El Comandante Manuel Pérez Martínez fue Responsable Político del Ejército de Liberación Nacional (ELN) durante 20 años, entre 1978 y 1998; en la estructura del ELN es el equivalente al Primer mando dentro de una dirección colectiva.
Manuel fue un gran internacionalista, un cristiano revolucionario, un marxista, un guerrillero y un hombre absolutamente consecuente con sus ideas y la causa de los pueblos. Nació en Alfamén, Provincia de Zaragoza, en Aragón, España el 9 de mayo de 1943. A los 23 años, en 1966 se ordenó como sacerdote, en 1969 con 26 ingresó a la guerrilla colombiana junto con otros dos sacerdotes españoles, José Antonio Jiménez Comín y Domingo Laín.
Como primer responsable encabezó la organización desde la primera y dura crisis del ELN en la década del 70 hasta los años en que el ELN logró su mayor presencia territorial, el mayor número de frentes, el mayor número de hombres y mujeres en el campo y la ciudad, la mayor incidencia política, la construcción de compañías y batallones de Ejército y también cuando en esos años se dio la coordinación de las guerrillas colombianas.
Manuel como parte del ELN jalonó la construcción de la Coordinadora Nacional Guerrillera (CNG) en 1985, la fusión con el MIR-Patria Libre en 1987 y posteriormente la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar en 1987, en la que participaron las FARC en cabeza del Comandante Manuel Marulanda Vélez.
Entre sus muchos aportes a la organización se destacan su fuerza moral, sus valores, su honestidad, la insistencia en la conducción colectiva, el compromiso, la consecuencia con los ideales, la honestidad de los revolucionarios, el valor del trabajo político organizativo y la relación con las masas, la insistencia en la humanización de la guerra, el rechazo al grupismo al interior de la organización, la unidad entre marxistas y cristianos revolucionarios, el internacionalismo y la unidad guerrillera y popular.
En el año 1979 en un comunicado público en el que da cuenta de su presencia en la guerrilla, dice: “Desde las montañas colombianas comunico al pueblo que (…) continúo luchando con las armas en la mano junto a mis compañeros y al pueblo de Colombia. Sigo el ejemplo de mis hermanos en el sacerdocio, Camilo Torres Restrepo, Domingo Laín, José Antonio Jiménez y tantos otros caídos en Nicaragua, Guatemala, El Salvador (…) Como sacerdote me siento comprometido en las luchas del pueblo (…) Plenamente consciente de mi responsabilidad como hombre, sacerdote y revolucionario, he asumido el compromiso de ser miembro del ELN, porque la violencia revolucionaria es el único camino para construir la paz y la igualdad entre los hombres”.
Siendo Responsable político del ELN Manuel muere cuando tenía 55 años, el 14 de febrero de 1998, cuando en el país estaba a pocos meses de expirar la presidencia de Ernesto Samper y empezar la de Andrés Pastrana.
En homenaje y reconocimiento a su memoria daremos a conocer en sucesivas entregas dos entrevistas sobre su vida y su legado, concedidas por integrantes del Comando Central del ELN, los Comandantes Nicolás Rodríguez actual Responsable Político y Primer mando de la organización, y Pablo Beltrán tercero en jerarquía y actual responsable de la Delegación de Diálogos que se encuentra en La Habana, Cuba; los dos lucharon y convivieron con Manuel durante 30 y 15 años respectivamente.
TRES SACERDOTES INTERNACIONALISTAS LLEGAN A LA GUERRILLA
¿En qué año y en qué condiciones tuvo su primer contacto con el comandante Manuel Pérez?
Nicolás: me alegra mucho trabajar esta entrevista, Manuel está ligado a la historia de la insurgencia y a las luchas populares de Colombia y el continente. Como gran Internacionalista estuvo donde consideraba que debía estar, el ejemplo de Camilo Torres lo impactó, es lo que le hace tomar la determinación de contribuir a la lucha revolucionaria en América Latina.
En 1969 yo era parte de la estructura de comunicaciones y recibo un mensaje largo y cifrado con los detalles de cómo contactar en un parque de Bogotá a 4 sacerdotes españoles: Manuel Pérez Martínez, Carmelo Gracia, Domingo Laín Sánz y José Antonio Jiménez Comín.
