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Más de 50 organizaciones en defensa del territorio piden la paralización de los macroproyectos especulativos

Más de 4.000 personas se movilizan en Valencia por una ubicación «racional» y «solidaria» de las energías renovables

Fuentes: Rebelión [Imagen: Teruel existe]

“Empresas extranjeras y fondos de inversión especulan con las tierras del interior que son más baratas y amenazan sectores tan importantes como el agrícola y el turismo rural”, alertan las organizaciones.

Fue uno de los últimos colectivos ciudadanos en constituirse –por la defensa del territorio- en el País Valenciano; lo hizo el pasado 19 de enero en el Consell Agrari del municipio de Sagunto (68.000 habitantes); integrada por 17 asociaciones, la Plataforma en Defensa del Territori del Camp de Morvedre rechaza el macroproyecto fotovoltaico impulsado por Iberdrola y Power Holdco (grupo Volkswagen), cuyo impacto afectaría a la partida de Montíber (“de alto valor ecológico”).

Salvem Gausa y Montíber es el lema con el que los activistas se movilizan ante la amenaza de destrucción de cerca de 4 millones de metros cuadrados de huerta productiva, así como la tala de 150.000 árboles frutales debido al emplazamiento escogido para la macroplanta.

En las redes sociales se difundió ampliamente, durante las fechas previas, la convocatoria de la Coordinadora Valenciana per la Ubicació Racional de les Energies Renovales a una manifestación el 21 enero en Valencia, con la consigna –según los carteles- de Renovables sí, pero no a cualquier precio. Por un mundo rural vivo, no a las macrorrenovables. Varios miles de personas, llegadas desde las comarcas del País Valenciano y Teruel, participaron en la movilización.

La Coordinadora está integrada por 45 grupos ecologistas y plataformas defensoras del territorio; entre los motivos de la acción reivindicativa, que comenzó en el Palacio de Justicia y finalizó en la Plaza de la Virgen de Valencia, se destacaba que la transición al modelo de energías renovables está realizándose “sin participación ciudadana” ni “respeto a las entidades locales”, además de implicar la destrucción de tierras agrícolas, bosques y un riesgo para la biodiversidad.

“Empresas extranjeras y fondos de inversión especulan con las tierras del interior que son más baratas y amenazan sectores tan importantes como el agrícola y el turismo rural”, alertan las organizaciones. También señalan la responsabilidad de la Generalitat Valenciana, el Gobierno de España y la UE, por llevar a término una desregulación de las legislaciones urbanísticas y ambientales, “para facilitar los intereses de estas empresas”.

Por ejemplo, Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF pidieron, en referencia al Real Decreto-ley 20/2022 de 27 de diciembre, que el Gobierno central y los diferentes grupos parlamentarios retiren la medida que acorta la evaluación ambiental de los proyectos renovables en todo el estado; podría generar inseguridad jurídica y agravios comparativos, denunciaron los colectivos ecologistas el 13 de enero, entre otras razones porque establece plazos más cortos de tramitación ambiental para las iniciativas de renovables con mayor tamaño.

La Coordinadora Valenciana per la Ubicació Racional de les Energies Renovables resume sus reivindicaciones del siguiente modo: “Talar más de un millón de árboles no es transición ecológica”.

En la manifestación que recorrió el centro de Valencia, uno de los carteles –empuñado por un vecino ataviado de negro-, adjuntaba estas cifras en relación con el municipio de Biar, de 3.600 habitantes (comarca alicantina de l’Alt Vinalopó): “731 hectáreas afectadas por macroproyectos; más de 60.000 árboles arrancados; nueve fotovoltaicas y 368 megavatios”.

Otro vecino, asimismo con zamarra negra, mostraba la consigna “Salvemos la Sierra de Salinas”. Se repartieron octavillas respecto al municipio de Godelleta (3.900 habitantes), en la comarca de l’Hoya de Buñol-Chiva (Valencia), con el lema Godelleta. Te queremos verde, no negra de placas. También estuvo presente la Plataforma Salvemos Farrajón. Macroparques No.

A estas reivindicaciones se sumó una pancarta, sostenida por ocho manifestantes, en la que podía leerse Les Coves de Vinromà (la Plana Alta, Castellón, 1.800 habitantes) diu no al MAGDA (macroparque fotovoltaico con cerca de 260.000 paneles solares, y una afección sobre 472 hectáreas y 60.000 árboles); también expresaron su negativa al trazado de la Línea Eléctrica de Muy Alta Tensión (MAT) asociado a la macroplanta.

En un ambiente lúdico, los participantes hicieron sonar silbatos, reclamaron Renovables sí, pero no así y advirtieron El mundo rural, no se rendirá; caminaron por las calles céntricas con el acompañamiento del bongo y al ritmo de la dolçaina, mientras algunos manifestantes repartieron hojas de laurel, naranjo y olivera. Una mujer vestida de negro empuñaba el siguiente cartel: “Las placas a los tejados, no a los sembrados”; y dos activistas, con monos blancos: “Las abejas se alimentan de flores, no de paneles solares”.

Al concluir el recorrido -ya en la Plaza de la Virgen-, se formó un gran círculo humano con las pancartas y se procedió a la lectura de un manifiesto (51 organizaciones y plataformas del País Valenciano de adhirieron al manifiesto inicial de la Coordinadora, que recuerda –entre otros puntos- el “contrasentido” de que las infraestructuras se emplacen lejos de las grandes ciudades, industrias y empresas de servicios, donde se consume la mayor parte de la energía).

Un documento difundido -en octubre de 2022- por la Coordinadora Valenciana per la Ubicació racional de les Energies Renovables ponía cifras a esta idea: “Entre 15.000 y 20.000 hectáreas afectadas por el desarrollo previsto de plantas fotovoltaicas y eólicas”. Un ejemplo del “reparto desigual” en la implantación de los proyectos puede observarse en la comarca con un mayor número de megavatios en tramitación –l’Alt Vinalopó, 1.866,5 MW-, lo que representa cerca de la mitad de la provincia de Alicante (4.564 MW de tramitación en plantas).

Otro ejemplo significativo es el de la comarca del Valle de Ayora (1,102 MW), lo que representa el 25% de la potencia en la provincia de Valencia (4.094 megavatios en trámite). Municipios como Villena (Alt Vinalopó) tienen 21 plantas en tramitación y Requena (comarca de Requena-Utiel), 16.

La Alianza estatal Estrategia y Territorio (ALIENTE) y el Observatorio Sostenibilidad publicaron el 7 de diciembre el Estudio Renovables sostenibles: fotovoltaica; una de las conclusiones más relevantes es la existencia en el estado español de “superficies suficientes para instalar 181 Gigavatios (GW) que producirían más de 272.037 GWh/año en energía fotovoltaica sin que exista ninguno o un mínimo impacto ambiental; esta energía es algo superior al consumo anual de electricidad en España en 2021”. 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.