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Continúa el genocidio

Marruecos dispersa por el desierto del Sahara a los inmigrantes para evitar el control de las organizaciones de solidaridad

Fuentes: inSurGente

Las autoridades marroquíes han convertido el confinamiento de unos 1.200 inmigrantes apresados en los últimos días cerca de las colonias de Ceuta y Melilla en una ceremonia de la confusión. Los subsaharianos, que desde el lunes son trasladados en autobuses desde distintos puntos del norte del país hasta el Sahara Occidental, han sido dispersados por […]

Las autoridades marroquíes han convertido el confinamiento de unos 1.200 inmigrantes apresados en los últimos días cerca de las colonias de Ceuta y Melilla en una ceremonia de la confusión. Los subsaharianos, que desde el lunes son trasladados en autobuses desde distintos puntos del norte del país hasta el Sahara Occidental, han sido dispersados por un número indeterminado de poblaciones, en un territorio de más de 1.000 kilómetros, para dificultar el control de las organizaciones humanitarias, que critican los métodos utilizados por Marruecos contra la inmigración ilegal. Cerca de 200 inmigrantes están confinados en un cuartel, varios centenares junto al desierto mauritano y el resto vaga sin rumbo conocido en autobús.

El Gobierno de Rabat rechaza dar cualquier información oficial sobre los traslados de inmigrantes, pero las organizaciones no gubernamentales consultadas dan por hecho que las autoridades sólo pretenden ganar tiempo mientras negocian con los países de origen de los subsaharianos su eventual repatriación, o deciden si los abandonan junto al desierto de Mauritania en el caso de que no lleguen a acuerdo diplomático alguno.

Las únicas informaciones sobre estos centenares de inmigrantes, que desde el lunes viajan esposados y en condiciones precarias en unos 40 autobuses, las proporcionaron Médicos Sin Fronteras (MSF), SOS Racismo o Women Link World Wide.

Éstas y otras ONGs han movilizado sus efectivos para localizar las caravanas policiales, en ocasiones con la ayuda de llamadas desde móviles de los propios subsaharianos, que leen las señales de la carretera y les imploran ayuda. Estos convoyes sufren cambios de ruta para dificultar su localización.

Uno de los pocos datos conocidos el martes fue que los aproximadamente 200 ocupantes de cuatro de los autobuses han sido instalados en un cuartel militar de Dajla. Este grupo, que incluye al menos a 30 mujeres y unos 10 bebés, alguno en malas condiciones de salud, ha recibido alimentación y ha sido visitado por un médico, pero tiene prohibido cualquier contacto con el exterior.

En Nouadhibou, próxima a la frontera con Mauritania y al muro que separa el territorio controlado por el ejército marroquí del que está en manos del Frente Polisario, hay al menos seis autobuses con casi 400 personas. Según las últimas informaciones, en Smara, cerca de Mauritania junto a otro tramo del muro minado, se estaría reagrupando el grueso de los autobuses.

Las organizaciones sitúan seis autobuses, con unas 400 personas, en la ciudad de Guelmine, a más de 1.000 kilómetros de Nouadhibou, y desconocen dónde y en qué condiciones pueden estar los otros centenares de inmigrantes en ruta cuyos vehículos no se han localizado. Carlos Ugarte, de MSF, está convencido que los «están dispersando para que no los podamos encontrar».

Estas ONGs afirman que las autoridades marroquíes tratan de llegar a acuerdos de repatriación con Níger, Liberia o Ghana para alcanzar acuerdos similares a los firmados entre Marruecos y Senegal y Mali, que permitirán a Rabat devolver en los próximos días a ambos países a mas de 1.200 «sin papeles» apresados junto a las verjas de las colonias españolas de Ceuta y Melilla y zonas próximas.

En la mañana de ayer partió de Oujda (nordeste de Marruecos) un avión con 140 senegaleses rumbo a Dakar. Es el tercer grupo de 140 inmigrantes que se repatría a este país desde el lunes.