Desde la revolución industrial (1789), el movimiento obrero fue un fenómeno social y político que tuvo sus orígenes en la Inglaterra del siglo XVIII. Este fenómeno tuvo como principal objetivo mejorar el bienestar de los trabajadores, surgió a partir de la Revolución Industrial y los cambios que conllevaron se manifestarían con el tiempo en desigualdades sociales y económicas.
Pasar de una mano de obra artesanal a una de carácter industrial, posibilitó que la clase obrera se empezará a organizar en Cooperativas y más tarde en Sindicatos.
El origen del sindicalismo emergió como necesidad de la clase obrera frente a los efectos perversos de la industrialización y del naciente capitalismo salvaje.
Las primeras ligas obreras se fundaron en Europa occidental y en Estados Unidos a finales del siglo XVIII y principios del XIX, como respuesta ante el auge del capitalismo. Uno de los hechos más sobresalientes de la clase obrera organizada del mundo, fue la del primero de mayo de 1886, en que unos 150 mil a 200 mil trabajadores iniciaran la huelga mientras que otros 200 mil obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro.
Disparos de las autoridades del orden represor, dejaron por esa fecha un saldo considerable de muertos y heridos entre los trabajadores. A esta fecha se le conoce como los “mártires de Chicago”. A partir de este acontecimiento, la clase obrera organizada en el mundo celebra de manera ininterrumpida el Primero de Mayo, como fecha clásica para conmemorar las reivindicaciones de los trabajadores sindicalizados.
Los reclamos de aquella fatídica huelga fueron conocidos como los tres 8: «Ocho horas para trabajar, ocho horas para descansar y ocho horas para el estudio», reivindicación que miles de obreros solicitaban el 1° de mayo de 1886, cuando iniciaron una huelga en todas las fábricas de Chicago para exigir a los empresarios una jornada laboral de ocho horas.
Otro hecho histórico que no podemos pasar desapercibido, para rendir homenaje a José Abigail Misse Arenales, fue La Revolución de Octubre, también conocida como «Revolución bolchevique», que se inició el 7 de noviembre de 1917. Se trató de la segunda fase de la revolución rusa de 1917, bajo el liderazgo del político marxista V. Ilich Lenin y de la clase obrera, más conocidos como los «bolcheviques comunistas».
Foto: Archivo familiar
Con este breve esbozo histórico del movimiento obrero internacionalista, le hacemos un merecido y sencillo homenaje a uno de los sobrevivientes de la lucha sindical en Colombia, José Abigail Misse, hijo de las entrañas de la lucha obrera, en los últimos setenta años.
José Abigail Misse, siempre enarboló los principios de un sindicalismo de clase, es decir, de movilización y de conquistas nuevas para el obrero. El viejo Misse siempre que veía una mala negociación del movimiento sindical; no dudaba en afirmar “¡Ahí están esos esquiroles!” (Sindicalistas traidores).
A continuación, ilustramos una pequeña reseña histórica de la vida de este curtido dirigente sindical y popular:
José Abigail Misse Arenales, nació en Soatá Boyacá el 9 de abril de 1929 (92 años); casado con Claudia Ariza de Misse, su compañera inseparable, fruto del amor tuvieron 12 hijos, 7 hombres (dos de ellos desafortunadamente fallecidos) y 5 mujeres.
Solo realizó estudios de básica primaria; pero su trayectoria sindical lo convirtió en un erudito intelectual de la economía política, derechos humanos, garantías sindicales, derecho laboral, además de ser un gran conocedor de la historia del sindicalismo mundial.
Fue dirigente sindical y popular, fundador de la Federación de Trabajadores del Quindío, FETRAQUIN –CSTC, fundada en 1973, de la cual fue presidente por el término de 25 años. Fundador y directivo de la Confederación Sindical de Trabajadores de Colombia, CSTC y de la Federación Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción, Fenaltraconcen CSTC. Inició su actuar político como concejal del municipio de La Tebaida en 1968; posteriormente fue Diputado por el partido Comunista, Unión Nacional de Oposición UNO y el movimiento Firmes por 3 períodos en la Asamblea Deptal. del Quindío, de 1970 a 1978, (empezó como suplente de Demetrio Prieto Rozo) actividad política que combinó con la actividad comunal y sindical, conformando más de treinta y cinco organizaciones sindicales en el campo y la ciudad.
