En entrevista con Tomate Rojo el montañista, médico psiquiatra y documentalista conversó sobre la falta de visión de nuestras autoridades, la importancia de la educación y lo que a su juicio es un debate inevitable y al que no se le ha dado la suficiente importancia: el acceso a las montañas. Su vida apasionada por las cumbres le ha permitido ser testigo de los hechos, razón por la que desconfía profundamente del actuar de las mineras en nuestro país.
Mauricio Purto (59) luego de atender pacientes y realizar una de las tantas sesiones de kinesiología, tratamiento que junto a una serie de operaciones en la columna le han permitido los últimos cinco años recuperarse de una lesión en la espalda, se sienta frente a su computador.
Detrás de él, en una muralla de rocas en su hogar en Farellones, figuran fotos de sus hazañas, un martillo de montaña y un arnés de escalada. Cada cierto rato toma una bocanada de su cigarrillo de marihuana para luego seguir explayándose con su característica forma de reflexionar cerrando los ojos y masajeando su sien con los dedos de su mano.
A sus casi 60 años insiste que su “alma no está añeja”, como dirían los jóvenes según él. Su activo rol de denuncia por redes sociales sobre la destrucción del glaciar La Paloma por parte de la minera Anglo American, en el Santuario de la Naturaleza Yerba Loca, le significó hace tres años un duro round con el ex alcalde de Lo Barnechea, Felipe Guevara. El mismo que hoy es intendente de la Región Metropolitana (RM), quien incluso lo demandó.
Purto apuesta por las nuevas generaciones, deja claro que es un aliado de estas. Detesta la desconfianza que las instituciones y autoridades manifiestan hacia la población. Argumenta que en nuestro país existe un abuso que genera una suerte de vacío “y la única forma de llenarlo es reclamando por todos los medios posibles para hacer conciencia de que nosotros tenemos derecho al reino de las montañas”, dice.
Nadie puede cerrarte el acceso a un valle
En mayo de 2020 se dio a conocer El Programa Transforma Santiago, capital mundial del turismo de montaña. Un proyecto Corfo patrocinado, entre otras organizaciones, por la Intendencia de la RM, Subsecretaría de Turismo RM, Asociación de Parques Cordillera y la Cámara de Turismo de San José De Maipo. Este proyecto pretende posicionar a la capital como un destino imperdible para los amantes del andinismo y los deportes de montaña.
Frente a esto, Mauricio Purto, como buen conocedor de la cordillera central de nuestro país, resalta que “son declaraciones bonitas, pero estamos frente a un conflicto, una crisis de acceso en Chile, en que hay una oposición entre la propiedad y el afán deportivo, lo que es un choque innecesario. Primero hay que solucionar el tema del acceso a la montaña, porque de la oferta que se pueda desprender de ese proyecto, la mayoría está cerrada”.
Cuestión de profunda importancia si consideramos que el 64% de nuestro país está conformado por territorio montañoso.
Montaña clausurada a la gente
Desde su experiencia y conocimiento menciona con un aire de decepción y rabia en sus palabras que “si vas al Cajón del Maipo tienes cerrado el acceso al río Colorado, que es el río Olivares. Ahí te piden como cinco permisos para entrar. Todo el río Maipo hacia el sur está cerrado por Gasco. Después vas a la laguna Negra y está cerrada por Aguas Andinas y después sigues hacia adentro y en el Yeso ya está cerrado y más arriba, lo que era el Cajón de las Arenas y el Cajón del Morado, está cerrado por Alto Maipo”.
La indignación que le produce esta realidad al montañista es la misma que lo ha movilizado a difundir e inculcar que como ciudadanos nadie nos puede cerrar el paso a un valle porque los cauces, ríos y quebradas son bienes nacionales de uso público. Por lo tanto “es imposible que te cierren el derecho a las montañas porque todas las montañas generan quebradas y tienen cauces”, explica Purto.
En teoría y según la actual legislación cualquier ciudadano debería tener acceso a todas las montañas, como menciona Purto. Es como las playas: tienen que darte servidumbre de paso porque es un bien nacional, aunque esté en propiedad privada.
