El domingo 26 de noviembre ha tenido lugar en Londres una manifestación a la que, bajo el lema “contra el antisemitismo” han sido convocados todos los judíos residentes en Gran Bretaña para que apoyen el exterminio que Israel lleva a cabo en Gaza. La marcha, que en realidad ha servido para que la población hebrea proisraelí se ratificara en su supremacía racial, ha congregado en la capital del Reino Unido a varios miles de personas que han discurrido con normalidad por el centro de Londres hasta la plaza de Trafalgar.
Los organizadores de la marcha han exigido la liberación inmediata de todos los rehenes y tolerancia cero en el antisemitismo, que ellos interpretan como la cada vez mayor oposición internacional a la aniquilación sistemática de población palestina que el ejército israelí lleva a cabo en Gaza.
Ante el apoyo público que han recibido por parte de grupos neonazis -como ha sido el caso de la European Defence League-, los organizadores se han negado a reconocer las similitudes del exterminio indiscriminado que la “Wehrmacht” del estado israelí lleva a cabo en Gaza con el proyecto genocida, conocido como “solución final”, que la Alemania nazi practicó, a mediados del siglo XX, con la población judía.
El líder ultraderechista británico Tommy Robinson intentó aproximarse a los organizadores de la marcha para manifestarles su solidaridad en el exterminio de poblaciones árabes, pero estos no quisieron establecer similitudes y requirieron su detención a la policía. De esta forma, los organizadores de la marcha han intentado dar una imagen limpia del régimen pseudo nazi en que se ha convertido Israel, con la ocupación ilegal de tierras palestinas, las torturas a detenidos, los asesinatos impunes, la feroz violación de derechos humanos y la sanguinaria represión a que Israel somete a todo palestino que pretende hacer valer sus derechos. Los politólogos que se han ocupado de comparar ambos regímenes, han encontrado muchos puntos de contacto entre ambos, como son la limpieza étnica, la supremacía blanca (en este caso hebrea) y el apartheid que Israel aplica contra las poblaciones palestinas.
La policía londinense ha brindado una amplia protección a los manifestantes, protección que ha sido ampliada con empresas de seguridad privadas contratadas por los organizadores.
Por otra parte, en esta marcha pro Israel no se han producido detenciones por corear y manifestar slogans de odio, tal y como en pasados días ocurrió con las manifestaciones de apoyo a Palestina. Entre otros mensajes de odio, los manifestantes pro israelíes exhibieron pancartas donde se leía “Lo que hacemos no es guerra, es una ´sopa de pollo”, en relación con el exterminio indiscriminado que provocan sus ataques aéreos con las cáusticas bombas de fósforo blanco. Esta utilización de fosforo blanco contra poblaciones palestinas indefensas ha sido corroborada, entre otros, por Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional.
Conocedores de que la economía londinense está en manos de sociedades financieras de capital hebreo -con el “lavado” de dinero negro como actividad más reiterada- en la manifestación se han dejado ver líderes políticos del gobierno conservador. La figura que más han celebrado los manifestantes ha sido la del ex primer ministro Boris Johnson, que con su presencia en la marcha ha ratificado la abyecta complicidad que mantiene el gobierno británico actual con el genocidio de la población palestina.
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