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Mauricio Hernández Norambuena, Ramiro, y el FPMR: “El marxismo fue nuestro método, el Che nuestra estrella”

Fuentes: Rebelión

El luchador social y prisionero político en la Cárcel de Máxima
Seguridad de la calle Pedro Montt en Santiago de Chile, expresa sus posiciones
respecto del devenir actual y revela aspectos inéditos de la Operación Siglo XX

En una celda cabe toda la humanidad. Desde el cautiverio del luchador social Mauricio Hernández Norambuena, Ramiro, en un calabozo de máxima seguridad en Santiago de Chile, sus palabras trascienden la soledad, la noche que no cesa, los cerrojos inmutables.

Confinado Mauricio en medio de un país y un mundo, a su vez, confinados por la pandemia y el castigo capitalista, resuelve inscribir en hojas de cuaderno los mensajes de un rebelde lúcido y antiguo.

Hasta en la prisión en la prisión, en la tortura duplicada, pueden pulverizarse los barrotes de última generación si el cautivo conoce la organización del combate para la libertad. Entonces teme el amo transitorio que la pupila del encerrado imagine políticamente. Que su corazón blindado abrace, aun en la cabina más oscura, los costados sensibles de su pueblo y se vuelva uno más en la asamblea de las y los libres. Y diga y explique y proponga futuro con argumento terrestre.

Con asombro y admiración hemos visto cómo has logrado sobrellevar tantos años de prisión política en distintas cárceles de alta y máxima seguridad, en Brasil y Chile. ¿Cómo?

Mi resistencia en este período de encierro prolongado en condiciones oprobiosas, ha sido posible porque he asumido esta circunstancia como la continuidad de la lucha contra los opresores en todos sus niveles, y tengo consciencia que las condiciones extremas y excepcionales de aislamiento carcelario al que me someten, tienen por objetivo anular mi humanidad y aniquilarme como persona. La dimensión ideológica es lo que alimenta el ensañamiento en el castigo que me aplican los enemigos históricos de los luchadores populares, y esto lo realizan usando el aparataje estatal con sus instrumentos de control social. ¿No son estas razones suficientes para dar batalla y no dejarme vencer?

Operación Siglo XX: “A mí me entregaron la tarea de seleccionar a los combatientes que participarían, y en la acción asumí la Jefatura de uno de los grupos de asalto”

La Operación Siglo XX (el intento de tiranicidio del 7 de septiembre de 1986) se ha convertido en un hito cumbre de lucha armada en contra de la dictadura. ¿Qué aspectos relevas de la operación? ¿Cuál fue tu papel en ella?

Destacaría en primer lugar la osadía del Frente de ajusticiar a quien personificaba el poderío militar de una dictadura despiadada, y atacarlo sabiendo el nivel de seguridad que lo resguardaba en todo momento. Otro aspecto importante fue que se preservó el secreto de la operación. Es decir, no se filtró a los oídos del tirano y de esa forma aseguramos la sorpresa, que fue total. Esto habla de la disciplina en las filas rodriguistas para mantener la compartimentación. En especial, cabe señalar el rigor con que trabajó la Jefatura de la Operación Siglo XX en su preparación, compuesta por Ernesto, Jefe de la Operación; Jorge, quien llevaba más de un año en la misión de cazar al dictador; y Tamara que fue prolija y eficiente en resolver la logística de toda la operación. A mí me entregaron la tarea de seleccionar a los combatientes que participarían, y en la acción asumí la jefatura de uno de los grupos de asalto que, situado en la ladera del camino, tenía como misión destruir los vehículos blindados de la comitiva y ajusticiar al tirano, así como abatir a los escoltas que opusieran resistencia . Para ello portábamos fusiles, lanzacohetes y granadas.

Otro aspecto necesario de señalar es la absoluta disposición del contingente convocado, considerando que en esta acción el criterio de voluntariedad en la participación que se empleó, fue algo excepcional. No tengo conocimiento que se hubiese aplicado similar criterio para otra acción del Frente. Claro que para quienes teníamos responsabilidades en la jefatura operativa, nos plantearon la misión y a cumplir.

