En estado de alerta y dispuestos a movilizarse para denunciar el «reconocimiento cero» que pretenden imponer en la nueva Constitución de la Provincia los convencionales del Movimiento Popular Neuquino (MPN) y la Unión Cívica Radical (UCR), se encuentran medio centenar de comunidades mapuches de Neuquén, luego que el jueves pasado la comisión de Labor […]
En estado de alerta y dispuestos a movilizarse para denunciar el «reconocimiento cero» que pretenden imponer en la nueva Constitución de la Provincia los convencionales del Movimiento Popular Neuquino (MPN) y la Unión Cívica Radical (UCR), se encuentran medio centenar de comunidades mapuches de Neuquén, luego que el jueves pasado la comisión de Labor Parlamentaria rechazara agregar un artículo constitucional referido a los derechos del pueblo mapuche en la Provincia. Ese día la reunión terminó con represión a los mapuches en la puerta del Deliberante, sede de la Convención, y reproches mutuos entre el MPN y los demás bloques políticos que rechazaban o apoyaban la propuesta.
Desechada definitivamente la posibilidad de discutir siquiera la propuesta de reconocimiento presentada por la Confederación Mapuche Neuquina, el próximo camino para hacerse escuchar no pareciera ser otro que la movilización social. Así lo señalaron los dirigentes Celestino Namuncurá (Lonko) y Verónica Huilipán (Werken), a través de una declaración de prensa emitida en las últimas horas desde Neuquén.
«Volveremos a la Convención para denunciar y hacer público este intento de eliminación jurídica de nuestro Pueblo», informaron los dirigentes en momentos en que se vive la cuenta regresiva en la redacción de la nueva Carta Fundamental neuquina. «Este grave hecho antijurídico es un claro acto de coherencia a un gobierno que desde hace más de cuatro décadas niega al Pueblo Mapuche y ha intentado a través del manipuleo de nuestra pobreza, someternos cultural e ideológicamente. Luego de la represión a nuestras autoridades originarias la semana pasada, cierran con ésta acción de «reconocimiento cero», el acto que muestra más claramente lo que son», agrega la Confederación.
«Nuestros lonko y werken ocuparon su importante tiempo en obtener comprensión de un triste político local, desconocido para las mayorías, llamado Hugo Prieto. Es el mismo convencional que en el año 94 juró como Convencional Constituyente Nacional el Art. 75, inc. 17 de la Constitución Nacional que expresa «reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos»… Hoy niega lo que ya firmó. Y se ofrece de vocero del gobierno que se anima a decir que el reconocimiento como «pueblo» puede generar !la creación de un Estado!. Es el mismo que dice que en Neuquén no hay mapuche y se debe reconocer a los «indígenas neuquinos'», indicaron.
Hora de movilizarse
Y ante la traición de políticos como Prieto (UCR) y la incomprensión ya histórica de una administración de gobierno preocupada solo de legislar a favor de las transnacionales del petróleo, los mapuches anuncian retomar el camino de la movilización social. «Volveremos a la Convención junto a todos los excluidos por esta reforma, para denunciar y hacer público este intento de eliminación jurídica de nuestro Pueblo. No aceptaremos tampoco reconocimientos lavados que ni alcanzan el piso de la Constitución Nacional. Accionaremos ante los tribunales nacionales y externos, por este manoseo de nuestra historia y dignidad», anuncian.
En esta lucha no estarían solos. Contrario al discurso oficial que pregona el «autoritarismo» y la «intransigencia» de la propuesta de la Confederación Mapuche, amen de un supuesto afán «separatista» del Estado Argentino, los dirigentes no dudan en incluir en sus planes de acción a la sociedad neuquina, mapuche y no mapuche, en su conjunto, haciendo un ferviente llamado a construir entre todos un nuevo Estado «intercultural».
«Nos organizamos para mostrar al país y el mundo, la vigencia y proyección del Pueblo Originario de esta región de Argentina. Sabemos que para el poder económico que sostiene a estos burócratas de la política, la presencia mapuche es una interferencia. Pero nosotros le hablamos a la sociedad neuquina, que nos apoya y sostiene en nuestra lucha. Que asume con orgullo que una cultura milenaria le dé identidad histórica a Neuquén. Con esa sociedad construimos la interculturalidad, transformaremos el racismo en un modelo de nueva sociedad», señalan.
