Recomiendo:
0

Los Sindicatos y un nuevo Partido de los trabajadores: Entre el escepticismo y el entusiasmo

Fuentes: Revista Socialismo revolucionario

Algunos compañeros en la «izquierda revolucionaria» plantean actualmente que la creación de un partido de trabajadores en Chile requiere mas que la buena intención de algunos dirigentes, argumentando que no están todavía las condiciones para que un sector importante de la clase obrera sienta la necesidad de un nuevo partido. Esta conclusión se explica porque […]

Algunos compañeros en la «izquierda revolucionaria» plantean actualmente que la creación de un partido de trabajadores en Chile requiere mas que la buena intención de algunos dirigentes, argumentando que no están todavía las condiciones para que un sector importante de la clase obrera sienta la necesidad de un nuevo partido.

Esta conclusión se explica porque en el sector organizado de los trabajadores, los sindicatos, todavía muchos dirigentes sindicales no apoyan abiertamente la idea de una nueva alternativa política de clase. Sin embargo a este argumento le hace falta también explicar el tipo de partido que pretenden los compañeros ayudar a construir y la base de apoyo social con que esta iniciativa se lance.

Lanzar públicamente un partido es un paso importante para generar confianza y sentido de pertenencia a quienes se esta convocando. Muchos pobladores en los últimos años salieron a defender su derecho a vivienda y en esta lucha comprobaron primero que el sistema actual beneficia solo a quienes tienen plata y que los pobres se las tienen que arreglar con bajos sueldos o con alguna ayuda o subsidio estatal que puedan lograr frente a la burocracia de un organismo de gobierno. En este camino además se encontraron con promesas y mentiras de los políticos tradicionales y finalmente con la represión si salían a protestar a la calle por sus demandas.

En el transcurso de esta lucha concluyeron que en Chile la clase trabajadora no tiene representación política, dado que no hay ningún partido u organización política que claramente este defendiendo, en primera línea, los derechos y las luchas de los trabajadores.

Esta situación no puede continuar así y para eso hay que dar pasos concretos hacia la formación de una nueva organización política de clase. El hecho de que en un primer momento solo sea una organización de pobladores, un sector de la clase trabajadora de Santiago que con movilización ha logrado hacerse escuchar refleja también la crisis y el retroceso que experimento la izquierda tradicional en el ámbito popular.

Inscribirse o no inscribirse legalmente: un dilema superable

Sin embargo para que las demandas por el derecho a vivienda digna y con buenos estándares de calidad para los trabajadores y los pobres sean totalmente resueltas, se requiere no solo de la organización por una demanda especifica sino también hay que dar pasos para construir una organización más poderosa, que además de agrupar las demandas mas sentidas de los trabajadores, se plantee como una forma mas de lucha, intervenir activamente en el sistema político con el fin de elevar el nivel de conciencia de la clase trabajadora que se requiere para comenzar a transformar las condiciones de vida de la mayoría del país.

Los trabajadores necesitan un partido que ayude a coordinar y conducir sus luchas y una primera parte tiene que ver con la necesidad de levantar una campaña para legalizarlo que hay que ayudar a llevar adelante y esto requiere de todo el apoyo posible.

El sistema electoral chileno esta pudriéndose entre otras razones porque en el parlamento solo están representados los dos bloques que defienden los intereses de los ricos. Una mayoría con políticas conservadoras y fascistas y los otros con políticas liberales que pretenden ser progresistas, pero en ninguno de estos bloques y sus respectivos partidos los intereses de los trabajadores están en sus principios y menos en sus agendas programáticas.

Por otra parte, en la llamada izquierda extraparlamentaria o izquierda tradicional, a pesar de lo que dicen las declaraciones en el papel, tampoco se ve que sus dirigentes o partidos estén abierta y claramente del lado de los trabajadores. El doble estándar que en el mundo sindical todavía juegan partidos como el PC, el PS e incluso la DC ha determinado claramente que la conclusión por la necesidad de un nuevo partido de clase demore en concretarse.

Pero la dirigencia sindical chilena, con claras tendencias burocráticas, débil, oficialista, pro empresarial, no es lo mismo que un sindicato de base. Sin duda es en las confederaciones de sindicatos donde abra mayor resistencia ya que por su orgánica ha estado mas sujeta al control de los partidos tradicionales, al carrerismo, al caudillismo y al oportunismo.

Esto hace que la campaña por un nuevo partido de trabajadores en el sector sindical debiera tener como premisa el acercamiento directo a los dirigentes de sindicatos de base y a sus afiliados.

La posibilidad de contar con una oficina sindical donde poder hacer las reuniones no podemos desaprovecharla, pero esto no significa que nuestra campaña quede reducida a estas paredes y a la simpatía de algún dirigente. Hay que salir a la calle, cerca de los centros de trabajo, es allí donde los sindicalizados también debieran enterarse de la iniciativa. En principio se puede lograr un apoyo directo a la iniciativa en esto lugares pero si no es así, inevitablemente debería causar un efecto en muchos, que comenzaran por lo menos a discutir lo planteado en la convocatoria.

De esta forma se puede lograr que quienes apoyen la iniciativa a modo personal también puedan convencer al resto y presionar incluso a dirigentes sindicales que, todavía simpatizan o militan en los partidos tradicionales, se decidan a dar el paso y apoyen la construcción de una nueva organización política. El escepticismo frente a una nueva alternativa política de clase en el sector sindical es una barrera que se puede superar haciendo una campaña abierta.

La critica contra la inercia, la traición o los privilegios de los dirigentes sindicales la tienen que dar los trabajadores que con entusiasmo abracen la idea de un nuevo partido. Por otro lado el escepticismo frente a algo nuevo no solo refleja un sano cuestionamiento, también es reflejo del miedo al cambio e incluso en algunos el temor a perder sus actuales posiciones.

El autor es miembro del Comité por une internacional de los trabajadores (CIT)
http://correosemanal.blogspot.com/