Para recogerlos y subirlos a la montaña se designa al dirigente estudiantil Rómulo Germán Carvalo que por esos días se había incorporado a la guerrilla; pero este al llegar a Bogotá en cumplimiento de la misión es capturado por la inteligencia militar, lo torturan, como no le arrancan información, lo asesinan y lo tiran a la calle.
Aparte del gran acontecimiento e impacto que esto genera, no se le puede cumplir la primera cita a los cuatro sacerdotes, afortunadamente ellos siguen cumpliendo y los logra contactar un segundo enlace.
En mi caso me llené de expectativas con su llegada, era revivir o retomar la experiencia que había dejado Camilo en su paso por el país y por la guerrilla. A comienzo de 1970 conozco a Domingo Laín y a mediados de este mismo año al Comandante Manuel Pérez.
Carmelo Gracia luego de intercambiar con el Estado Mayor decide no ingresar; José Antonio Jiménez Comín, el cuarto compañero murió a pocos meses de su ingreso, cruzando una región escarpada y de altas temperaturas, a orillas del río Magdalena; su cuerpo no resistió se le desató un ataque respiratorio que en pocos minutos le causó la muerte.
Manuel me produjo un fuerte impacto y una alta valoración por su personalidad y compromiso, para mí en ese momento la presencia de sacerdotes era de gran importancia, eran sacerdotes que aceptaban la lucha armada y la vida guerrillera, que se comprometían hasta las últimas consecuencias, de gran espíritu de trabajo, hombres fraternos de alto compromiso y sensibilidad ante los problemas políticos y sociales.
ADAPTACIÓN A LA VIDA DEL MONTE
¿Dada la procedencia urbana y europea de Manuel, cómo fueron sus primeros años?
Nicolás: todos los compañeros de procedencia urbana que llegan a la guerrilla nunca dejan de ser ni de tener sus características urbanas, asimilar la vida del campo y la vida guerrillera es un proceso generalmente lento, complejo, mucho más en una guerra.
Manuel tuvo dificultades para asimilar la vida del monte en especial para orientarse en el terreno, para asimilar la vida rural, la manera de actuar, de desenvolverse en ese medio, uno de sus mayores esfuerzos lo constituyó esa asimilación, ese acostumbramiento y llegar a desenvolverse en muy buenas condiciones que es lo que logra en años posteriores.
Asimilar la orientación en el monte es vital para todo guerrillero, las dificultades son similares a las de un campesino al no saber orientarse en la ciudad y Manuel en ese sentido tuvo esa limitación.
Sus excepcionales condiciones de salud le ayudaron a vencer los problemas, era un atleta, tenía una voluntad extraordinaria que siempre la cultivó y que le ayudó a vencer esa y las demás dificultades.
¿Otras dificultades de adaptación?
Nicolás: él reconoce que llega al ELN y a América Latina con una visión muy idealista y romántica, se encuentra una guerrilla por debajo en lo que él se imaginaba, una guerrilla con grandes esperanzas e ilusiones, pero sin mayor formación ideopolítica, con un mando unipersonal donde no se manejaba ni se desarrollaba el marxismo-leninismo.
En una ocasión decía que encontró una guerrilla con un tipo de mando vertical parecido a la jerarquía eclesiástica de la que él quería zafarse; él vive ese choque, ya había estudiado el pensamiento de Camilo y la Teología de la Liberación, pero fue capaz de ubicarse en la realidad y empeñarse desde su nivel a proyectarla en medio de muchas dificultades.
Para mí la grandeza de Manuel es que con esa dura realidad que él vivió, con esa carga digamos de idealismo, de sueños, fue capaz de enfrentarla, proyectarse como cuadro y proyectar la organización, fue el responsable político en los años en los que superamos la primera gran crisis.
TRES CORDILLERAS, COMUNICACIONES DÉBILES Y SIN UN CENTRO NACIONAL.
En los tiempos de la crisis a mediados de los 70, ¿cuál es la situación real de la organización?