Sin embargo, la realidad dista de la teoría. Por ejemplo, para subir el volcán Tupungato (6.570 m.s.n.m) que se encuentra al fondo del cajón del río Colorado y que es uno de los volcanes más altos de Chile y el mundo “necesitas permisos de la Dirección de Fronteras y Límites, del SAG, de AES Gener y de los militares que son dueños de parte del fundo. En circunstancias que, acorde a la ley, no necesitarías ninguno”, detalla el explorador.
Proyecto para abrirlas
En este sentido, para que el proyecto de ley de acceso a la montaña no se convierta en letra muerta o en un voladero de luces, a juicio del andinista este debiera ser un perfeccionamiento, un ajuste que ponga de forma más explícita este derecho que ya está en la actual legislación.
De esta forma, propone que el proyecto de ley le de mayor relevancia a los senderos, “que casi siempre existen” y en el caso de los senderos que forman parte del Qhapaq Ñan (sistema vial andino) proclamarlos como monumento nacional y así preservarlo y dotarlos de mayor protección legal.
La concepción de Mauricio Purto, de las montañas como un espacio de libertad al que tenemos derechos todas y todos, lo ha llevado a aliarse, como muchos montañistas e investigadores, con los arrieros. Los mismos que por años han transitado antiguos caminos que no distinguen propiedad o nación.
“Muchas veces el arriero es como tu puerta, porque él pasa, como dicen los jóvenes, piola. Esas son fórmulas o trucos que uno tiene para saltarse la puerta, porque la mayoría de las puertas que existen están mal constituidas, son ilegales y se sostienen sobre el abuso del derecho de las personas”, recalca Purto.
En este sentido, los principales agentes que el psicoterapeuta ha podido constatar que coartan el derecho a conocer y disfrutar las montañas, mediante sus portones y barreras, son las mineras, hidroeléctricas, fundos cordilleranos e inmobiliarias.
5 mil kilómetros de mar y montañas enrejados
El hecho de que en nuestro país mantenga accesos restringidos a sus riquezas naturales a juicio de Mauricio Purto se debe a la desconfianza, miedo y desconocimiento tanto de las autoridades como de la sociedad civil. ¿Su antídoto?: educación.
“Es muy común que te digan que no quieren que pases porque si te pasa algo no te van a andar buscando. O que no quieren que pases porque piensan que uno va a vandalizar el terreno. Entonces está la desconfianza por vandalismo o la desconfianza por la preparación de los montañistas. Y yo he tenido que salir a defender muchas veces que no somos vándalos y que no nos vamos a matar a la montaña”, menciona tajante.
En este sentido, el reputado montañista es de la idea de implementar cursos de montaña y de mar en los colegios, como parte del ramo de educación física. Tal como lo hacen en Polonia y Eslovenia, entre muchos otros países y que de esta manera “la gente no tenga miedo y derribar frases tan comunes como ´no vayas a la montaña que te vas a caer…te vas a perder’”, ejemplifica.
Sin embargo, el también escritor ve como se han levantado barreras en vez de promover la educación. Esto ya que “es muy fácil decir que la montaña y el mar son peligrosos entonces ponemos barreras a esos 5 mil kilómetros de mar y cordillera. Esas políticas de prohibición son lo más tóxico que puede quedar en el mundo, cuando el Estado toma una actitud paternalista”.
Y en ese mismo sentido agrega que en esta materia “Chile es un país abusivo en el sentido de que las instituciones desprecian al pueblo chileno porque no les da garantías a los individuos. Estos son derechos individuales y de acuerdo con la actual Constitución, el Estado está para servir al individuo y no al revés. Y aquí no nos está sirviendo”, concluye.
Su vida conociendo distintas sociedades -vivió un tiempo en Italia mientras realizaba alpinismo- le ha dado la perspectiva de aquel otro Chile posible en esta materia. Comenta que en países como Francia, Italia y Suiza, que cuentan con la cadena de los Alpes, donde existe una tradición de montañismo desde hace 300 años, “no hay ningún problema de acceso. Existen senderos de servidumbre para todo el mundo”, en algún caso se paga una entrada que financia la mantención de los senderos y caminos, ya que muchos de estos están en parques con sus respectivos guardaparques. Caso similar sucede en otras famosas cadenas montañosas como los Dolomitas o los Pirineos.
