En algunos días más se elegirá un presidente de la república además de senadores y diputados. Como viene sucediendo desde hace ya bastante tiempo, el grueso de la población demuestra «no estar ni ahí» con la oferta hecha por las coaliciones y la única cuestión por resolver es si los votos a favor permitirán al […]
En algunos días más se elegirá un presidente de la república además de senadores y diputados.
Como viene sucediendo desde hace ya bastante tiempo, el grueso de la población demuestra «no estar ni ahí» con la oferta hecha por las coaliciones y la única cuestión por resolver es si los votos a favor permitirán al que va primero en las encuestas, ganar en primera vuelta.
Los de aquí y los de allá ocupan todos los espacios disponibles con sus rostros, slogans y jingles. Muchos besitos, sonrisas, uno que otro regalito, algunas letras en papel cuché y nada más. Nada cambiará salvo el color político de las autoridades.
Candidatos ligth prometiendo esto y lo otro, sin interés en cambiar el estado actual de cosas, salvo una que otra manito de gato que al final dejará todo tal cual está
Con mucha labia apelan a la participación y se quejan amargamente del poco interés de las personas. Acusan falta de conciencia cívica, buscan mil y una excusas, pero se cuidan mucho de decir QUE ELLOS SON LOS RESPONSABLES DE LO QUE PASA.
En efecto, parecen olvidar que se reunieron en secreto con la dictadura y concordaron un camino, con el aval de la Iglesia y Estados Unidos, que pusiera término a la presión milica, a cambio de tocar poco o nada el edificio instalado por los golpistas.
Algunos estuvieron descontentos un par de años, pero hoy todos son parte del show.
Y la gente se compró el cuento durante varios procesos electorales hasta que de repente le cayó la teja de los estaban estafando.
De los grandes cambios ofrecidos, un ajuste por aquí y uno por allá y pare de contar.
En lo que respecta a los trabajadores sus cambios están a la vista.
Polifuncionalidad, Flexibilidad y Precarización. Dificultades para negociar y constituir sindicatos. ¿Y es de eso que se sienten orgullosos?
¿Esto es esto lo que se están comprometiendo a profundizar?.
Por eso que no se les cree. No le echen la culpa a quienes les critican, ni se justifiquen con que el sistema no les permite avanzar más. Son ustedes los únicos responsables de que el pueblo no participe.
Son una casta que no quiere soltar las regalías que les entrega el capital, solo luchan de la boca para afuera pues están muy contentos con lo que tienen.
¿Qué hacer entonces?
Algunos llaman a no votar, pero no proponen alternativas y eso deja incompleta la propuesta.
¿Cambiará algo si mañana vota menos del 40% de la población?
NO. Solo corremos el riesgo de que los militantes cautivos, junto a familiares amigos y conocidos de los candidatos terminen definiendo que se hace y que no se hace en el país.
Es claro que son muchos los descontentos por que votaron por fulano o por fulana y nada de lo que prometieron se cumplió.
La gran mayoría de los ofertantes no tiene la menor intención de cambiar el estado actual de cosas. Corresponderá a los propios votantes estar pendientes de controlar las propuestas que se les hicieron y desenmascarar a los mentirosos.
Ese control se hace de buena manera, desde la organización social y desde el Sindicato. Partamos controlando y al mismo tiempo engrandezcamos la organización, hasta que lleguemos a entender que está en nosotros, solo en nosotros, en la mayoría de los que poco o nada tenemos, instalar en los cargos de representación popular a nuestros representantes.
No estoy llamando a los trabajadores a votar por cualquier pelafustán, los estoy invitando a que participen informados.
Si no van a votar que sea una opción basada en el descontento profundo y en el rechazo total a este sistema, pero también pensando en cuál será la alternativa a construir, porque lo que es claro es que no votar y sentarse a esperar no es el camino, solo le sirve al sistema.
Si la opción es votar, marque un candidato y controle la gestión del elegido. Al mismo tiempo engrandezca la organización en la que participa o ingrese a una si aún va por ahí solito.
Si los que le ofrecieron cambiar la sociedad no le cumplen, en la próxima ocasión que los candidatos salgan de las propias organizaciones para hacer los cambios.
Sea una u otra la opción que lo represente, tenga en claro que si usted no participa, todo seguirá igual.
MANUEL AHUMADA LILLO es Presidente de C.G.T CHILE