiano que negocia el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, en la séptima ronda que se dio en Cartagena hubo avances importantes y salieron de allí muy optimistas.

Pero la verdad es que los demás no vemos tales progresos, por el contrario, por lo poco que se conoce dicen lo mismo que en las otras rondas: las mesas se fueron cerrando, se trabajarán propuestas y casi todo queda para ser definido en próximas reuniones.

Esto lleva a una pregunta inevitable ¿qué tantas cosas habrán negociado en secreto?

Y con más razón luego de la afirmación que hizo Gómez, según el diario digital el tiempo del 2 de febrero, cuando se le preguntó si era cierto que se había negociado lo referente a la compra de productos usados: «Me queda difícil poner en público cosas que se comentaron en un recinto privado»

No en vano los industriales están alarmados y los agricultores siguen temblando, mientras el resto de los colombianos que no podemos ni estar en el «cuarto del lado», estamos siendo los espectadores y las víctimas de una especie de película de suspenso y horror.

Todos los movimientos que ha ordenado el presidente Uribe siguen reafirmando que hay una decisión tomada de ceder a las imposiciones de los gringos y facilitarles su sueño del Área de Libre Comercio.

El cambio sin explicaciones del ministro de Agricultura, Carlos Gustavo Cano, de la Junta directiva del Banco de la República y las reformas constitucionales que viene impulsando son síntomas inequívocos y direccionados, así como su interés de empalmar con los países centroamericanos que negocian el TLC.

El ministro Cano se había convertido en una persona difícil para viabilizar el TLC, por su posición de proteger a los agricultores nacionales de la voracidad transnacional, que sin duda llevará a sucumbir a los grandes y pequeños productores. El nuevo ministro además de ser neoliberal convencido, es uribista.

Tampoco le convenía tener en la dirección del Banco de la República a alguien que le discutiera lo que hay que hacer o le criticara su posición ambigua frente a la revaluación del peso. Todo debe hacerse según su lacaya voluntad.

Uribe ha prometido subsidios a los productores de arroz, de banano, de algodón, de flores para acallar sus protestas por la forma como se adelantan las negociaciones de productos agrícolas y la nada disimulada decisión de ceder hasta en cuestiones que los propios gringos no han pedido.

Para tomar esta medida de subsidiar no le interesó la situación del fisco nacional, ni las consecuencias que pueda producir, pues de todas maneras son subsidios temporales, paños de agua tibia para aliviar la oposición mientras terminan de negociar.

Una evidencia clara de decisión de ceder en el tema de las franjas de precios de los productos agrícolas fue la respuesta que dio a los palmicultores ante su preocupación, sencillamente deben buscar alternativas porque no hay marcha atrás. El problema grave es que ni los palmicultores, ni nadie tiene otra alternativa.

Es tan escandalosa la disponibilidad del gobierno que hasta el desprestigiado presidente de Perú, comentando las presiones que recibe para que su delegación ceda ante las franjas de precios dijo que la posición del gobierno colombiano era de negociar «si o si».

En Cartagena se establecieron diez mesas de negociación pero las informaciones reales de lo que allí pasó no las tienen sino el equipo negociador y el gobierno.

Una vez más se dijo a los industriales que Estados Unidos aceptó bajar aranceles a la mayoría de los productos susceptibles de desgravar, excepto calzado y textiles. Sin embargo sobre los productos agropecuarios lo único que se informó es que se tratará en mesas especiales en rondas que harán entre febrero y marzo.

También se dejaron para próximas reuniones temas como controles no arancelarios (sanitarios y fitosanitarios), inversiones, normas de origen, competencia, asuntos institucionales, asuntos ambientales y por supuesto el de propiedad intelectual.

En síntesis casi todo. ¿Dónde están los avances?

Lo único tangible que quedó luego de esta séptima ronda es el temor generalizado en todos los gremios por la invariable posición gringa de no perder, duchos como son en sacar ventajas por las buenas o por las malas, y la levedad de los argumentos defensivos por parte de la delegación colombiana.

Todo sigue demostrando que para nada se tienen en cuenta la mayoría de los colombianos. Ni los campesinos que no exportan, ni las pequeñas y medianas empresas, ni siquiera las maquiladoras. Los únicos que tienen voz allí, aunque no voto, son los grandes productores y comerciantes.

Continúan amenazadas seriamente las telecomunicaciones, la televisión, la cultura, las empresas telefónicas, las empresas de licores, los textileros, los sectores agropecuarios, la salud, la educación, la seguridad alimentaria, así como nuestros bosques y toda la rica biodiversidad.

Como van las cosas la mayoría de los sectores productivos, de cualquier dimensión, saldrán perdiendo. Pero, como siempre, será el pueblo el que más pierda.

A esas grandes mayorías que se expresaron afuera del Centro de Convenciones y en otras ciudades del país, se les está negando el futuro sin ninguna vergüenza. Para ellos están la policía, el ejército, los paramilitares, eso si está claro.

Lo nuevo en la táctica de los negociadores de EEUU es que ahora separarán las llamadas mesas, pues dentro un mes una funcionará en Washington para tratar el tema agropecuario y otra en Miami negociará lo relativo a textiles. Han aceptado que se requiere más tiempo y sin discusión han alargado el proceso hasta el 30 de junio.

Ya no tienen tanta prisa pues dentro de su país está gestándose una oposición a estos tratados bilaterales tanto en los productores como en el Congreso, ya que ellos también saldrán altamente perjudicados. Además Bush, en esta segunda parte de su tirano ejercicio ha priorizado la profundización de algunas medidas para recortar el gasto social que traerán consecuencias internas.

Ahora, para seguir confundiendo se han inventado el término «mini rondas», como las que se darán en Estados Unidos, con el fin justamente de minimizar los alcances de los temas a tratar. Es interesante todo el rejuego de palabras, de frases repetidas, de todo un lenguaje que ha surgido en este proceso, que pretende transmitir optimismo, que nada dice y todo oculta.

La lucha contra el TLC debe continuar, sin descanso y con mayor fuerza, pues gracias a la conciencia que se ha ido ganando a lo largo y ancho del país no fue posible que en este enero se terminara la entrega de Colombia como se habían propuesto los yanquis y el servil gobierno colombiano.

Este tiempo debemos aprovecharlo para ganar mayor organización, para divulgar lo que está sucediendo, para exigir la suspensión de esta criminal y truculenta negociación porque el país es de todos los colombianos, no le pertenece a Uribe y sus secuaces ni tampoco a los grandes gremios económicos.

La búsqueda de alternativas al neoliberalismo es una prioridad. La Alternativa Bolivariana para América es una propuesta no solo propia, sino posible para nuestros pueblos pues es la única oportunidad de desarrollo y progreso mancomunado en base a las riquezas que nos pertenecen.

Están en juego la vida y la soberanía, asumamos su defensa sin vacilar.

Insurrección es la revista del Ejército de Liberación Nacional (ELN)