“En otros países como Nepal, los senderos son todos libres y si quieres subir una montaña tienes que pagar por el royalty de la cumbre. Hay montañas caras, por ejemplo, para subir el Everest tienes que pagar un permiso…yo recuerdo que pagué como 10 mil dólares y ahora está por los 50 mil ¡pero es el Everest! Ellos viven de eso, pero si no vas a subir el Everest no pagas nada”, detalla uno de los primeros latinoamericanos en subir aquella desafiante montaña.
De forma inmediata el experimentado montañista realiza una comparación provocadora al comentar sus años viviendo a los pies de la Quebrada de Macul. “Subía día por medio con mis hijos, parecía una codorniz con todos los pollitos. Y después de dos horas de caminata vas a creer que estás haciendo trekking en Nepal con un río cristalino corriendo abajo, ¡pura paz! No necesitas ir a las Torres del Paine para sentir lo mismo”, comenta Mauricio Purto.
El negacionismo de Anglo American
“Lo que ha pasado en La Paloma y en Yerba Loca no tiene nombre, eso es como lo que pasa en Ventanas. Lo que ha hecho Anglo American ahí no vale toda la plata que le pueda aportar a Chile”.
Conocido fue el episodio que vivió Mauricio Purto enfrentando por redes sociales (@DoctorPurto) la desastrosa intervención de Anglo American en el glaciar La Paloma. Acciones a la que sumó consultas a sus representantes en Chile, reuniones con diputados, ministros, distintas autoridades y la interpelación al, en ese momento, alcalde de Lo Barnechea, Felipe Guevara Stephens.
“Anglo American no solamente ha destruido el glaciar La Paloma, que son tres. Por el norte y el sur ya no existe glaciar, los sacó todos. Voló una montaña que es la Punta Monolito y toda la contaminación de polvo que ellos dicen que están bajo norma, no es así. Están por sobre la norma, lo que contaminó los glaciares de Olivares y los de Juncal”, informa Purto; recalcando que aquel polvo en suspensión se deposita en los glaciares, lo que aumenta la captación de calor sobre su superficie provocando su derretimiento.
Con estos hechos sobre la mesa plantea que en el sector minero existe la mayor corrupción de nuestro país. Que es tan solo cosa de tiempo para que la verdad se sepa, así como pasó con los casos SQM, Penta, Milicogate, Pacogate o los abusos de la iglesia católica.
“Imagínate perforar una montaña sin permiso y después declararlo. Tienes a Anglo American que trabaja con hechos consumados y con una política negacionista. Porque yo les enrostré el túnel que estaban haciendo y que no estaba declarado y me dijeron que era de prospección y les consulté en reiteradas veces por el permiso y me dijeron que lo estaban tramitando. ¡Estaban haciendo algo antes de tener el permiso del Estado!
¿Qué adjetivo le ponemos… horrible, horroroso…? Hay mal olor y como no reclamamos lo suficiente todo este entramado funciona en base a la plata que llega a la política y a los grandes medios de comunicación. Y con esos vínculos son invulnerables las empresas. Entrar ahí es súper complejo, sólo nos queda la fuerza del ser humano individual unido en masa, que es capaz de hacer algo como lo que pasó el 18 de octubre de 2019. Ese es un ejemplo de cómo se pueden remover esos tremendos edificios construidos a punta de colusión política, comunicativa y empresarial. Es una oligarquía y una dictadura en democracia… (toma aire de forma prolongada por la nariz)”.
Mentiras, temblores e indignación
La indignación de Mauricio Purto frente a tamaños atropellos a la salud de los ecosistemas y humana, reside en su profundo amor por las montañas y los efectos concretos que tienen sobre las personas al visitarlas y descubrirlas.
“No tenemos que ir al sur para ver los glaciares. En a zona de Piedra Numera, que es hermosa, tienes unas lagunas verdes con el cerro El Plomo de fondo. Esa zona está llena de altares Incas, pircas, adoratorios, etc. Por ahí pasan los caminos del Inca y Anglo American estaba construyendo un camino con buldócer destruyendo todo a su paso. Y lo logramos paralizar porque no tenían la Resolución de Calificación Ambiental”.
Su férrea defensa de la cordillera de la zona central es con conocimiento de causa. Ha sido testigo de los hechos y ha levantado información al respecto. En una oportunidad se juntó con el diputado Tomás Hirsch y con los representantes de Anglo American en Chile para consultarle por su responsabilidad por los constantes temblores en Farellones.