Independencia del PC: “Nos transformamos en una organización político-militar autónoma con una estrategia de poder”

-¿Cómo definirías el salto cualitativo del Frente Patriótico Manuel Rodríguez al independizarse del Partido Comunista de Chile?

La autonomía que obtuvimos respecto del PC, si bien significó la pérdida sustantiva de infraestructura, redes de apoyo logístico y una cantera de futuros combatientes, también nos impuso el desafío de diseñar nuestra estrategia. La elaboración de una estrategia propia (la Guerra Patriótica y Nacional, GPN), definida en los inicios de 1988, nos planteó tareas y exigencias en todos los ámbitos de la vida del Frente (orgánico, político, logístico, militar). Nos transformamos en una organización político-militar autónoma con una estrategia de poder.

El marxismo nuestro método, el Che nuestra estrella

A partir de la autonomía del FPMR, ¿Cuáles son los aspectos que distinguieron al Rodriguismo respecto de otras formaciones que también contemplaban en su práctica la acción directa?  ¿Podrías darnos una definición del Rodriguismo? ¿Fue un proyecto político revolucionario? ¿Se inspiró en el marxismo-leninismo, consideró otras perspectivas como el “guevarismo”, “maoísmo”, “allendismo”, etc., o quería ser una fuerza ampliamente anti-pinochetista?

El FPMR ya autónomo aspiraba a convertirse en el brazo armado del pueblo para la derrota política y militar de la dictadura. Es decir, de esta forma estimular la incorporación  de las masas al combate directo contra la tiranía. Único camino según nuestra estrategia (Guerra Patriótica Nacional, GPN), para derrotarla en todas las líneas junto a su proyecto neoliberal, y desarrollar desde ahí un proceso de cambios profundos en la perspectiva de la revolución.

Siendo claros, la dictadura sufrió una derrota pequeña, táctica, dejó de ser gobierno en 1990. Sin embargo, triunfó en términos estratégicos, ya que el modelo neoliberal –reproductor de desigualdad- que instauró, perdura hasta el día de hoy.

El Rodriguismo se constituyó en una opción de vida y esto implicó la entrega total a la causa popular, desarrollando una forma directa y audaz de hacer política. O sea, mediante los hechos, el Rodriguismo es una hermandad plena de mística con sus rituales y códigos propios. Una especie de sub-cultura brotada desde las sombras de la clandestinidad. En estos aspectos se hermana con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, en dictadura, y aunque de orígenes e historia distintos, la “Escuela” fue la misma. El marxismo como base ideológica y como método. Cuba con su revolución fue nuestro faro, y el Che nuestra estrella. Esos referentes impregnan nuestros idearios y utopías. El ejemplo del MIR como único partido que resistió dignamente con sumo coraje la feroz embestida dictatorial de tortura y muerte desde el mismo 11 de septiembre de 1973, nos inspiraba cuando 10 años después dábamos nuestros primeros pasos.

El mensaje político del Rodriguismo en su emergencia guerrillera de 1988: Repudiar la negociación espuria y de espaldas al pueblo de la clase política opositora con la dictadura

-Sobre la irrupción armada en 4 poblados del país el 21 de octubre de 1988,  protagonizada por el FPMR, ¿Cuál es la valoración política y la eficacia táctica-estratégica de la GPN, tal como fue concebida y la real posibilidad de llevarla a cabo?

