Miles de trabajadores estatales han salido a las calles ha demostrar su malestar en contra del gobierno, que se niega entregar a estos trabajadores un 14.5 % de reajuste para sus sueldos. Por primera vez en muchos años, hemos visto movilizaciones masivas en las principales ciudades de nuestro país. Los trabajadores han demostrado en las […]
Miles de trabajadores estatales han salido a las calles ha demostrar su malestar en contra del gobierno, que se niega entregar a estos trabajadores un 14.5 % de reajuste para sus sueldos. Por primera vez en muchos años, hemos visto movilizaciones masivas en las principales ciudades de nuestro país.
Los trabajadores han demostrado en las calles su decisión de luchar por un reajuste, que por lo menos les ayude a recuperar en algo el poder adquisitivo que han perdido en el último año, sólo los servicios básicos (agua, luz, gas, teléfono), han subido un 40% en los últimos 12 meses.
Estas movilizaciones de un sector de la clase trabajadora, están mostrando el camino que deben seguir el resto de los trabajadores de nuestro país, si es que queremos recuperar en algo el salario que hemos perdido en el último año a raíz de las alzas de los alimentos y servicios básicos.
El gobierno y los empresarios quieren que la crisis la paguen los trabajadores.
Como siempre el gobierno y los empresarios quieren que la crisis la paguen los trabajadores y sus familias y si no nos movilizamos, veremos como esto se ira concretizando paso a paso. La única manera de evitar que nos hagan pagar la crisis es luchando y defendiendo nuestros derechos en las calles, al igual que los trabajadores estatales.
La política de consenso social practicada hasta ahora por la mayoría los dirigentes sindicales y de algunas partidos de «izquierda», inevitablemente esta chocando con la cruda realidad. La política de los acuerdos, no le ha servido a los trabajadores, esto a pesar de que nuestro país ha vivido casi dos décadas de crecimiento económico.
Hemos visto como en los últimos años las condiciones de vida de las clase trabajadora ha empeorado, tenemos condiciones de trabajo cada vez mas precarias, perdida de poder adquisitivo, deudas que en promedio representan hasta 5 o 6 veces nuestro salario, hipotecas por 20 o 30 años, que tuvimos que firmar con los bancos para poder comprar una casa, por otro lado vemos recortes en los gastos destinados a salud y educación, que empeoran aun más nuestras condiciones de vida.
Hoy que estamos frente a una de las peores crisis del capitalismo desde los años treinta, podemos estar seguros que el gobierno y los empresarios nuevamente nos quieren hacer pagar la cuenta a los trabajadores.
Todo lo anterior esta en el trasfondo de la negativa del gobierno de la Concertación para entregar un miserable 14.5% a los trabajadores estatales, con lo que ni siquiera se recupera el poder adquisitivo perdido por las alzas de los alimentos y servicios básicos. Cualquier cifra por debajo del 14.5% significara en los hechos un recorte de los ingresos reales de los trabajadores.
¿Que harán los dirigentes sindicales?
Las bases sindicales están dispuestas a luchar, como ha quedado demostrado en la última semana, esto por supuesto complica a los dirigentes sindicales «realistas», que casi siempre usan como excusa la falta de participación de las bases, para llegar a acuerdos que terminan siendo nefastos para los trabajadores.
La mantención de la «paz social» desde la vuelta a la «democracia», sólo ha servido para empeorar las condiciones de vida de los asalariados. Los Trabajadores tenemos la urgente necesidad de exigir a nuestros dirigentes sindicales cambiar su política de acuerdos que solo nos ha perjudicado y asumir una política de lucha en defensa de nuestros derechos y si esto no ocurre, debemos entrar a cambiarlos por dirigentes que si quieran asumir esta lucha que es inevitable.
Debemos impulsar un plan de lucha, para defender nuestros derechos.
Este es el primer ataque directo a los trabajadores, pero los empresarios privados también están preparando nuevos ataques a nuestros niveles de vida.
Una de las principales tareas del momento es impulsar un plan de lucha en defensa de nuestros derechos, unificando los conflictos de todos los sectores, no solamente de los trabajadores estatales.
Llego la hora de organizar un paro general de 24 horas, con el objetivo de defender los niveles salariales, defender el empleo y garantizar los servicios públicos para nuestras familias, como salud y educación.
Esta súper claro que necesitamos un nuevo sindicalismo, un sindicalismo combativo, que realmente representen los intereses de los trabajadores y no de los partidos en los que ellos militan, como ha sido el caso hasta ahora.
Crisis profunda del capitalismo ¿cual es la alternativa?
El capitalismo en el mejor de sus periodos, ha condenado a la mayoría de la población a vivir en la pobreza o de frenton en la miseria, como es el caso de más de 200 millones de latinoamericanos. El cambio de mentalidad es central y de suma importancia si quieres producir cambios en las condiciones de vida de la clase trabajadora en nuestra sociedad.
Cuando un dirigente sindical o político acepta abiertamente o por falta de alternativa, el sistema capitalista, como el único sistema posible. Inevitablemente termina aceptando sus injustas leyes económicas y políticas, que condenan a millones de trabajadores y sus familias a vivir en condiciones de miseria en nuestros países.
La idea de algunos dirigentes reformistas (o que pretenden serlo) de que existe una tercera vía entre el capitalismo y el socialismo, se demuestra que no tiene ninguna posibilidad, sobretodo cuando el capitalismo ha entrado en su periodo de crisis más profundo de las últimas ocho décadas.
Sólo con la nacionalización de los bancos y los grandes grupos económicos nacionales y transnacionales, bajo control democrático de los trabajadores, se terminara con el caos y la destrucción de riqueza que produce el capitalismo.
El desempleo masivo y los sueldos miserables, al que nos están condenando los empresarios, nos vienen a demostrar que el capitalismo es incapaz de hacer funcionar la sociedad de una manera racional.
La alternativa es empezar a pensar en una sociedad que se preocupe del interés general de la población y no en una minoría de bancarios usureros y de los grandes monopolios. Necesitamos poner fin a la propiedad privada de los medios de producción, especialmente de los que son de interés público, como es el caso del agua y la energía.
La necesidad de construir una sociedad socialista.
La mantención del capitalismo significara, niveles de cesantía aun mayores a los que hemos visto hasta ahora, incremento de la pobreza y la desigualdad, peores niveles de vida para la clase trabajadora y sus familias.
La única alternativa es el socialismo, o sea, la organización de la sociedad pensando en la mayoría de la población trabajadora. Lo que esta claro es que no existen alternativas parciales o intermedias, como plantean algunos, que lo único que consiguen con esas políticas son nuevos y peores ataques contra la clase trabajadora.
Lo que esta demostrando la lucha de los trabajadores estatales, de la salud, la educación, de las municipalidades y de los diferentes ministerios, es que la lucha por la transformación socialista de la sociedad, cuenta con un gigantesco punto de apoyo, la fuerza de la clase trabajadora, cuando decide movilizarse para producir los cambios que necesita.
Celso Calfullan (Socialismo Revolucionario)