Nicolás: meses después de la salida de Fabio a fines del 74, el ELN continúa ubicado sobre las tres cordilleras pero con débiles sistemas de comunicación entre sí, al igual que con los acumulados urbanos.
El Frente Camilo Torres estaba en la cordillera Oriental, el José Antonio Galán sobre la cordillera Occidental y lo que luego fue el Luis José Solano Sepúlveda estaba sobre la cordillera Central.
Al salir Fabio del país a finales de 1974, me asignó la tarea de coordinar las estructuras rurales y urbanas, en ese momento no hay un centro nacional, es en la Reunión de Responsables de 1978 donde se conforma la primera Dirección Nacional.
RECORRIDO Y RESPONSABILIDADES
¿Cuándo tiene Manuel su primera responsabilidad? ¿Cuándo ingresa a la Dirección Nacional?
Nicolás: en repetidas ocasiones fue encargado del estudio del personal de las estructuras donde actuaba, con diferentes temas, desde la asimilación del pensamiento político revolucionario, la Teología de la Liberación, alfabetización de los guerrilleros rurales y temas de filosofía, economía política y similares; este tipo de responsabilidades ha sido tradición en el ELN asignársela a los compañeros procedentes de la ciudad.
A mediados de 1974 asume como segundo de una guerrilla de 40 hombres que en medio de un operativo enemigo muy fuerte se desplaza desde el Nordeste de Antioquia al Sur de Bolívar, hacia los municipios de San Pablo, Santa Rosa y Simití.
Meses después ese grupo embosca a una patrulla militar en el área de Arenales, Sur de Bolívar, en esa acción el comportamiento de Manuel fue extraordinariamente valeroso y de mucha iniciativa, ello causó un gran impacto entre todos los compañeros.
Posteriormente esa guerrilla asalta el cuartel de policía de Santa Rosa del Sur y luego de un duro combate se alcanza un importante éxito; Manuel tuvo un lugar destacado e hizo una importante labor política ante la población, por lo que fue el mejor evaluado luego de tal acción guerrillera.
En julio de 1976 esa fuerza con más de 60 guerrilleros cruza el río Magdalena desde el Sur de Bolívar para ubicarse sobre la cordillera Oriental, en los límites de los departamentos del Cesar y Norte de Santander, meses después atacan con mucho éxito el cuartel de policía de Sabana de Novillos en el Norte del Cesar, allí también se destacó Manuel.
En 1976 en una asamblea guerrillera realizada en el Frente Camilo Torres se elige a Manuel como su responsable político y Primer mando.
La organización venía en esos años de afrontar serias dificultades políticas originadas de una visión de mando unipersonal, un acento de lo militar desproporcionado y una carencia de democracia interna, dificultades agudizadas por el aniquilamiento de la Columna guerrillera en Anorí y la salida al exterior del Comandante Fabio con graves quebrantos de salud; Manuel en esa difícil realidad juega un papel destacado en la superación de la misma.
Para 1978 es convocado un evento político y de reestructuración interna muy importante para la organización que se llamó la “Primera Reunión Nacional de Responsables”, allí Manuel es designado a la Dirección Nacional, en el 83 es el responsable político, lo que se ratifica en el Primer Congreso en el año 86.
SALIDAS A LA CRISIS, LAS RECTIFICACIONES
¿Qué papel juega Manuel en la salida de la crisis y en las rectificaciones?
Nicolás: en la Primera Reunión de Responsables en el 78 cuando se reúnen la mayoría de los cuadros del ELN, queda claro que la organización debe hacer una profunda rectificación, debe asumir una estructura orgánica de tipo partidario y un carácter político-militar, se define el marxismo-leninismo como la guía ideológica, se adoptan “los principios organizativos”: dirección colectiva, centralismo democrático, planificación y evaluación, división del trabajo, clandestinidad y compartimentación, crítica y autocrítica.
El trabajo político organizativo con la población se definió como actividad permanente y se establece de manera explícita que la organización ha de estar al servicio del pueblo y en función de la causa revolucionaria.
Manuel en esos aspectos fue enfático y se convierte en el jalonador de esas decisiones, como responsable político se coloca al frente de esas dinámicas y encabeza esas decisiones colectivas; se destaca en la defensa de los valores humanos y revolucionarios, la honestidad, la transparencia, la sencillez, el afán de superación, la lealtad y el compromiso con el pueblo hasta las últimas consecuencias.