La GPN, como estrategia político-militar, fue elaborada en el contexto de la dictadura, lo cual significa que su motor o catalizador  para incorporar a las masas al combate era la lucha armada. La irrupción de octubre de 1988 se inscribe en esa perspectiva, la de señalar el camino del enfrentamiento armado en contra de la dictadura, y donde el Frente manifestó su decisión de hacerlo con un perfil de fuerzas guerrilleras en desarrollo por todo el país. La irrupción de 1988 no es la GPN, tampoco es su inicio. Solamente fue un indicador del camino necesario para derrotar a la dictadura, con un carácter nacional (territorialmente hablando) y la fuerza militar de carácter superior (destacamentos guerrilleros). Para una valorización rigurosa debemos considerar que el diseño político-militar de la irrupción se concibe pensando un escenario político de perpetuación del dictador (triunfo del SÍ, con fraude en el plebiscito del 5 de octubre de 1988). Luego que gana el NO y la celebración popular por dicho logro fue inmensa, persistimos en irrumpir con un mensaje para la posteridad que tiene que ver, fundamentalmente, con repudiar la negociación espuria y de espaldas al pueblo de la clase política opositora con la dictadura. El costo humano y político que pagamos con la muerte de nuestro líder y jefe máximo del Frente (Raúl Pellegrin), resultó irreparable, aunque seamos conscientes de los riesgos de la lucha.

Revuelta Social 18-O: “Las demandas del movimiento popular apuntan contra el modelo en sí”

-Como en la historia de los pueblos del mundo, en Chile se han vivido levantamientos sociales que emplazan al orden existente por una o por muchas causas. El llamado movimiento 18-O, ¿es distinto, es similar, qué contenidos nuevos expresa? ¿Qué piensas de las diversas formas que adoptó?

Después de los años 80 y luego de la derrota estratégica del movimiento popular con sus instrumentos materiales, cuando al término de la dictadura la clase política se constituye en el pilar fundamental de la sustentación e implementación del proyecto neoliberal formulado en dictadura, no ha existido una lucha decidida para superar el capitalismo (salvo la honrosa excepción de sectores del pueblo mapuche). Hoy, como consecuencia de la inacción de una generación relativamente ausente en los últimos 20 años, tenemos un modelo naturalizado que reproduce desigualdad, precariza la vida del pueblo y le arrebata su dignidad.

Sobre esas bases históricas, el levantamiento popular del 18 de octubre  adquiere mayor relevancia y explica en parte, por qué nos asombró a todos. Sin la herencia de las luchas pasadas producto de esta “pausa histórica” de más de dos décadas, se comprende la falta de referentes de lucha radical y directa, como lo fueron las organizaciones  político-militares que combatieron la dictadura. Ante esta realidad se requiere construir puentes con esas experiencias del pasado reciente, parte del patrimonio de la lucha popular, y tarea que pasa por la recuperación de la memoria histórica y su difusión.

En lo específico, lo nuevo del despertar de octubre está en todas partes. Su persistencia e intensidad, 5 meses o 150 días ininterrumpidos de protesta social generalizada en todo el país. Creo que se trata de algo jamás visto en nuestra historia. La multiplicidad de demandas y el apartidismo son otros elementos novedosos. Las formas organizativas sin jerarquías o lideranzas notorias, y la diversidad de colectivos  o comunidades que se manifiestan, son aspectos a destacar también. Otro factor que resalto es la presencia de los emblemas mapuche, que significan el apoyo masivo a nuestro pueblo ancestral, a su lucha por recuperar su territorio. Creo que en su mayoría, las demandas del movimiento popular apuntan contra el modelo en sí, revelándolo como responsable de la desigualdad social, porque la reproduce.

De ahí que el contenido fundamental de la revuelta no sea meramente reivindicativo o economicista, sino que eminentemente político. La radicalidad del movimiento popular también demuestra que objetivamente busca el cambio del actual modelo.

“Lo ineludible (…) es la construcción de instrumentos políticos unitarios que transformen la diversidad de la protesta social en fuerza política eficaz”

-¿Es necesario ahora el o los instrumentos políticos emancipadores, con vocación de poder y conducción, creado desde el propio movimiento popular, desde su propio desenvolvimiento, con las mejores personas que hacen parte de ese compuesto? ¿Hay que transitar, de acuerdo al propio desarrollo de la lucha de clases, por articulaciones amplias y objetivos claros, con una estructura mínima para proceder, ni burocrática ni asambleísta, etc.?

