Las mujeres asesinadas por sus parejas no mueren solas. La violencia sexual no la producen el verano ni la «ropa demasiado corta». A las políticas no las definen sus zapatos ni su flequillo. Pero, sí, todas esas afirmaciones hemos visto este 2019 en titulares de prensa escrita.
Pasadas dos huelgas feministas con participación masiva y seis años desde el primer Machismo y medios, en 2013, acaba un año más y sigue habiendo material de sobra para este artículo. Sigue habiendo mujeres sin nombre, columnistas señoros y graves errores en la información sobre violencia de género en pareja. 2019 ha sido, encima, el año en que el machismo sin caretas de la extrema derecha entró en el Congreso.
El machismo declarado hoy tiene 52 diputados, pero antes de lograr una representación institucional sin precedentes en democracia tuvo mucho espacio en los medios. Ahí van, como cada año desde hace seis, los titulares más machistas de 2019.
Violencia de género en pareja
Da igual cuántos manuales sobre cómo abordar el tratamiento informativo de la violencia de género en pareja se hayan publicado: en 2019 hemos vuelto a ver titulares en los que «las mujeres mueren». No me molesto ni siquiera en enlazarlos: son muchos, ocurre a menudo y, sí, sé que en muchas ocasiones en el titular que puede una poner en un primer momento, cuando aun no se conocen detalles de los hechos.
El problema es que a la formulación «una mujer muere» acompaña un relato en el que las víctimas se lo buscaron, los verdugos quedan ocultos detrás de formas impersonales y los asesinatos sirven para cazar clics o se engloban en «tendencias», como hizo La Vanguardia en una de sus portadas en papel de marzo y señaló aquí la periodista Ana Bernal.
Veamos varios ejemplos de cómo exculpar a los asesinos. Cuando El Mundo titula ‘La volcánica relación que mató a Lourdes’ para informar de que un hombre asesinó a su pareja en Murcia genera una desviación y despersonalización: en esta elección de sujeto-verbo-predicado no la mata un asesino, sino «una relación volcánica», como señaló Victoria Rosell en su cuenta de Twitter. El Mundo rectificó y cambió el titular.
El uso de la voz pasiva y la mención a la ropa «demasiado corta» hacen de este uno de los titulares más vergonzosos de 2019: ‘La asesinada en Vinaròs fue descuartizada y enterrada por vestir ropa demasiado corta’ es el titular de El Confidencial que, como señaló la red Comunicadoras 8M, lo hace sin una sola fuente y en condicional. El cuerpo del texto añade además que la mujer era «una chica atractiva; mucho, probablemente, para su presunto asesino».
Otro más: ‘Una mujer muere en un incendio tras ser encadenada por su pareja’ es una curiosa forma de resumir en un titular que una mujer no pudo escapar de las llamar por la retención ilegal a la que era sometida por su pareja. Por último, sobre el tratamiento de la violencia de género en pareja en los medios: en 2019 hemos visto ejemplo de la técnica de la batidora de la que 2015 nos dejó un buen ejemplo, una portada de ABC.
Mezclar violencias para que así, todas juntas, sean lo mismo, es lo que hace el titular ‘Un crimen que deja un matrimonio muerto a tiros conmociona La Zubia’ (para resumir que un hombre asesinó a su pareja), fue portada del periódico granadino Ideal.
Violencia sexual
Después de un 2018 en el que, en el contexto estatal, la sentencia de La Manada dictada por la Audiencia de Navarra nos hizo a todas leer el Código Penal para comprender cómo los términos jurídicos son distantes de las experiencias de violación, llegamos a un 2019 en el que mujeres en todo el mundo gritan «El violador eres tú» aunque Cayetana Álvarez de Toledo contradiga estos gritos y se burle del «solo sí es sí» en prime time, como hizo en el debate electoral de RTVE previo al 28 de abril.
En el tratamiento de casos de violencia sexual, 2019 nos deja algunos titulares que sirven para posicionar a los autores que los redactan y a los medios que los difunden en el lado de Álvarez de Toledo. Es lo que hace El Mundo al publicar: ‘El lado oscuro del verano: más agresiones sexuales y más sumisión química’.
Como con la violencia de género en pareja, de este modo se despersonaliza al agresor, en este caso de una manera ridícula: porque no, no es el verano quien viola.
Otros titulares donde se difumina al agresor de manera incomprensible son ‘Una mujer pierde una oreja en una salvaje agresión sexual en La Rambla’ o el vídeo sobre una mujer que «se difundió»: la mujer se suicidó porque cerca de 2.500 compañeros vieron y difundieron un vídeo de contenido sexual. Cuando, por fin, un medio reconoce a un agresor, hemos visto cómo ponen el foco en ella (‘Tres menores detenidos por abusar de una joven de 14 años ebria en Gandia’, ‘La joven de Bilbao violada por seis hombres había quedado con uno de ellos’)…
…o se le disculpa: ‘Una mente prodigiosa con mala cabeza: el caso del profesor de la USC Luciano Méndez’, profesor de la Universidad de Santiago suspendido por sus comentario sexistas sobre alumnas que El Correo Gallego entrevistó, mereciéndose el reproche del colectivo Xornalistas Galegas.
