«La televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural». Federico Fellini Un mundo dominado por los grandes medios de comunicación privados, es un mundo condenado a la desinformación y la manipulación; este el panorama que presenta Colombia, país donde los sectores de la economía hicieron de la información una […]
Federico Fellini
Un mundo dominado por los grandes medios de comunicación privados, es un mundo condenado a la desinformación y la manipulación; este el panorama que presenta Colombia, país donde los sectores de la economía hicieron de la información una esclava que responde a sus intereses.
No es de esperar entonces que los medios privados, salvo algunas excepciones, «informen» para mejorar las condiciones de vida de los colombianos. Seríamos ingenuos si pensáramos lo contrario. Porque una economía que enriquece a unos pocos y empobrece a millones, es sustento y finalidad de los dueños de los grandes medios. Por tanto, sus cámaras y micrófonos están enfocados a sostener una política de desigualdades sociales que benefician los intereses económicos de un pequeñísimo sector de la sociedad, y para ello utilizan sus agencias de noticias y canales privados.
Este punto de discusión es de suma importancia para entender el comportamiento de los medios frente a los actuales diálogos de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC. Puesto que su interés no está en informar para que el país alcance una paz donde los problemas sociales encuentren soluciones que acaben con la inequidad del país, en otras palabras, su finalidad no es promover una paz con justicia social. No, su interés no es el bienestar del país. Su fin es ocultar que el conflicto social y armado colombiano solo tendrá solución cuando se garanticen condiciones de vida dignas para todos los colombianos.
La paz que los medios promueven no es otra cosa que la complicidad del silencio. Está claro, puesto que su misión es ocultar la injusticia y desigualdad social para presentar los diálogos de paz como una simple entrega de armas de la guerrilla, y no como lo que son: una mesa de diálogos para poner fin a la guerra y dar solución a las causas que originaron el conflicto, causas donde la injusticia, la corrupción y la inequidad se han profundizado y continúan condenando el pueblo colombiano a la miseria.
Es aquí donde los medios de comunicación alternativos, y periodistas independientes, aparecen en el escenario de la búsqueda de la paz con justicia social. Su desempeño durante los diálogos entre el Gobierno y las FARC, ha sido luchar contra la desinformación y manipulación de las grandes agencias de noticias y canales privados. Su defensa de la necesidad de una salida política al conflicto social y armado colombiano es una de sus banderas más importantes. Sin embargo, otra tarea también se han propuesto: la «democratización de los medios de comunicación» como consigna fundamental para la construcción de un nuevo país.
El monopolio sobre los medios de comunicación, del que gozan sectores de la economía del país, debe acabarse y dar paso a procesos de organizaciones sociales, estudiantiles, cívicas, rurales, comunitarias y populares, que recuperen los medios de comunicación para las voces de un pueblo que ha sido silenciado, manipulado y calumniado por los intereses inescrupulosos de los grandes capitalistas del país. Escenarios como los cabildos de la Marcha Patriótica y las Constituyentes por la paz se muestran como espacios propicios para desarrollar esta propuesta.
En el departamento del Valle del Cauca estas discusiones ya empezaron a tomar importancia. El 28 de febrero de este año, tuvo lugar en la ciudad de Cali el primer foro Conflictos, medios y solución política, organizado por la Marcha Patriótica del Valle, el Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano (PUPSOC), y la Red de Medios Alternativos y Populares (REMAP).
Y los resultados fueron positivos. Producto de las discusiones, en la agenda del foro quedó planteada la importancia de trabajar por una solución política al conflicto social y armado que incluya a todos los grupos insurgentes de Colombia, y continuar la lucha por alcanzar una paz con justicia social.
Experiencias como estas deben replicarse por todo el departamento y el territorio nacional. Conversatorios, foros y encuentros que permitan precisar el nefasto papel que juegan los medios de comunicación privados dentro del conflicto colombiano, es de suma importancia para desarrollar dinámicas concretas para trabajar en pro de la paz con justicia social desde la comunicación alternativa y el periodismo independiente. Pero también son de gran trascendencia para establecer una agenda que permita construir una Política de Medios de Comunicación que democratice todos sus escenarios para la participación de la sociedad, y que ponga fin al monopolio y manipulación informativa de los canales privados del país.
El trabajo en constituyentes se vislumbra como el camino a seguir. Establecer esta propuesta a nivel local, departamental y regional, nos llevaría a consolidar una constituyente nacional de medios de comunicación por la paz con justicia social, como paso fundamental para construir esa nueva Colombia que requiere de una Política de Medios de Comunicación, y cuya discusión será un tema ineludible en la mesa de diálogos de paz que se desarrolla en La Habana.
Artículo publicado en la edición de mayo del periódico Econoticias de la ciudad de Tuluá. Tomado de: http://remapvalle.blogspot.com.es/2013/05/medios-alternativos-de-comunicacion.html