No creo que existan fórmulas rígidas de organización popular. Lo que sí me parece ineludible en algún momento del proceso emancipatorio, es la construcción de instrumentos políticos unitarios que transformen la diversidad de la protesta social en fuerza política eficaz. Lo importante será un programa común, la articulación entre las distintas expresiones en pie de lucha (conducción) y la irrupción de la fuerza popular en todos los niveles de lucha.

-¿Qué opinas sobre la Lucha Mapuche?

La justeza histórica de la lucha del Pueblo Mapuche no puede estar en duda, cuando el Estado chileno les ha usurpado su territorio (Wallmapu). La guerra de conquista y exterminio que el Estado chileno emprendió contra el Pueblo Mapuche el siglo XIX, aún permanece en la memoria de este pueblo y se hace presente con abrumadora fuerza cuando el modelo neoliberal, depredador  de los recursos naturales, los agrede y los empuja a la extinción como pueblo. Sin tierra, no existe el pueblo ni la cultura mapuche, y su historia también desaparece entonces. En consecuencia, la lucha de este pueblo no es sólo justa, sino que necesaria e irrenunciable para su propia existencia.

Plebiscito del 25 de octubre

-Sabemos que estás bien informado de lo que sucede en Chile. ¿Cuál es tu opinión del plebiscito del próximo 25 de octubre? ¿Es posible construir una Constitución que represente los intereses y derechos del oprimido, antes de que las fuerzas populares conquisten el poder?

El itinerario propio y autónomo de la protesta social en la calle y territorios del país, es imprescindible. Y en esa dinámica puede converger con el proceso constituyente, sin dejarse cooptar por el mismo. La apuesta popular  debiera privilegiar el camino propio con sus propias fuerzas, ejerciendo a plenitud su soberanía. El futuro proceso constituyente puede contribuir en esa perspectiva  debido a que ofrecerá condiciones favorables para la manifestación popular masiva, y desde la calle podrá tensionar su institucionalidad, presionando a los constituyentes, interpelándolos para cambios profundos, incluso, cambios que traspasen las reglas y límites del propio proceso constituyente, ejerciendo sin reparos la soberanía de quien los constituyó como sus representantes.

La disputa política como lucha de poder que es, en ciertos contextos se agudiza de forma encarnizada. Creer entonces que los intereses populares puedan estar representados a cabalidad en una carta fundamental, sin que esos sectores no tengan el poder político suficiente para imponer sus términos, es una ingenuidad.

“La lucha contra la tiranía del patriarcado es indisoluble con la lucha emancipadora del pueblo”

-Las mujeres en Chile son especialmente protagonistas en la lucha popular y pugnan por sus derechos en contra del patriarcado y el Estado opresor…

La participación femenina ha sido masiva y su protagonismo potente. Creo que su lucha contra la tiranía del patriarcado y por la conquista de sus derechos es indisoluble con la lucha emancipadora que el pueblo encendió el 18 de octubre. La fuerza creadora de las mujeres en la protesta ha sido un aporte revitalizador y bello, donde las performance de “Las Tesis” en su recorrido planetario no han dejado indiferente a nadie. La memoria histórica respecto de las luchas feministas debiera estar muy presente hoy. Porque desde ahí podemos reconocer a todas las luchadoras que durante décadas han protagonizado ese proceso difícil y sinuoso para conquistar sus derechos. No podrá existir una sociedad de iguales sin equidad de género.

La campaña por la libertad

-Por último, estamos al tanto que en las últimas semanas se ha desplegado por las redes sociales una nueva campaña y una nueva estrategia jurídica que pretende conseguir tu libertad, acudiendo a instancias internacionales que velan por el respeto y promoción de los derechos humanos en las Naciones Unidas. ¿Puedes informarnos?

La campaña solidaria que se realiza por parte de familiares, amigos(as), compañeros(as) aquí y en el exterior busca apoyar la denuncia jurídica que presentaron mis abogados(as) en agosto de 2020 ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Tiene como fundamentación el incumplimiento del Estado chileno en abonar a mi actual condena el tiempo privado de libertad en Brasil (17 años), período que estuvo en ejecución una prisión preventiva para objeto de realizar una extradición solicitada por Chile.