Sus inicios en el movimiento popular se motivaron desde los 21 años cuando estando en el parque Caicedo en Cali presenció el atropello de unos policías contra una humilde vendedora de chontaduro.
En Armenia, funda el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción – Sindicons y organiza a los vendedores ambulantes y a los areneros del departamento del Quindío. Antes de su actividad sindical fue líder comunal, fundando la Junta de Acción Comunal del barrio La Florida y logrando, junto a otros comunales, la construcción de la Escuela La Florida en la década de los 60´s.
En los años 80´s lidera una de las más importantes reivindicaciones agrarias con los trabajadores de la hacienda La Arboleda, en la vereda La popa de La Tebaida, que concluyó con los títulos de propiedad por parte del Incora a cada una de las familias que eran explotadas y no recibían salarios ni prestaciones sociales, orientando la toma y posesión de la hacienda por parte de los labriegos, gran extensión de tierra productora de plátano, café, yuca, maíz y frutas y con planta de procesamiento de panela y ladrillo.
Foto: Archivo familiar
Ya en los años 70 había orientado la organización campesina de la gran hacienda, La Española, jurisdicción del municipio de Quimbaya.
Con Volney Largo Rada (asesinado en Armenia en agosto de 1991) su fórmula política para el Concejo de Armenia, fundaron la Central Nacional Provivienda – Cenaprov- en el Quindío y defendieron la toma de los destechados del barrio Buenos Aires alto, logrando que a cada familia se le diera casa propia en el barrio La Nueva Libertad.
Apoyó la construcción, por autogestión comunitaria, de los barrios Manuela Beltrán y Antonio Nariño. Defendió y orientó la toma de un lote de terreno de varios destechados en lo que se conoce ahora como el barrio Salvador Allende.
De igual manera funda barrios populares en Montenegro, Calarcá, Quimbaya. Así como obtiene el transporte público Armenia – Salento.
Cuenta que, dentro de sus anécdotas más marcadas, está el hecho de que acudió en compañía de Demetrio Prieto Roso a la 8ª Brigada de Armenia a pedir protección por su vida, pues era objeto de intimidaciones, amenazas y seguimientos bajo el Estatuto de la Seguridad en el gobierno de Turbay Ayala. Estando sentados con el comandante de la brigada y dando a conocer su problemática de amenazas, el militar les respondió: “¡sólo les doy un consejo!, aléjense de ese revoltoso Misse…” en ese momento Demetrio Prieto le pegó con la rodilla, diciéndole que se callara, que no dijera nada. Inmediatamente se despidieron del militar. En otra ocasión bajaba por la urbanización María Cristina, hacia el puente La Florida, después de orientar a los ocupantes de los terrenos aledaños a María Cristina, mal llamados «la invasión» y lo alcanzó un militar, quien le dijo al oído, “¡hermano, piérdase que a usted lo van a matar hoy!” (Esta anécdota la cuenta de manera paradójica).
Foto: Archivo familiar
Otros hechos similares le ocurriendo en toda su vida de activista y defensor de derechos humanos y de las clases populares. Su mayor decepción: la ingratitud de algunas comunidades a quienes les sirvió con ahínco y en época de elecciones votaron por quienes dañaron la política al comprar el voto. Siempre obtuvo sus curules con el voto limpio y a conciencia.
En 1976, gracias a su liderazgo y capacidad organizativa viaja como delegado de la CSTC a la República Democrática Alemana en donde forja su temple vanguardista en la lucha y organización popular.
José Abigail Misse a sus 92 años, tiene la satisfacción de que su lucha queda estampada en la revolución de los Comuneros; en los mártires de Chicago; en los mártires de la masacre de las bananeras (Colombia, 1928); en los destechados; en los obreros sindicalizados; en los mártires del paro del 1977; en los mártires del estallido social del 2021 pero también en los primeros de mayo entonando a viva voz ¡Agrupémonos todos en la lucha Final¡
Sí, José Misse Arenales, eres la fragua que forja la conciencia del sindicalismo de clase.
¡Larga vida al maestro!
Agradecimiento a Augusto Misse Ariza, por suministro de información para esta nota.