Marialcira Matute conduce en radio y televisión (VTV y RNV), el programa «La librería mediática», cuya finalidad es promover el libro y la lectura en Venezuela, y que este mes celebra sus primeros 500 programas emitidos.
Aunque Venezuela representa un mercado en crecimiento, todavía es pequeño», afirma Matute. Para darse una idea de las magnitudes, cita cifras que manejan editoriales de Madrid y Barcelona. En 2006, por ejemplo, se imprimieron en España 365 millones de libros. Nada menos que un millón de ejemplares diarios de las más variadas materias. En Venezuela, el promedio en los últimos años oscila entre 20 y 22 millones de libros anuales.
Hubo años, como 2003 ó 2004, en que las cifras fueron excepcionales, porque se publicaron los 25 millones de ejemplares que corresponden a la Biblioteca Familiar y la impresión de un millón de ejemplares de El Quijote y otro tanto de Los Miserables. Un hecho sintomático del interés de los venezolanos por el libro es la concurrencia cada vez mayor de público a las ferias que organiza tanto el Estado como la Cámara Venezolana del Libro. La red de Librerías del Sur tiene ahora una cobertura más amplia y un mayor número de locales. Pero el crecimiento de librerías privadas es más alto. Hay nuevos autores que han publicado sus obras. «A mí me sobran temas para los programas y me sobran invitados, porque siempre hay una novedad de la que puedes hablar».
¿Cómo ve la lectura en Venezuela?
Con bastante esperanza. En toda la ebullición que ha vivido el país en estos 10 años, el libro se ha convertido en un objeto cotidiano. Aunque no lo leas está en tu casa. Se han regalado tantos libros y se han publicado a precios baratos. Gustavo Pereira dijo, y a eso se refería recientemente Hernández Montoya, que los libros esperan. Están ahí, en las casas de mucha gente, que nunca se había atrevido a abrir la puerta de una librería o de una biblioteca pública. Yo veo la lectura con esperanza. Y además estoy a la expectativa del tan anunciado, misterioso y comentado plan revolucionario de lectura. Parece que eso va a ser como una batida de abajo hacia arriba en todas partes. Me encanta, además, que se mantengan proyectos como el Banco del Libro que es una referencia.
¿Cree que ha habido una acción decida del gobierno de impulsar la lectura?
Sostenida, además. Recientemente hicimos un recuento; y si empezaras a leer estos libros que se regalaron, partiendo por la biblioteca familiar, que tiene cinco títulos de la literatura universal o los libros de la biblioteca básica, que incluye títulos en el que se difunden valores, o la colección de autores venezolanos de Monte Avila, con libros que se venden a 5 bolívares y tienes a la mano los libros que publican las editoriales privadas, te puedes dar una idea de lo que es un proyecto de lectura que, en uno o dos años, va a permitir descubrir o apreciar otras cosas. También está el afán del presidente Chávez, que a cualquier lugar donde va tiene un libro en la mano. Es impresionante, en todos lados saca un libro y lo muestra.
¿Y la escritura?
También se ha estimulado mucho. Hay potenciales escritores que han visto su obra publicada. Creo que el ambiente literario va a ir decantando a quienes realmente tienen la disciplina y la tenacidad de ser escritores. Creo que eso es estimulante para quienes, igualmente, quieren publicar.
¿Cree que el ambiente político ha estimulado a la gente a escribir?
Es importante como el tema político y el tema histórico llaman la atención, especialmente, entre los jóvenes, que tienen ese afán de cuestionar las cosas, de ir a las fuentes originales, comparar y sacar sus propias conclusiones. Ha sido beneficioso que se publiquen tantos libros y en particular que el tema histórico y político tengan tanto impulso. Algo similar ha pasado con la poesía, que despierta un gran interés entre los jóvenes a partir de los festivales que se han organizado. Me atreví a ir al primer festival y me sorprendió ver a una gran cantidad de gente que estaba gozándose la poesía como nunca antes. Ese movimiento y ese interés debería ser objeto de análisis.
Toda revolución tiene una novela épica y emblemática, por ejemplo, La Madre de Gorki, en la revolución rusa ¿por qué no hay una novela de la revolución bolivariana?
Acuérdate que nosotros somos una revolución a la venezolana. Somos una revolución tropical y en constante revisión. Quizás como no hay nada definitorio, no haya una novela. Tal vez lo que la define sea este movimiento del que hemos estado hablando. Ver todo el conjunto de la participación cultural que está teniendo la gente. De quienes participaban antes y de quienes participan ahora. Quizás ésa sea la novela escrita de la revolución bolivariana.
¿Una novela colectiva?
Yo la siento así. Llegará un momento en que los conceptos estarán claramente definidos, me imagino, y entonces empezarán a concretarse esas estéticas diferentes.
En otra época, era impensable que una mujer de casi 50 años estuviera haciendo un programa de televisión para difundir el libro. Seguramente yo lo habría producido y una muchachita muy graciosa y hermosa habría hecho el programa. Esos cambios de estética, ese reconocernos como seres humanos que tenemos derecho a decir cosas, como decía Galeano, quien vaya a la televisión, a la radio lo haga porque tiene algo importante que decir, es algo que quizás debería estar escrito en la novela de esta revolución bolivariana. Reconocernos como seres humanos, tal como somos, y eso va permeando hacia el periodismo.
¿No cree que lo que está planteando es un contrasentido en una sociedad tan mediática como la venezolana?
No. Precisamente a través de los medios es que podemos hacer cambios en la sociedad. Tú lo sabes. A mí me impactó lo que me dijo una señora: `a mí me gusta su programa, me gusta verlo, porque usted es como uno’. `¿Cómo es eso?’, le pregunté. `Usted a veces está linda y otras veces está horrible. Es como uno’. Me pareció lindo darle entender a las personas que uno no tiene que estar perfecto siempre. Me pareció precioso.
