Desde hace 24 días, 576 horas, los siete mineros que aún permanecen encerrados en el pozo Santa Cruz del Sil no ven la luz del sol. Nada cambia, el día y la noche se entremezclan a la espera de una buena noticia que permita poner fin a su situación. A tres kilómetros de la bocamina, […]
A tres kilómetros de la bocamina, en medio de una humedad casi insoportable, su situación se complica con el paso de los días. A diario reciben la comida que sus mujeres les realizan y la visita de un médico que controla su estado físico y anímico.
Su único apoyo, el aliento que llega desde el exterior. «La lucha merece la pena», advierten. En las paredes han situado un sol realizado con cartulinas «para no olvidar que existe» y a unos metros (sobre un papel) se acumulan las decenas de cartas enviadas por familiares, amigos y diferentes colectivos.
Pero el deterioro de quienes allí se encuentran encerrados es evidente. «La humedad hace mucho daño», reconoce otro de los mineros encerrados, en este caso en la Diputación de León. «Cuando bajas pasas siete horas allí y sólo estás deseando salir, así que tantos días allí es muy duro».
«Queremos darles ánimo»
De ahí que este miércoles los mineros encerrados en la institución provincial hayan remitido una carta a sus compañeros en el Pozo Santa Cruz. «Queremos darles ánimo», han asegurado.
Y ‘a vuelta de correo’, desde el pozo les han eviado fotos con la señal de la victoria y un grito de ánimo: «No nos rendiremos». «Todos a una hasta el final, sea cual sea», también les han asegurado.
En la Diputación, las palabras recibidas tienen un aire de esperanza. «Es increíble lo que están haciendo por todos nosotros. Son un ejemplo», advierten los encerrados en la capital.
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