Lo de empatizar con el agresor lo vimos por aquí con el caso paradigmático de Oscar Pistorius, en 2013, y lo hemos visto también este año, cuando no han faltado los micros para los condenados por la agresión sexuales de Aranda de Duero, como por ejemplo en esta pieza: ‘Entrevista a uno de los condenados del Caso Arandina: ‘Pagamos las resacas de las demás manadas».
Las mujeres políticas llevan ropa El año de la múltiple cita electoral, con repetición de elecciones generales, que se celebraron primero el 28 de abril y luego el 10 de noviembre, ha dejado sutilísimos titulares (¿se nota la ironía?) sobre las mujeres políticas. En este apartado hay un combo perfecto: mezcla El Mundo y las CUP y la cosa del machismo no falla. Así tenemos, sobre Mireia Vehí: ‘La madre de Mireia Vehí, la diputada de la CUP que se quitó el flequillo para ir al Congreso: ‘Le hace mucha ilusión’‘, un titular hermano de ‘La vida reinventada (y sin flequillo) de Anna Gabriel’.
Para justificar sus chorradas, El Mundo que es muy cuqui, lo etiqueta como «famosos» y publica en su sección de petardeo: La Otra Crónica. No cuela, como tampoco cuela el de ‘Queremos mucho a la niña, pero no está para vicepresidenta’, referido a Irene Montero, portavoz de Unidas Podemos.
Fue la propia protagonista del titular, Carolina Bescansa, la que denunció este titular de El Economista: ‘El cambio radical de Carolina Bescansa cuesta casi 5.000 euros: blefaroplastia, rinoplastia y más. También en el contexto electoral, 2019 nos dejó este ejemplo de cómo las mujeres son viejas y ellos maduros: así, mientras Manuela Carmena «va contra el tiempo a sus 75 años», el alcalde Paco de la Torre a la misma edad es «insustituible»-
Y, aunque esta selección de titulares da bastante grima, ninguno supera a ‘Díaz Ayuso enseña toda su entrepierna en su toma de posesión’, titular publicado en El Español y luego convertido en ‘El polémico vestido de Díaz Ayuso en su toma de posesión’.
Señoros
Va por delante un aviso: me he quitado de leer columnistas señoros. No, ya no me leo lo de los javieresmarías, prefiero leer las columnas de Edurne Portela, Silvia Nanclares o Sarah Babiker. Pero deben de seguir ahí. Desde luego ahí sigue Federico Jiménez Losantos, que cargó contra Ana Blanco, periodista que moderó uno de los debates previos a las elecciones del 10N.
Y peor que un columnista señoro, pero merecedor también de entrar con nombre propio a este museo de los horrores de 2019, es Javier Negre. El ¿periodista? ha tenido que rectificar este año por inventarse una entrevista a una supuesta víctima de torturas por parte de Sergio Morate, quien asesinó a su pareja y a una amiga de ésta en Cuenca en 2015. La joven nunca ofreció la entrevista y el caso pone al descubierto cómo la violencia de género en pareja es carne de cañón para algunos medios.
Mujeres solas, mujeres de, mujeres sin nombre
Todo lo anterior no podría existir sin los ejemplos que vamos a ver a continuación: titulares que invisibilizan y ridiculizan a las mujeres. Si hubiera una pirámide de la violencia machista mediática, en su base estarían titulares como los de este apartado. Empecemos por un ejemplo tonto: ‘Histórico: dos mujeres caminarán solas el espacio’ donde «solas» viene a significar «sin hombres.
Junto a este «mujeres solas» tenemos a las «mujeres de», un clásico literario que este año hemos visto renovado gracias a Siri Hustvedt. Con un Premio Príncipe de Asturias en la mano y una impresionanre carrera como escritora, algunos medios se han referido a la novelista como «la mujer de».
La misma lógica está detrás de ‘Una mujer gana por primera vez el premio ‘Nobel’ de Matemáticas‘ y ‘Una lesbiana, nueva alcalde de Bogotá‘: la de no nombrar a las mujeres.
‘Letzia está de los nervios y no son los 47 años’ o ‘Laura Escanes abandona a su hija para irse de copas’ son otros ejemplos de la visión estereotípica de las mujeres que los medios apuntalan.
No puedo acabar sin mencionar un caso que he vivido de cerca desde la redacción de El Salto: el caso Infancia Libre, por el que varias madres que denunciaron abusos sexuales contra sus hijos e hijas han acabado señaladas por la Policía. Mientras se esclarecen los casos, muchos medios han encontrado en estas mujeres un blanco perfecto en el que descargar sus prejuicios y, así, mientras la justicia aun no ha dictado sentencia, a ellas ya las han señalado como «brujas secuestraniños» sin consecuencias. Lo explica mejor Sara Plaza.
Un apunte para acabar: en la colección de este año no hay ningún titular deportivo. Ojalá tampoco lo haya en 2020, año en que se celebran en Tokyo las Olimpiadas…
Fuente: https://www.pikaramagazine.com/2019/12/machismo-y-medios-lo-peor-de-2019/
Sobre la autora: Es periodista con experiencia en prensa local y regional, máster en Estudios Interdisciplinares de Género, profe un rato, ayudante de producción de vez en cuando. Actualmente redactora de www.elsaltodiario.com y colaboradora de Pikara.