“Ellos dijeron que los temblores resultados de las detonaciones, las famosas tronaduras, no se sienten más allá de 200 metros del lugar de la detonación. Y yo estando en Farellones he sentido constantes temblores grado 1 y 2 en la escala de Richter. Esto lo sé porque vino un geólogo con un sismógrafo y los medimos. El tema está en que esas tronaduras producen desplazamientos de tierra”, explica Purto.
Desde la óptica del montañista la falta de conocimiento y de disfrute de los glaciares, la cordillera y sus cajones, en definitiva subir recurrentemente la cordillera por parte de la ciudadanía, “ha permitido que las instituciones se hagan las lesas y de seguro las mineras le dicen al Ministerio del Medio Ambiente (MMA) que están ejecutando un proyecto multimillonario que aportará muchos a las arcas fiscales. Y estos últimos los dejan seguir operando”, argumenta.
“En Chile las instituciones no funcionan mucho. Si tú te das cuenta, todos los conflictos medioambientales debieran ser fiscalizados por el Ministerio del Medio Ambiente, pero este ministerio está ciego, sordo y mudo… hay que removerlos mucho para que de repente se hagan parte de algún conflicto”, opina el alpinista.
“La montaña es la papa”
La visión de Mauricio Purto sobre el acceso y preservación de la cordillera es holística. Si bien hablamos de montañas, su punto de vista no puede dejar fuera el bienestar, el amor, la salud. Ahora, si hablamos de educación, su justificación es la transformación social y el crecimiento humano.
“Si tú enseñas montañismo en los colegios vas a tener mucha gente sin miedo y con conocimiento que va a empezar a gozar de este paraíso que nos regalaron: ‘majestuosa es la blanca montaña que te dio por baluarte el señor’, o sea el Gran Espíritu nos dio la montaña. Tiene razón la canción nacional, pero hace falta aplicarlo…como dice el refrán, del dicho al hecho hay mucho trecho”, hace la referencia de forma jocosa el montañista.
Es un convencido de que educar para la montaña junto con garantizar accesos libres a las riquezas naturales, tendrá como consecuencia “una sociedad más sana, porque el bienestar es un bien común y los gobernantes generalmente no entienden esto”, opina.
Sin temor al cliché menciona que caminar por la cordillera es caminar por un “jardín donde uno puede encontrar belleza, paz, tranquilidad, desafíos y deporte. Las montañas son un fenómeno como el mar, son lugares donde la gente tiene que aprender necesariamente a encontrarse consigo mismo. Es un cliché, lo sé, pero eso pasa”.
– Existe una necesidad humana de ir al encuentro, o más bien al reencuentro con la naturaleza…
-Porque de ahí venimos po’, es el llamado de la selva como se dice. El animal quiere volver a la selva. Ahora yo pienso que las cosas más sanas para la salud humana son caminar por las orillas de la playa, caminar por los bosques o por los senderos de las montañas. El bien común es un buen negocio y eso no lo entendemos mucho.
Para mí los mejores lugares para dormir en el mundo son los bosques, las orillas del mar, las quebradas o las montañas. Son lugares maravillosos para amar, para pasar el tiempo. Es un lugar de sanación física y mental porque allí se atrapa la nieve, se forma agua, ríos que erosionan y que se transformaron en esas rajaduras y luego en valles, que después tienen flora, fauna y distintos ecosistemas que están llenos de vida. Te encuentras con todo ese mundo lejano al ruido de la ciudad, los semáforos, a las contribuciones, los impuestos, los partes, los carabineros, los delincuentes. No hay nada de eso po’ hombre. Entonces es la papa, ¡es la papa! ¡La montaña es la papa!
La lección de la montaña a Mauricio Purto
Por otro lado, reflexionando sobre la pandemia que se ha recrudecido en nuestro país los últimos meses, Purto, sin contravenir las medidas sanitarias, es muy crítico del miedo que transmiten los medios de comunicación, aduciéndole a este el debilitamiento de nuestro sistema inmune, “el miedo te inyecta enfermedad, entonces protégete no viendo noticiarios de televisión abierta o al menos ponerlo en mute y cachar lo importante”, opina el psicoterapeuta.