¿En qué otros aspectos fue el gran animador?
Nicolás: sabía escuchar a todos para conducir con el consenso, esa es cualidad de todo dirigente auténtico, en las discusiones políticas, en los eventos era capaz de sintetizar y construir los consensos, actuaba en equipo, sabía recoger la síntesis del pensamiento colectivo y llevarlo a la práctica en los planes de trabajo. No lo banalizó el poder, hacía gala de sencillez, de su humildad y enseñaba con el ejemplo.
En este contexto encabezó en el ELN el concepto de la humanización de la guerra que tenemos como su legado.
Fue un convencido de que la revolución no era posible sin la unidad de los revolucionarios.
Consideraba de manera muy arraigada que los revolucionarios son quienes están de verdad al servicio del pueblo, aportó con mucha fuerza a la definición del Poder Popular como esencia y acción del trabajo de masas.
Interpretar el sentimiento, el espíritu de lucha y todas las expresiones del pueblo, encarnarlas, proyectarlas y llevarlas adelante es el reto de una organización revolucionaria y Manuel lo supo comprender y desarrollar.
EL AMOR EFICAZ
¿Cuál sería la conexión Camilo-Manuel?
Nicolás: Manuel y Camilo fueron auténticos sacerdotes, hombres cristianos que entendieron el evangelio como una misión profunda y asumieron los retos de un mundo contrario a sus valores y pensamiento, se propusieron transformarlo hasta las últimas consecuencias y sin atenuantes.
Los curas que he conocido en la guerrilla han sido así; la síntesis del amor eficaz de Camilo, igual que en Manuel, es el amor de verdad, es la conducta o acción hacia los seres humanos, de solidaridad, de echar su suerte con ellos hasta las últimas consecuencias, sin mirar si la vida sigue o si las circunstancias la interrumpen con tal de lograr la justicia, la fraternidad y la felicidad, sin esperar el cielo para lograrlo.
Manuel fue eso, esa es una conexión con Camilo, un hombre profundamente convencido de lo que creía, de sus principios, sus valores, el amor en el sentido de la entrega total a los demás, a la causa revolucionaria, con humildad, generosidad, autenticidad y honestidad.
SOBRE LA UNIDAD Y OTROS TEMAS
¿Qué nos dice sobre este aspecto y Manuel?
Nicolás: vivía convencido de la unidad, fue siempre de mucha preocupación las divisiones y el sectarismo de la izquierda, le dedicó esfuerzos a los encuentros con el M-19, el EPL y las FARC, en esos esfuerzos asumió altos riesgos, convencido de que la unidad es indispensable para el avance revolucionario.
¿Cuál podría ser el sello que le deja Manuel al ELN?
El humanismo revolucionario, la unidad guerrillera también es un sello de él y dentro de esas dos realidades su planteamiento político de humanización de la guerra, algo difícil en el contexto de la violencia en Colombia, un gran reto por el que Manuel se la jugó.
¿Su posición sobre los diálogos con el Gobierno?
Los vio válidos y necesarios como búsqueda de una salida política al Conflicto Social y Armado en Colombia y así lo expresó en su momento, hoy continuamos su legado.
EXPERIENCIAS COMBATIVAS
¿Cuáles fueron las principales acciones guerrilleras en las que participó?
Su primera experiencia militar destacada fue en la toma simultánea de Remedios, Santa Isabel y Otú del nordeste de Antioquia en 1972, dos horas después y cuando ya estaba controlada la situación Manuel Vásquez que comandaba la fuerza guerrillera le orienta que dirija una arenga a la población, él pide autorización al cura de Remedios para hacer una homilía desde el atrio de la iglesia, el cura se lo niega, entonces Manuel hace la ceremonia en la plaza pública, allí se presenta como sacerdote y evoca a Camilo cuando dice que la revolución no solo es permitida sino obligatoria para los auténticos cristianos.
