Apreciado Santrich, te escribo con la alegría y el orgullo de haber luchado y compartido tantos años a tu lado y haber tejido juntos, sueños y utopías; creo en ti, como creo en mi partido. «Con paciencia el caracol, abre trocha en la montaña, es tan grande como el sol, la calma que lo acompaña» […]
Apreciado Santrich, te escribo con la alegría y el orgullo de haber luchado y compartido tantos años a tu lado y haber tejido juntos, sueños y utopías; creo en ti, como creo en mi partido.
«Con paciencia el caracol, abre trocha en la montaña, es tan grande como el sol, la calma que lo acompaña» (de una canción de Jesús Santrich) Estaba con Jesús Santrich la noche del domingo 8 de abril, cuando nos enteramos que había una orden de allanamiento, captura y extradición en su contra. Recuerdo que el sonrió y expreso con su humor de siempre «será entonces el único fast trak que resultaría eficaz en este proceso, porque el otro fue un fracaso». Le recomendamos cambiar de residencia ante lo que él respondió: «prefiero enfrentar la situación y demostrar que es otra prueba de la perfidia en la que quedaron convertidos los acuerdos de paz». Esa noche montamos guardia como en nuestros tiempos guerrilleros. Por la mañana se levantó muy temprano como de costumbre, desayunó de pie en la cocina un caldo con arepa que le ofreció Yorladis con sinigual cariño.
Hemos sido por años compañeros de armas y de ideas, hemos emprendido junto a un cumulo de mujeres y hombres de nuestro partido, planes y proyectos de todo tipo en función de la lucha revolucionaria, del cambio social y las transformaciones estructurales que clama este país. Con la misma determinación hemos impulsado proyectos culturales y artísticos. En 2003 por ejemplo para el álbum musical «Hasta la victoria siempre, compuso la canción «fusiri Naxa nenkugue» dedicada a los indígenas de la sierra nevada que traduce «voy marchando con mi fusil», que tuve la fortuna de cantar. En ese mismo álbum aparecen otros temas de su autoría como Numerao bolivariano, La poesía del movimiento, Salsa CRB, 29 de amor, Fuego bolivariano entre otros. Tal vez su aporte más reciente al cancionero fariano es la «Puya de la rosa», dedicada a la campaña electoral del partido de la rosa roja.
Bajo su conducción organizábamos en la montaña danzas folkloricas, recitales poéticos, títeres, en una especie de teatrino que el bautizó «el caramanchel». Con el apoyo de Nataly Mistral (la francesa), llevamos a la pantalla su obra «Marquetalia raíces de la Resistencia», cuyos personajes aparecen como siluetas, semejando el teatro de sombras de Bertol Brecht.
Santrich es un creativo de infinito talento, que tiene una alta valoración por el arte y la cultura. Por las trochas que transitaba la insurgencia lo vimos «remolcando» un piano, un saxofón, una quena, una armónica, una flauta de millo, una flauta traversa y hasta el violín del «viejo Lubertier». Esa sensibilidad artística lo ha dotado de la fuerza moral que estoy seguro le permitirá enfrentar con firmeza y dignidad las patrañas de Santos, el fiscal Martínez y los gringos. Y por supuesto correr el manto de duda y desconfianza que intentan tender sobre su nombre enemigos y falsos amigos.
Cuando leo lo que escribe y publica Gabriel Ángel, siento pena por él. Un hombre mediocre que para hacerse notar intenta desdibujar la descomunal figura de Santrich. Aquel es a duras penas «un escribiente» como dijera Pinzón es su columna, algo asi como la expresión de «un cuerpo ajeno». Sin embargo su opinión, no es la opinión oficial de las FARC, como expresé hace un par de años en la página del entonces Bloque Martin Caballero, a propósito del pretendido debate con voceros del Movimiento Continental Bolivariano. La opinión de las FARC es la que se ha expresado solidaria, genuina y libre desde las antiguas zonas veredales.
Santrich es referente de dignidad, sacrificio y abnegación. Hace más de diez años perdió el sentido de la vista y aun en las condiciones difíciles de la selva nunca pensó en renunciar o en pedir la salida de filas. En la mesa de las conversaciones de paz de La Habana se convirtió en una figura incomoda pero necesaria. El propio De la calle, jefe negociador del gobierno, lo catalogó como el contradictor más difícil. En la mesa siempre estuvo buscando fórmulas y salidas para salvar el proceso y la paz, pero también supo tomar distancia frente a lo que consideraba malas decisiones que ponían en desventaja a nuestra organización. Frente al acuerdo parcial de junio de 2016, donde se pactó el tema sensible del cese al fuego y dejación de armas, se mostró en desacuerdo anunciando que ese acuerdo nos llevaría al fracaso y no se equivocó.
Santrich, recientemente afirmó que la JEP tiende a convertirse en un tribunal de la inquisición para los integrantes de nuestro partido, donde algunos magistrados queriendo posar de los héroes de la historia y «a favor de las víctimas», pretenderán «cortar rabo y orejas a costilla de nosotros». Tampoco en eso se equivoca.
Refiriéndose al estado actual de la implementación, el pasado 7 de abril afirmó; «estamos transitando ya el pantano de la perfidia y asomados al abismo de lo que se puede considerar un proceso de paz fallido… En estas condiciones, dijo «a nosotros nos espera un carcelazo, una extradición o dos tiros en la cabeza, o cualquier situación, menos la apertura democrática y la reconciliación». Fueron sus últimas palabras en libertad.
Se equivocan los que piensan que el montaje del Fiscal Martínez y la DEA, es sólo contra Santrich, se trata de una cruzada contra el nuevo partido FARC, para borrarlo del escenario político y de la historia de este país. Lo que se ve venir es una cacería de brujas donde los principales objetivos son Iván Márquez, Romaña, Oscar Montero, «el paisa» y otros dirigentes que se tornan incomodos por sus posiciones críticas.
Actualmente recluido en la cárcel Picota, firme en sus convicciones, adelanta una huelga de hambre en una lucha de resistencia que ha denominado «Mi última batalla» por la libertad de los más de mil prisioneros farianos que aún permanecen en las cárceles condenados al olvido, porque ni el acuerdo de paz, la ley 1820 y los decretos derivados de estos han podido lograr que el Estado les otorgue el beneficio de la amnistía y el indulto.
De triunfar la infamia y la traición, a Seuxis Hernandez Solarte, «Jesús Santrich», le espera la extradición o la muerte. Entonces la patria habrá perdido a uno de los más grandes artesanos de la paz con justicia social y Colombia y su historia serán testigos de un proceso inconcluso y fracasado y tal vez del preludio de un nuevo ciclo de violencia política.
Santos en el ocaso de su mandato pasará a la historia como el presidente de una paz traicionada y su premio nobel no será más que «flor de papel».
Benedicto González Montenegro (Alirio Córdoba) es Integrante del partido FARC
Fuente: http://ojosparalapaz-colombia.blogspot.com/2018/04/montaje-contra-santrich-es-cronica-de.html