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El nuevo plan económico del Gobierno favorece al gran capital especulativo

Más de lo mismo, más para los mismos y nada para los demás

Fuentes: Rebelión

El ministro de Hacienda Andrés Velasco, desde que asumió, no hace nada sin mirarle la cara a los grandes empresarios. Su problema es cómo tenerlos contentos. Todos los días se reúne con ellos, escucha hasta sus menores quejas, tiene un montón de asesores trabajando en sus demandas. Si el paquete que les ofrece es insuficiente, […]


El ministro de Hacienda Andrés Velasco, desde que asumió, no hace nada sin mirarle la cara a los grandes empresarios. Su problema es cómo tenerlos contentos. Todos los días se reúne con ellos, escucha hasta sus menores quejas, tiene un montón de asesores trabajando en sus demandas. Si el paquete que les ofrece es insuficiente, mejora la oferta. El Ministro del grupo tecnócrata Expansiva no está dispuesto para ninguna otra cosa.
 
No tiene tiempo para escuchar qué necesitan las pymes, no recibe a los gremios del sector público, no propone financiamiento para las regiones abandonadas, no se le ha visto en una comuna popular para ver cómo sufre la gente para movilizarse, no se ocupa de saber cuántos mayores recursos se necesitan para hospitales abarrotados o escuelas que se derrumban, ni se le ocurre pensar cómo redistribuir los ingresos del país para superar las desigualdades o cómo llevar adelante un plan para reducir el desempleo y la pobreza crónica.
 
Se dirá que eso es asunto de otros ministros. Pero él es el jefe del equipo económico, es el que dice la penúltima palabra, es el verdadero jefe de gabinete. Por tanto debiera preocuparse por todos los problemas, pues casi siempre se resuelven con dinero. Y la presidente que carece de verdaderos asesores económicos con sensibilidad social, le cree todo el cuento a Velasco.
 
Planes rimbombantes con nombres de fantasía para el público. Antes «Chile compite», ahora «Chile invierte», se llama el último, el tercero en un año. Más de lo mismo. De lo que se trata es cómo repletarle más los bolsillos al puñado de sociedades anónimas que el año pasado tuvieron las ganancias más espectaculares de la historia. Es que no invierten lo suficiente dicen los tecnócratas, repitiendo los argumentos de El Mercurio. No será por falta de financiamiento.
 
Los balances muestran enormes excedentes. Sobra el dinero para especular en la bolsa de aquí y las de afuera. Sobra el dinero para comprar tierras, supermercados, grandes tiendas o líneas aéreas de los países vecinos. Abundan los proyectos inmobiliarios para la clase alta, se proyectan nuevos supermercados, se programan ampliaciones o apertura de nuevas minas de cobre, oro, etc.
 
De lo que se trata es otra cosa. A los grandes capitalistas se les abrió el apetito con tanto dinero que acumuló y atesoró el gobierno el año pasado. Se trata de echarle mano a esas platas, antes que se las lleven los pobres. Son decenas de miles de millones de dólares que el gobierno no quiere invertir en las múltiples. y urgentes necesidades sociales y productivas que están a la vista. Por eso, el último pretexto inventado, la última cuña publicitaria es que hay que «incentivar» a los grandes monopolistas a invertir y para eso, destinar más dinero fiscal para ellos. Esos pobres monopolistas y sus ejecutivos están entre los que menos pagan impuestos en el mundo, mientras los modestos consumidores chilenos cancelan para sus necesidades básicas, uno de los IVA más altos del mundo.
 
De partida, lo más sustancioso: el gobierno se desprende de 500 millones de dólares en dos años, mediante rebajas contundentes que los empresarios descontarán del pago de impuestos, por concepto de depreciaciones de sus máquinas y equipos. Luego, nuevos beneficios tributarios para los capitalistas que se dedican a especular en la bolsa: a)para los que apuestan a las variaciones del tipo de cambio o la tasa de interés (los papeles llamados en la jerga bursátil forward, futuros, opciones y swaps) b) eliminación de impuesto a empresas extranjeras que se instalen en Chile para la custodia de papeles financieros. c) El MK3 o sea, ampliar la exención del impuesto a las ganancias de capital.
 
Aquí el plan debiera llamarse ya no «Chile invierte» sino «Ayudemos a que los especuladores ganen más y paguen menos impuestos». En resumen, la divisa de Velasco en materia de impuestos es «que paguen los que no tienen» (aumento del IVA al 19%) y que «no paguen los que tienen» ( grandes capitalistas y especuladores).