Un grito de paz cargado de rechazo a la violencia se sintió este jueves en 20 ciudades de Colombia y en 100 del mundo, donde decenas de organizaciones civiles tomaron las calles en solidaridad con las víctimas de los grupos paramilitares en el país andino y contra las políticas guerreristas del presidente Álvaro Uribe. Las […]
Un grito de paz cargado de rechazo a la violencia se sintió este jueves en 20 ciudades de Colombia y en 100 del mundo, donde decenas de organizaciones civiles tomaron las calles en solidaridad con las víctimas de los grupos paramilitares en el país andino y contra las políticas guerreristas del presidente Álvaro Uribe.
Las movilizaciones reflejaron una condena generalizada a los acuerdos entre altos funcionarios públicos y grupos armados de extrema derecha en Colombia, que desde 2006 salieron a la luz pública en el conocido escándalo de la «parapolítica», el cual implica al entorno del mandatario colombiano y a sus partidarios en el Congreso.
Bogotá fue el núcleo de la protesta en Colombia. Allí, una multitud caminó por las principales calles hasta llegar a la Plaza de Bolívar, donde los manifestantes reiteraron su repudio a las más de 3 mil 500 masacres perpetradas por los paramilitares desde 1982, según cifras del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Mivice).
El enviado especial de TeleSUR a Bogotá, Abraham Istillarte, detalló en su reporte que muchos de los que participaron en esta marcha comenzaron a caminar el lunes pasado y durante el recorrido, iban gritando consignas que dejaban claro que no querían seguir siendo víctimas de la violencia paramilitar, de la delincuencia desbordada y la del mismo Estado represor.
Marcos Romero, promotor de la actividad, declaró a TeleSUR que «la sociedad colombiana no puede tener una ética a media, necesitamos que los empresarios condenen abiertamente los crímenes de paramilitarismo y los que ha cometido el Estado», enfatizó.
También hizo votos para que las organizaciones sociales «sean muy claras en condenar el secuestro, como lo hemos venido haciendo en estas movilizaciones. Hay que condenar toda forma de arbitrariedad».
Según Mivice, en Colombia existen 2 mil 800 secuestrados por distintas razones, 300 de ellos menores, mientras que hay un numero incuantificable de desaparecidos, además de al menos 4 millones de desplazados por la violencia.
Según Romero, con estas acciones de calle, el pueblo colombiano «una vez más, deja clara su voluntad para que se logre la paz en este país, pero está convencido que lo que hace falta es una verdadera voluntad política».
Varias marchas en Ecuador
En Quito, unas mil personas se manifestaron frente a las embajadas de Estados Unidos y Colombia, para protestar por la incursión militar colombiana en territorio ecuatoriano.
Con banderas de Ecuador, carteles con leyendas contra los presidentes de EEUU, George W. Bush, y Colombia, Álvaro Uribe, los manifestantes marcharon a los gritos de «Bush y Uribe igual de asesinos», «No nos involucres en tu guerra», «Uribe fascista, tú eres terrorista»‘.
Víctor Ramos, colombiano de 45 años de edad que vive en Ecuador desde hace veinte años, dijo: «No estoy de acuerdo con el sistema que tiene Uribe para eliminar a la guerrilla. No estoy de acuerdo con la agresión que realizó contra Ecuador».
Samanta Gordillo, una quiteña que portaba una bandera de Ecuador, aseguró que «la incursión de Colombia responde a una orden de Estados Unidos para evitar que se instalen movimientos de izquierda en América Latina».
Durante la mañana, en Quito y Guayaquil se produjeron varias manifestaciones en favor de la paz, en las que se condenó la acción militar colombiana y también la violencia ejercida por las FARC.
Acciones en muchas ciudades
En muchas ciudades latinoamericanas y del mundo tuvieron lugar marchas por la paz en Colombia.