Después una emboscada al Ejército en el Sur de Bolívar en la región de Arenales en 1974, en ese mismo año en el asalto al cuartel de policía de Santa Rosa del Sur, en 1977 ya en la cordillera Oriental en el asalto al cuartel de policía de Sabana de Novillos en el Cesar, allá mismo en el ataque contra una patrulla del Ejército en una región que se llama Nuevo Mundo pegada a la frontera con Venezuela; después Manuel participa en una emboscada a la policía en el corregimiento de Honduras del municipio de Convención en Norte de Santander.
SOLO, SELVA ADENTRO
A fines de 1973 y como parte de la llamada Operación Anorí la guerrilla donde estaba Manuel fue asaltada, allí murieron dos compañeros, el Comandante José Manuel Martínez quedó gravemente herido y llevado en un helicóptero a una base militar de Amalfi, donde estaban capturados varios compañeros guerrilleros y pobladores de la zona de Anorí; en ese asalto Manuel logró retirarse sin novedad pero quedó solo.
Luego de varias horas de caminata por la selva hace contacto con un campesino que le da apoyo, comida y lo protege de la acción enemiga.
Unas semanas después sin poderse encontrar con los otros compañeros decide atravesar de occidente a oriente la cordillera Central, que era para entonces una selva inhóspita sin población; fue una verdadera proeza, tremenda valentía asumir ese reto de cruzarse sólo esa selva, eso nunca lo habían hecho y creo que no lo ha hecho nadie solo y en críticas circunstancias, Manuel consideró que debía hacerlo porque era la única manera de volverse a contactar con la guerrilla e informar lo sucedido.
Le tocó cruzar la Serranía de San Lucas desde el municipio de El Bagre en el departamento de Antioquia hasta el municipio de San Pablo en el Sur de Bolívar; me contaba que por la mañana marchaba poniéndole la cara al sol para orientarse porque no tenía brújula, al mediodía paraba porque se perdía la sombra y por tanto no se marcaba el rumbo, cuando el sol se ponía por el occidente, reaparecía la sombra y Manuel seguía caminando dándole la espalda al sol.
Cuenta que su momento más difícil a los 25 días de caminata fue cuando salió a caminar por la mañana y por la tarde encontró unos rastros, se alegró mucho porque pensó que estaba cerca de alguna vivienda campesina, sin embargo su desilusión fue grande al encontrarse que luego de un día entero de caminata, se encontraba en el mismo sitio de donde había salido a caminar en la mañana y que ese era su rastro.
Decía, “entonces me senté sobre el equipo y me dije siento que no lograré salir de esta inmensa selva, qué coincidencia tremenda que salgo por la mañana y regresó al mismo punto por la tarde, siendo que pensaba que mantenía siempre mi rumbo de Occidente a Oriente”.
“Esa noche recostado sobre mi hamaca en una reflexión profunda concluí, los revolucionarios son los que no aceptan la derrota, mañana continuaré mi travesía tal como lo he venido haciendo, nada puede detenerme”, en efecto Manuel continuó caminando hasta cumplir su cometido.
El campesino donde Manuel inició la caminata le regaló sal, anzuelos, comida, pero con el paso de los días los anzuelos se los robaron los peces, la comida se le fue agotando y no lograba cazar porque no tenía pericia de cazador.
Durante la travesía y agotadas sus provisiones Manuel se alimentaba de frutas silvestres, cogollos de árboles, los cogollos de palma, algunos peces y hojas que sabía identificar para alimentarse, hay mucha palma en esa cordillera incluso un tipo de ellas que no es necesario tumbar para arrancarles su cogollo.
Un mes y 10 días después no podía estar más agotado, con heridas en sus pies y sus piernas, pero por encima de todas las dificultades, luego de inciertas caminatas llegó a una quebrada llamada Yanacué en el municipio de San Pablo en el Sur de Bolívar.
Sobre dicha quebrada y aún selva adentro encontró a dos aserradores a quienes se les presentó como guerrillero y les hizo un resumen de su odisea, lo hace consciente de que los campesinos si son amigos llevarán este informe a la guerrilla, como efectivamente ocurrió dos días después cuando descansando junto a ellos llegaron dos guerrilleros conocidos y lo condujeron al campamento central habiendo concluido su extraordinaria travesía.