El Inpec reconoce una cifra de 1.474 detenidos de la Picota contagiados con la Covid-19. Sin embargo, las personas privadas de la libertad y sus familias señalan que el número de personas afectadas es mucho mayor y las condiciones en que afrontan las pandemia, son cada vez más deplorables.
Los lugares de aislamiento dispuestos por las autoridades penitenciarias, no sólo son insuficientes sino carentes de los más elementales requerimientos de humanidad. Los detenidos quedan absolutamente incomunicados porque no se les provee de los medios para mantener el contacto con sus seres queridos y a estos no se les está informando la condición de salud de su familiar. El personal médico para la atención es insuficiente y temeroso de realizar su trabajo, pues las condiciones en que se desarrolla les hace también vulnerables. Factores que inciden en el deficiente seguimiento del estado de salud de cada interno aislado-
Por otro lado, la búsqueda activa de casos es completamente ineficaz. Ni siquiera a las personas que presentan síntomas de la enfermedad se les están practicando las pruebas para constatar que está contagiada. En estos momentos, un número importante de detenidos de varios patios presentan fiebres altas, escalofríos, afecciones respiratorias y dolor general, y no se les está realizando el más mínimo control médico.
Tampoco se están realizando las valoraciones del efecto de la pandemia en las personas que superan el virus. Varias de ellas permanecen con síntomas tales como debilidad generalizada y dificultades respiratorias. Incluso se dice que hay detenidos de la estructura 1 (penal) que después de haber superado la enfermedad, vuelven a adquirirla. El aislamiento se tornó inocuo, además de indigno.
Ante estas condiciones y en consideración a otros factores que agravan la situación tales como la corrupción de la guardia (que aprovecha la pandemia para cobrar el envío de encomiendas que hacen los familiares y los trámites de beneficios jurídicos) y el desabastecimiento de los expendios, los detenidos del Patio 4 se encuentran en huelga de hambre.
La situación que se respira en la Picota es angustiante y la indolencia del Estado sigue siendo el común denominador.
Más información a través de Lilia Quintero: 314-2317921
Miedo, muerte y abandono se respira hoy en la Picota
Fuentes: Rebelión