Según relata el diario bogotano El Tiempo, en Quito se vieron pancartas a favor del intercambio humanitario y una solución negociada al conflicto en Colombia. El comité de apoyo a Íngrid Betancourt participó en la movilización en París. En Berlín, se protestó por las acciones de los paramilitares.
En doce de los estados de Venezuela se sumaron venezolanos y colombianos.
Maria Teresa Tierra, miembro de la Organización Social Colombianos en Venezuela, reiteró a TeleSUR que la manifestación es una expresión de condena a los crímenes de lesa humanidad cometidos por los paramilitares en Colombia, como el genocidio de miles de miembros del partido Unión Patriótica, en la década de 1980, con el amparo del Estado.
Para la activista, las políticas del actual mandatario en nada se diferencian de sus predecesores hace 20 años, porque no sólo significan la continuación de la guerra en Colombia, sino de escalar el conflicto a toda la región.
«Hay un profundo rechazo a la política del presidente Uribe y su deseo de implantarla en la región. Aquí en Caracas fue contundente, el pueblo soberano junto con colombianos que hacen vida acá, manifestaron», dijo Tierra.
A su juicio,»para poder llegar a la paz, deben existir condiciones y garantías para que se dé el proceso de dialogo (con las guerrillas) y se logre el acuerdo humanitario».
En Buenos Aires unos 2 mil manifestantes también protestaron por la incursión militar de Colombia en territorio ecuatoriano, con el lema «En rechazo a Uribe y en solidaridad con Ecuador, Venezuela, las FARC y el ELN».
La actividad de calle apoyada por organizaciones de derechos humanos, movimientos sociales y partidos progresistas, comenzó con una concentración frente a la Embajada de Colombia y siguió bajo una lluvia intermitente hasta las puertas de la sede diplomática de Ecuador, donde fue recibida por algunos funcionarios.
Los participantes en la demostración leyeron un manifiesto que decía «basta al terrorismo de Estado de Colombia» y aseguraba que el Gobierno de Álvaro Uribe ha utilizado como pretexto la lucha contra el terrorismo para practicar «un genocidio similar al de Irak», con la ayuda de Estados Unidos.
También en Santiago de Chile, hubo una manifestación para protestar contra el terrorismo de Estado y el paramilitarismo en Colombia.
La marcha, convocada por el Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez, contó también con la participación de miembros de varias organizaciones sociales y políticas, como la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, la Coordinadora Continental Bolivariana, el Partido Comunista y la Izquierda Cristiana.
Los manifestantes rindieron homenaje a «Raúl Reyes», el «número 2» de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) asesinado por tropas colombianas en territorio ecuatoriano el pasado 1 de marzo, portando numerosas pancartas con su fotografía y el texto «Comandante Raúl Reyes, presente».
Rechazo contundente
En Perú, medio centenar de jóvenes militantes de partidos de izquierda se manifestaron frente a la embajada colombiana en Lima para exigir al Gobierno de Álvaro Uribe que ponga alto a la crisis desatada en la región y en reclamo de una solución pacífica a la violencia política en Colombia.
En la concentración, algunos de los manifestantes depositaron flores blancas en la puerta de la sede diplomática como «símbolo de paz» y para demostrar que los «jóvenes están por el diálogo».
«Hay una inminente amenaza de conflicto en la región y nosotros apostamos por la paz, rechazamos el terrorismo venga de donde venga», afirmó Magali Rosado, secretaria general de las Juventudes de Patria Roja.
En Ciudad de México, un numeroso grupo también se concentró a escasos metros de la Embajada de Colombia para recordar a las víctimas de «todas» las formas de violencia de ese país suramericano.
Bajo el lema «porque el olvido es como una segunda muerte», los manifestantes confeccionaron con cinta blanca sobre las aceras del tradicional Paseo de la Reforma unas cien siluetas de algunas víctimas del conflicto, cada una con una hoja informativa en la que se leían sus datos personales.
También hubo marchas en Nueva York y Washington, en París, en Londres y en otras ciudades de Europa.