«Por eso hoy nuestro mensaje es a la sociedad toda. Les hablamos desde nuestros territorios y desde todas las vidas que nos rodean. Pero sobre todo en nombre de aquellas que están amenazadas de muerte por tanta contaminación y tanta irracionalidad. Pero también venimos a hablar en nombre de nuestros centros ceremoniales cercados, nuestros cementerios ultrajados, nuestros pewen centenarios aserrados en segundos, nuestros árboles, plantas y especies que desaparecen y no vuelven a florecer. Les hablamos también en nombre de nuestros hijos que ven a su Wallmapu atravesado por las cicatrices de los alambres que se multiplican y ahogan la vida colectiva mapuche», agregan.
Y ante la adversidad, la esperanza de mejores tiempos. «Les hablamos y la Convención no escuchó. Pronto se preguntaran por qué fue tan estrepitosa la derrota que sufrieron en esta Reforma Constitucional, ni entenderán su caída desde lo que ellos denominan «cima del poder». Será la hora de hablar de una verdadera Reforma constitucional, legitimada por el Pueblo todo y que apunte a un Neuquén Intercultural, donde el Pueblo Mapuche junto a la sociedad Neuquina podamos lograr la unidad en la diversidad que todos nos merecemos», finalizan en su declaración.
Falso reconocimiento
Fue en octubre de 2004 cuando la Legislatura Neuquina sancionó la Ley N° 2471 «de Necesidad de Reforma», que convocó a la elección de Convencionales Constituyentes a fin de reformar la Constitución Neuquina, vigente desde el año 1957. Impulsada por el polémico caudillo y gobernador Jorge Omar Sobisch (MPN) -«aliado estratégico» de las petroleras en dicha zona de Puelmapu, según sus propias palabras-, la Convención se transformó con el paso de los meses en impensada caja de resonancia para diversos actores sociales y políticos que exigían, a través de sus convencionales, partidos políticos y respectivos grupos de presión, mayores grados de reconocimiento y participación en los asuntos de la Provincia.
Uno de estos sectores fue el pueblo mapuche. Es así como el pasado 5 de enero, la Confederación Mapuche Neuquina, que representa a 54 comunidades originarias, presentó a la Convención Constituyente una propuesta de reforma a fin de que se respetasen los derechos de las comunidades como «pueblo originario», se oficializara el idioma mapuzungun y se reconociera el sistema normativo mapuche (Nor Feleal), entre otras importantes medidas. «Queremos que todos los convencionales conozcan nuestra propuesta, nuestro derecho a ser reconocidos. Esperamos poder reunirnos con todos para debatir nuestro proyecto», declaraba durante la presentación del documento la werken Verónica Huillipan.
El proyecto buscaba a grandes rasgos avanzar hacia un reconocimiento efectivo del Pueblo Mapuche en la provincia y llenar de esta forma un vacío existente en la actual Constitución Neuquina, relacionado con el importante lugar que ocupa hoy la diversidad cultural y étnica en diversos instrumentos jurídicos nacionales (Constitución Nacional, Art.75-7) e internacionales (Convenio 169 de la OIT), que al menos en el papel garantizan en Argentina -desde mediados de la década de los noventa- la preexistencia de los pueblos originarios, el respeto a su identidad cultural y su derecho a una educación bilingüe e intercultural, entre otros avances.
Sin embargo, el proyecto mapuche finalmemente fue desechado por la Comisión de Labor Parlamentaria, imponiéndose en la Comisión de Declaraciones, Deberes, Derechos y Garantías, presidida por la convencional Encarnación Lozano (MPN), una propuesta impulsada por el radical quiroguista Hugo Prieto, acompañado por los representantes del Movimiento Popular Neuquino, que propone en los hechos un reconocimiento a los mapuches parcial e incompleto, que en lo central desconoce el carácter de Pueblo de los mapuches de la Provincia de Neuquén.
«Creemos que independientemente del reconocimiento que se debe a los pobladores originarios de nuestra provincia, esto no puede significar la creación de privilegio alguno nacido de origen con prerrogativas de sangre porque están prohibidas por la propia Constitución Nacional y porque además nos parece que seria sumamente inconveniente», señaló al respecto el convencional Hugo Prieto .
