Acomodarse con la institucionalidad pinochetera no es algo que le cueste demasiado a esta albóndiga compuesta de Frente Amplio y Concertación new wave aderezada con reminiscencias comunistas, mientras las urgencias las definan los empresarios.
Que yo recuerde, la última nota que escribí sobre Chile se titula “¿La Balsa de la Medusa?”.
Ya el título da una idea de lo que pienso sobre el devenir de la tierra en que nací.
Como en el drama de la fragata francesa, -que tuvo lugar en el año de gracia de 1816 por culpa de un capitán veleta (no de veleta), ignorante y pretensioso-, en la copia feliz del Edén los ricos se salvan cómodamente instalados en las lanchas de emergencia, mientras los pringaos tienen que recurrir a una balsa hechiza, con los mismos resultados: del lado del pobrerío los muertos y los sacrificados, del otro los que aprovechan el sol para dorarse la piel.
Ya te conté que el capitán de mis dos fue absuelto por una Corte Marcial, mientras los raros sobrevivientes de la balsa murieron poco después de ser recogidos por otro navío. Nada nuevo bajo el sol.
Estaba yo en eso, editando el texto para una publicación en línea, cuando apareció ante mis ojos una no sé si llamarla noticia. Hela aquí, no hay ninguna razón de que yo sea el único favorecido por estas genialidades que nos vienen del coño sur, tan pródigo en materia de locos, pichas flojas, boludos y otros weones a la vela:
“Pasado el plebiscito empresarios plantean que hay que volver a ocuparse del crecimiento” (sic).
Una de mis neuronas hiperactivas -de las mismas que hace más de medio siglo automatizaron mi hijodeputómetro a interferometría cuántica-, me avisó: pasa que los empresarios, en un ejemplo de sacrificio cívico poco común, interrumpieron el crecimiento durante el tiempo necesario para organizar el pinche plebiscito que debía decidir de una enculada general, massive fucking-up que le llaman en Washington.
En el fondo los empresarios ya tienen lo que necesitan y las diarreas ideológicas no van con ellos. Eso queda para los iluminados. Un empresario obedece a la Ley fundamental del lucro, lo demás es paja. De modo que ahora, terminado el jolgorio, proponen pulsar el botón del crecimiento -se terminó el recreo- hay que regar las plantas.
Hasta ahí… yo mismo. No hay que pedirle peras al olmo, ni uchuva o topo-topo a las enredaderas. Pero acontece que otra salida de madre perturbó mis cigomático-temporales -que según entiendo intervienen en el despliegue de la sonrisa-, al tiempo que activaron enérgicamente mi elevador del ano, -formado como sabes por los músculos puborrectal, pubococcígeo e iliococcígeo-, mayormente en prevención de ser chingado una vez más por la clase política que nos desgobierna. Mira ver:
“El domingo 17 se realizó el plebiscito al borrador presentado por el Consejo Constitucional. En la elección, la ciudadanía chilena rechazó nuevamente un segundo proyecto para cambiar la Constitución. Es más, la opción “En Contra” se impuso en 31 de las 34 comunas del Gran Santiago, marcando un profundo contraste con las últimas dos elecciones constitucionales. Tras el triunfo, el Presidente pronunció un medido discurso en el que señaló que las urgencias son otras y dio por cerrado el proceso constitucional.”
Zeus no lo hubiese hecho peor, él que nació en la gruta de Psykhros.
Cito a Zeus porque en sánscrito se traduce como ‘cielo luminoso’ y en la lengua selk’nam que hablan los onas quiere decir presi’ente. También por el lugar de nacimiento, Psykrhos, que evolucionó en Psyché, Psiquis, psicosis, y todo lo relacionado con el ‘alma’ y sus altibajos que requieren terapias y cuidados intensivos no siempre eficaces.
Hasta donde sé, Psykrhos no tuvo nada que ver con Logos, relacionado más bien con la razón del mundo, la lógica que corresponde en el mundo latino a la racionalidad y el arte del pensamiento justo. Nada más alejado de las capacidades de nuestro ‘cielo luminoso’, que según lo que hay de prensa, “pronunció un medido discurso en el que señaló que las urgencias son otras y dio por cerrado el proceso constitucional.”
¿Y cuáles son las otras urgencias? ¿Ah?
Ya lo leíste más arriba: “…hay que volver a ocuparse del crecimiento.”
En pos de lo cual nuestro ‘cielo luminoso’ dio “por cerrado el proceso constitucional”. Por cojones.
Acomodarse con la institucionalidad pinochetera no es algo que le cueste demasiado a esta albóndiga compuesta de Frente Amplio y Concertación new wave aderezada con reminiscencias comunistas, mientras las urgencias las definan los empresarios.
Nuestro drama lo resumió en muy pocas palabras y de manera magistral un pana de Concepción, mi compadre Juan Bautista. A él me remito:
“El serio e indisoluble problema es estar inmersos en las aguas turbias de los ‘consensos’, como una sutil, pero efectiva y siniestra forma de chantaje…”
Lo que nos deja frente a la única alternativa: refundar desde los cimientos una fuerza política que limpie el patio, y reúna en torno a sí lo mejor de nuestro pueblo.
Llevará tiempo, esfuerzos y sacrificios, pero las nuevas generaciones son portadoras de inteligencia y capacidad de lucha.
La tarea más difícil, al inicio, consistirá en apartar a quienes regentan el burdel en nombre de intereses que no son los nuestros.