En el encuentro de los ex prisioneros del campo de concentración de Chacabuco, la antigua oficina salitrera en la pampa de Antofagasta -el 23 y 24 de noviembre de 2013- un grupo de antiguos reclusos se dio a la tarea de encontrar una botella enterrada, con un mensaje escrito en octubre de 1974, cuando se […]
En el encuentro de los ex prisioneros del campo de concentración de Chacabuco, la antigua oficina salitrera en la pampa de Antofagasta -el 23 y 24 de noviembre de 2013- un grupo de antiguos reclusos se dio a la tarea de encontrar una botella enterrada, con un mensaje escrito en octubre de 1974, cuando se cerró el campo.
Tras un debate acerca de la locación exacta, y con gran emoción, excavaron en el pequeño patio de la vivienda y encontraron una botella intacta. En la parte exterior, uno de los presos -un químico- escribió «VENENO», y una fórmula terrorífica, para espantar intrusos.
La carta aun legible en el papel amarillento, está firmada por cuatro partidos de izquierda, y es un testimonio de moral revolucionaria y compromiso de lucha que la asamblea de los ex prisioneros adoptó el mismo día como «Declaración de Chacabuco» en el teatro de la antigua oficina salitrera.
El mensaje conserva plena vigencia.
(Foto de Juan López)
El mensaje en la botell:
A la caída del Gobierno Popular encabezado por Salvador Allende, se instaura en Chile una feroz dictadura que estremeció al mundo por su crueldad y terror. Miles fueron los muertos a lo largo del país; otros tantos los desaparecidos.
Asimismo llenaron las cárceles y los campos de concentración más de diez mil presos políticos. Sólo por este campo pasaron 1.284 escogidos dirigentes de izquierda, incluyendo jóvenes menores de edad y ancianos en extremo. Vivieron y sufrieron aquí hombres de diferentes regiones del país. De Copiapó, Antofagasta, Valparaíso, Santiago, Colchagua, O’Higgins, Linares, Chillán, Biobío, Concepción, Arauco, Osorno llegaron a este desolado lugar, símbolo de la explotación de los obreros del salitre. Obreros, campesinos, empleados, intelectuales, profesionales y estudiantes que se distinguieron por su alta moral, y solidez en sus principios.
La soledad de la pampa cobró vida con la activa creatividad de los artesanos y artistas que nacían al amparo de la soledad de los días de cautiverio. Memorables fueron los shows que alegraron domingo a domingo los días de cautiverio. Nadie olvidará la chingana, la fogata, las obras teatrales, el circo, la fecunda actividad de los talleres artesanales, sus variadas exposiciones de cobre, madera, telar, onyx, como tampoco nadie olvidará las torres, con sus uniformados y fusiles apuntando a la alambrada, las odiosas formaciones a pleno sol o al frío de la noche, los allanamientos, el pillaje, la canción nacional y su agregado irónico, nuestros nobles… Como tampoco nadie podrá olvidar el escuálido rancho, las migajas de pan, la rosca y sus derivados, las úlceras y neurosis.
Pero todo se superaba con dignidad y moral. Se organizaron por casa, pabellón y campo, en todo unidos. El Consejo de Ancianos, que era la máxima organización, creó servicios públicos para los detenidos, tales como el bienestar, el policlínico, la escuela, la biblioteca, la asociación deportiva, departamento de aseo, administración, cooperativa artesanal, etcétera.
Son acontecimientos memorables para cada uno: en homenaje a la memoria de los compañeros mártires, el digno minuto de silencio el día 11 de septiembre de 1974; la lealtad y nobleza de los compañeros que viajaron miles de kilómetros; el fusilamiento de los perros llegados al campo; las misteriosas explosiones de las minas que rodeaban el campo; los días sin agua.
Aunque permanecieron sólo en este lugar más de un año, nadie se consideró más o menos libre que el resto de sus hermanos de la calle, pues era la patria una inmensa cárcel. El compromiso con la libertad tampoco fue un anhelo individual, sino un compromiso de combate junto al pueblo.
Hasta ellos llega el aliento constante, creciente, de la solidaridad de los trabajadores del mundo y sus vanguardias políticas, y de los países y pueblos democráticos y organizaciones internacionales, por medio de la voz amiga y hermana de Radio Moscú, Habana, Progreso, Berlín, etc.
Hoy, al ser (ilegible) y otros campos de concentración, se marchan con la convicción inevitable del triunfo de la revolución socialista para días no lejanos. Compañeros, en sus mentes está presente la necesidad de la victoria inevitable. Necesitamos sólo una victoria: la final.
Partido Comunista de Chile
Partido Socialista de Chile
Movimiento de Izquierda Revolucionaria
Movimiento de Acción Popular Unitaria
Chacabuco, Octubre de 1974