Entre los signatarios se destacan el sociólogo y politólogo Atilio Borón, autor de Imperio e Imperialismo, libro convertido en muralla antineoliberal, el artista plástico León Ferrari, el economista Claudio Lozano y las actrices Leonor Manso, Viviana Saccone, Virginia Innocenti e Ingrid Pelicori. Del mismo modo, se adhirieron al documento los escritores Liliana Heker y Vicente […]
Entre los signatarios se destacan el sociólogo y politólogo Atilio Borón, autor de Imperio e Imperialismo, libro convertido en muralla antineoliberal, el artista plástico León Ferrari, el economista Claudio Lozano y las actrices Leonor Manso, Viviana Saccone, Virginia Innocenti e Ingrid Pelicori.
Del mismo modo, se adhirieron al documento los escritores Liliana Heker y Vicente Mule la religiosa Marta Pelloni, los poetas Alberto Szpunberg y Juano Villafañe, los dramaturgos Gabriela Izcovich, Eduardo Pavlovsky y Hugo Urquijo, los directores de cine Alejandro Doria y Lita Stantic y Rodrigo de la Serna, coprotagonista junto a Gael García Bernal del filme «Diarios de Motocicleta».
Esta posición de la prestigiosa intelectualidad argentina se une a la creciente ola de protestas y actos públicos por parte de obreros, estudiantes y numerosos sectores de la sociedad gaucha contra la eventual visita de Bush al territorio de Carlos Gardel y Diego Armando Maradona.
Bajo el nombre «»Cumbre de los Pueblos» los argentinos se unen para recibir al mandatario imperial con un fuerte cerco a su política belicista, ya objetada desde la propia opinión pública norteamericana, una de cuyas principales figuras, Cindy Sheehan, se convierte en otra pesadilla para Bush no en el seno del conflicto bélico iraquí, sino ante sus propias narices por medio de las acusaciones protagonizadas frente a su rancho vacacional en Crawford, Texas. Tres meses antes del inicio de la » IV Cumbre de las Américas» la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) llama a un paro general y una movilización nacional, enarbolando el slogan «No al ALCA, Sí a la Integración de América», adoptado en reunión conjunta de todos su trabajadores como método de denuncia de los intereses yanquis de implementar el fenecido Tratado de Libre Comercio en los países del hemisferio latinoamericano. Al mismo tiempo, la dirigencia obrera da su apoyo y exhorta a las organizaciones políticas, sindicales y estudiantiles a participar en «La Cumbre de los Pueblos de América», en la que se rechazará la imposición de las políticas neoliberales y se discutirán propuestas alternativas de distribución de la riqueza y soberanía popular», según las palabras de los organizadores a diferentes medios digitales, las que se unen a las expresiones que, desde esta semana bajo la consigna de «Otra salud es posible» – «Que no se negocie la salud en la Cumbre de las Américas» toman una de las plazas más céntricas de la ciudad de Mar del Plata. Esta condena de la sociedad civil a la próxima presencia del gobernante norteamericano, no ha alcanzado prácticamente ningún espacio en la «Agenda Setting» de los grandes medios de comunicación. Se ha divulgado en la autopista de la información a través de varios medios alternativos, entre ellos la red Indy Media. Bush asistirá a la Cumbre después de que el 24 de septiembre del 2005 tengan lugar en suelo norteamericano importantes manifestaciones contra la guerra y el racismo frente a la Casa Blanca. Sus organizadores «Answer Coalition y «United for Peace and Justice» han convocado a la mayor declaración antibelicista desde el inicio de la contienda en Irak, de la cual se han hecho eco importantes sitios digitales y páginas personales como «http://civillibertarian.blogspot.com/» del activista norteamericano Jason Miller. «Estas manifestaciones se unen al círculo de voces que a nivel internacional toman conciencia de la necesidad de frenar este genocidio». Los estudiantes debemos unirnos para luchar y apoyar a todas las personas que busquen un mundo más justo en el que no predomine la hegemonización bajo el sello de Made in Usa» comentó AlterNativo, un proyecto cultural de estudiantes universitarios cubanos, propulsor de acciones de repercusión internacional contra la guerra de Irak. Todo parece indicar que por este camino Bush deberá finalizar el año 2005 entre protestas y dolores de cabeza, al igual que Nixon cuando envió en la primavera de 1970 cientos de soldados estadounidenses a Camboya, provocando las manifestaciones más masivas y violentas en la historia de los Estados Unidos.