Junto con esto, recomienda lo que a su juicio es la mejor forma de fortalecer el sistema inmune: dormir bien, tomar líquido, aprender a relajarnos o hacer ejercicio aeróbico en contacto con la naturaleza. A su vez, Purto ve un gran valor en el montañismo visto desde la óptica de la salud pública
“El contacto con la naturaleza, haciendo ejercicio físico, cansándose un poquito, jadear un poquito o transpirar, hacer eso 20 minutos, 40 minutos o una hora al día, nos garantiza salud y en Santiago a 15 minutos tenemos cerros para poder practicarlo”, concluye el médico.
En este sentido, el montañista rescata lo que llama “la lección de la montaña” refiriéndose a que “cuando tenemos que estar confinados y en estado de privación de consumir, de movernos, de comodidades, etc., ese mismo estado es en el que vive un montañista cuando vive en una carpa, con un saco de dormir, ropa de abrigo y una cocinita para hacer comida, ¡eso es todo, con eso puedes recorrer el mundo!”
Es desde esta reflexión de la cual Purto deriva la siguiente: “A los montañistas nos molesta menos esto porque sabemos vivir con poco y sabemos vivir en estado de confinamiento, por ejemplo, cuando te pilla una tormenta. Y esa lección es muy potente, es la lección del minimalismo”, menciona, para luego recomendar el libro Lo pequeño es hermoso: Economía como si la gente importara de Ernst Friedrich Schumacher, que “habla de que lo pequeño es bueno, lo simple es bueno, lo simple está bien. Entonces esa economía minimalista es la que uno aprende a vivir en el montañismo, cuando uno descubre el excursionismo”, concluye.
Se define como un caminante y promueve el subir la montaña al propio ritmo, sin apurarse, descubriendo y reflexionando en un estado de contemplación. “Cuando uno descubre que está en un sendero en un cerrito al lado del río, lo único que necesitas es comida y no tener frío. Entonces ahí uno empieza a conectarse con el ser intuitivo y el ser energético que están anulados por la mente racional. Y eso se redescubre en el minimalismo de la montaña. La montaña es una buena lección de una economía pequeña”.
Cómo un río que se va dividiendo en distintas direcciones o como una montaña con diferentes caminos para subirla, Mauricio Purto va hilando una idea con la otra, una reflexión, un punto de vista o una lucidez alcanzada de tanto subir al reino de las montañas.
“Yo no creo en el crecimiento económico, creo en el decrecimiento. Que la sociedad se haga más simple. Lo más importante es la contaminación y la sobrepoblación que son dos grandes temas que resolver y que la teoría económica, llamada neoliberal, no ha solucionado el problema económico y por otro lado, amenaza a destruir al planeta por el consumo”.
Vuelve a hacer el vínculo con la pandemia: “este coronavirus nos ha encerrado y hemos tenido que aprender a vivir con menos. Estamos aprendiendo a la fuerza a vivir más simple, espero que nos acordemos. Yo creo que la única forma es volver a lo simple, vivir muy bien con muy poco, como un montañista que tiene el mejor anafe, o la mejor linterna o cocinilla… (se ríe por la simpleza de lo comentado) pero son cositas, un par de cosas muy buenas y no necesitas 100 mil cosas”.
Ahora, reflexiona de forma más general sobre la sociedad y el rumbo de la humanidad: “cuando uno consume, hay que recordar, estás consumiendo a la Tierra. Tenemos que bajar el consumo mediante el minimalismo que es lo que nos enseña la pandemia, pero también es la lección de la montaña que es muy potente y que se está asentando, pero espero que se quede para siempre. Espero que la sociedad se haga más simple, integrativa, colaborativa y no más competitiva y que realmente haya una cuestión social en base a educación y salud de buena calidad para todas las personas, que trabajan mucho y ganan muy poco”, expresa el escritor.
Mauricio Purto toma aire, cierra los ojos y continúa hablando como si viera perfectamente a través de sus párpados: “para ser civilizados hay que garantizar eso a toda nuestra sociedad, solo entonces vamos a poder crecer, no económicamente, sino como sociedad. Una sociedad menos estresada, más contenta y pacífica… Eso sería po’ amigo”.
Conclusión de una entrevista que partió con el tema del acceso a la montaña, pero que inevitablemente trató de muchos más. Quizás como la montaña: una palabra, un accidente geográfico, pero que está compuesto por una infinidad de elementos de los cuales todas y todos deberíamos poder disfrutar libremente.