En las ferias del libro que organiza el Ministerio de la Cultura suele haber una editorial que no participa, porque no tramitan sus recaudos o «invisibilizan» su stand. ¿Realmente la política del Estado ha sido abierta?
Lo mido por mi programa. La Librería mediática está abierta a todo el que quiera venir. Como lectora me inclino por la lectura que me apasiona, pero como periodista reseño todos los libros que me envían las editoriales, sean públicas o privadas. Muchas personas, a pesar de las que las invitan, no quieren venir. Son tan recalcitrantes que no advierten que pierden una vitrina hacia los lectores. Te lo dicen abiertamente o se excusan. Aunque no soy organizadora de las ferias del libro, he oído decir que a muchas personas se les invita y no quieren ir.
O entregan los recaudos a destiempo, deliberadamente, para decir luego que no se les tomó en cuenta. Me pasa con las librerías privadas. Quiero mostrar sus locales y al librero, que es una figura que debería darse a conocer. Pero me cuesta mucho. Nadie debería ser recalcitrante, ni de un lado ni de otro. Creo que hay muchos puntos de encuentro y en el debate, en la discusión, está el enriquecimiento como país.
Vender libros a precios simbólicos, a 5 bolívares, o incluso a un bolívar ¿no denota un desprecio por la propiedad intelectual?
No. Esos libros son subsidiados y los derechos de autor no tienen nada que ver con el precio de los libros. Nada que ver. Creo que eso se hace para que el lector pueda ir equilibrando entre precios accesibles y excesivos y arme su biblioteca. Mientras al autor se le respete y se le pague, no me parece.
¿Derechos de autor sobre un precio de bolívares uno?
No. Cuando son libros subsidiados, hay otra forma de pago al autor. Es otro tipo de contrato al que negocia una editorial que sabe que va a vender 5 millones de copias de un libro. Son otras formas de hacer las cosas. Más bien, lo que se está estimulando es que los lectores puedan tener acceso a autores que desconocen. Me acaba de llegar una antología de cuentos de Oscar Wilde, que ni siquiera la he encontrado cuando he viajado, creo que es parte de las ediciones que cuestan dos bolívares.
¿En las editoriales del Estado no hay una preferencia por los autores identificados con el proceso bolivariano?
Lo que he visto y he experimentado a lo largo de todos estos años es que se han abierto las puertas a muchas personas. Así como hay autores que se niegan a ir al programa, igualmente hay quienes se niegan a entregar manuscritos a Monte Avila, al Perro y la Rana o a otras editoriales del Estado. Lo de Monte Avila es impresionante, porque muchas de las personas que han participado en el concurso de autores inéditos después no quieren ir a los programas. Me parece un contrasentido. Es una editorial del Estado, que los ha publicado, independientemente de sus ideas políticas. Algunos han ido al programa. Yo me entero de que no apoyan el proceso revolucionario porque están ahí sentados y me lo dicen y lo repiten en el programa. Me parece extraordinario porque el lector tiene que tener ante sí toda una gama de ideas y de estilos, que no tienen nada que ver con apoyar o no el proceso bolivariano.
¿Qué opinión le merece lo que pasó con las bibliotecas del Estado Miranda?
¿Qué fue lo que pasó con las bibliotecas de ese estado? Yo he visto tres o cuatro versiones. Confío en la que tú me digas. Yo no me voy a pronunciar sobre cosas que desconozco o sobre cosas que se han dicho y que me parecen una verdadera locura. Una es que en Venezuela se están quemando libros. ¿Qué fue lo que pasó? ¿A qué noticia exactamente te refieres?
Podría citar el reportaje que se publicó en El Nacional el domingo pasado, creo que está bien argumentado.
Si te refieres a El Nacional, yo, realmente, he visto muchas inexactitudes en algunos artículos de ese periódico. No confiaría en esa fuente. Tendría que ver si contrastaron versiones, como lo haría un periodista responsable, antes de opinar. Pensé que te referías a lo que ocurrió en el estado Vargas. Cuando a un libro le caen polillas no hay más remedio que quemarlo, porque si no contaminas al resto. Entonces, empezaron a publicarse una cantidad de artículos en los que se decía que el gobierno quemaba libros. Si hay un gobierno que ha propiciado el acercamiento a los libros, indudablemente, ha sido el del presidente Chávez.
REGISTRO VERBAL
Marialcira Matute, conductora del programa televisivo y radial La librería mediática, saluda a la audiencia con estas palabras: «Desde Venezuela, territorio libre de analfabetismo». Y dice por qué, «a nosotros nos enorgullece que eso sea una realidad».
Esa masa de nuevos lectores, incorporados al saber como parte de la Misión Robinson, podría cambiar radicalmente el mercado editorial venezolano. «Son personas que están ávidas de la lectura».
La apuesta por el libro, sin embargo, no las tiene todas consigo. Matute advierte una realidad mediática, a la cual accedió como integrante del Premio Nacional del Libro. «Se hizo un estudio exhaustivo de las parrillas de todos los canales de televisión y de una buena parte de las estaciones de radio. Advertimos que hay muy pocos programas sobre libros en las empresas privadas de comunicación. Es necesario que se hagan más todavía, no con publirreportajes menciones pagas sino con reseñas libres, que es como debería hacerse este tipo de programas».
Es algo que debería cambiar.
Coincidencialmente, en abril mes del libro, La librería mediática celebra la emisión de su programa número 500 en radio y del 400 en TV.