A juicio de los dirigentes de la Confederación, en caso de ser aprobado, este «reconocimiento cero» traería consigo graves consecuencias en materias de protección jurídica para las comunidades. La propuesta tampoco reconocería ningún derecho a la participación del pueblo mapuche, esto contraviniendo lo establecido por la Constitución Nacional que determina la obligación del Congreso Nacional y concurrentemente de las provincias, de «asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten». Esto quiere decir que el Estado está obligado a generar mecanismos reales de participación, adaptando su estructura política a estos efectos si fuese necesario.
El Convenio 169, ratificado por el Estado argentino, también exige la participación efectiva de las comunidades indígenas en cuestiones que les conciernan en términos de «consulta, cooperación, control, consentimiento, requerimiento, autogestión y decisión». También establece en su Art. 7 que los Pueblos interesados «deberán tener el derecho de decidir sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo económico, social y cultural». Nada de esto se incluye en la propuesta de UCR-MPN.
El temor del oficialismo
El tiempo corre en contra de los mapuches. Los convencionales tienen, desde hoy, 12 días para tratar en el recinto los 51 despachos que fueron emitidos por la comisión de Redacción. De estos debates saldrán los nuevos artículos, las modificaciones y las derogaciones que darán forma a la nueva Constitución. Finalizado ya el trabajo de las seis Comisiones, hasta el 13 de febrero se deberán realizar las sesiones plenarias, para poder terminar con la aprobación o rechazo de lo que se haya aprobado en las comisiones. De allí le corresponderá a la Comisión de Redacción intensificar su tarea para llegar al día 23 de febrero, fecha en que debiera estar ya sancionada la nueva Carta Fundamental.
A juicio del abogado de la Confederación y Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Comahue, Juan Manuel Salgado, ningún artículo de la futura Constitución Provincial podría otorgar menos derechos a los mapuches de los que establecen las normas de jerarquía superior, que son en estricto rigor «la Constitución Nacional (incluidos los tratados de derechos humanos incorporados como parte de ella en el artículo 75 inciso 22); los tratados internacionales; y las leyes nacionales dictadas en ejercicio de las atribuciones que la Constitución Nacional otorga al Congreso de la Nación».
La Constitución Nacional en su Art. 75 inciso 17 «garantiza a los pueblos indígenas la participación en todos los intereses que los afecten». Esta norma a su vez está complementada con el Art. 6 del Convenio 169 de la OIT, que obliga a los Estados a consultar a los pueblos indígenas, «mediante procedimientos apropiados y en particular a través de sus instituciones representativas». Por su parte, el artículo 31 de la Constitución Nacional establece que todas las autoridades provinciales se encuentran obligadas al cumplimiento de lo establecido en dicha Carta Fundamental y en los tratados internacionales ratificados por el estado. ¿Se respetarán finalmente estos mandatos jurídicos en Neuquén?
El día de ayer, el propio gobernador y Presidente de la Convención, Jorge Sobisch, envió claras señales de querer incorporar, en alguna de las reuniones plenarias de la Convención, el debate inconcluso de las comunidades mapuches. El «capítulo mapuche» lo introdujo nuevamente a la reunión plenaria el convencional Jorge Nahuel, del Frente Cívico para la Victoria, aliado de la Confederación. Al debate se incorporó, en otro momento de la sesión, Osvaldo Pellín, que pidió una moción de preferencia, que debía ser votada en el momento. Y si bien esta moción fue finalmente retirada, el secretario Parlamentario y operador de Sobisch, Manuel Gschwind, reconoció públicamente que había intención de acordar el tratamiento en el plenario y mencionó que en esa gestión estaba involucrada la propia presidencia.
Una fuente del oficialismo reconoció que en el gobierno neuquino hay preocupación por futuras protestas de comunidades mapuches en actos oficiales. La fuente puso un ejemplo: pasado mañana es el aniversario de San Martín de los Andes y los mapuches concurrirán, como lo hacen habitualmente todos los años. El gobernador no iría al acto, pero sí un alto representante del Ejecutivo. En consecuencia, agregó el vocero, el objetivo de lo ocurrido ayer no sería otro que descomprimir la mala relación que quedó con las comunidades y en particular con la Confederación Mapuche. «La puerta está abierta, pero vamos a ver cómo se comportan», señaló la misma fuente al diario de Rio Negro.