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Muchas cosas podemos decir respecto al crimen de un trabajador forestal

Fuentes: Rebelión

Muchas cosas podemos decir respecto al crimen de un trabajador forestal a manos de la policía, pero, pocas veces se intenta una explicación técnica que nos permita entender la situación más allá de los discursos vociferantes o de las palabras de buena crianza de la policía, la empresa o las autoridades. Estas explicaciones técnicas se […]

Muchas cosas podemos decir respecto al crimen de un trabajador forestal a manos de la policía, pero, pocas veces se intenta una explicación técnica que nos permita entender la situación más allá de los discursos vociferantes o de las palabras de buena crianza de la policía, la empresa o las autoridades. Estas explicaciones técnicas se relacionan, por una parte, directamente con el espectacular desarrollo de la industria forestal y, por la otra, con los efectos adversos y negativos desde el punto de vista social y ambiental que ha generado dicha industria.
 
Como se sabe, el sector forestal chileno ha tenido un extraordinario crecimiento en los últimos años, lo que se basa fundamentalmente en el gran desarrollo de las plantaciones y la preponderancia de la producción y exportación de celulosa. Las plantaciones hoy en día constituyen una parte significativa de la superficie ocupada en las regiones llamadas forestales. Es así como en la Séptima y Octava Región, las plantaciones ocupan el 52 y el 53% del total de la superficie poblada con bosques naturales y exóticos. Caso emblemático es la Octava , que tiene el 26% de la superficie regional cubierta con plantaciones. La industria de la celulosa es, a su vez, una de las más importantes desarrolladas por el sector forestal. En los últimos años, su crecimiento ha sido descollante, pasando de aproximadamente unas 700 mil toneladas en 1986 a cerca de 2 millones de toneladas en 1998, vale decir, un crecimiento del orden de 160%. El repunte más espectacular de la celulosa acontece en 1991 con el inicio de las operaciones de las plantas de Celulosa Arauco II en la comuna de Arauco, Pacífico en Collipulli y Santa Fe en Nacimiento, las que, sumándose a las ya existentes (Arauco I, Constitución, Laja y Licantén), permitieron la duplicación de la producción.
 
No obstante y como era de esperar, dada la naturaleza de esta industria forestal, su desarrollo no ha implicado mejoramiento local ni regional ni menos aún nacional. Esto no le ha impedido desplegar campañas de mercado con el fin de legitimar su posición de poder en el país, mediante la promoción de la industria como una actividad sustentable y socialmente responsable. Estas campañas apuntan a ocultar los severos daños que la industria ocasiona sobre el suelo, debido a la aceleración de la erosión que inducen la tala de bosques y la pérdida de nutrientes, así como la compactación de suelos provocada por el tránsito de maquinaria pesada y camiones. Los procesos de eutroficación de los cursos de agua, así como la disminución de su calidad por el creciente uso de fertilizantes y herbicidas, junto al constante deterioro de los bosques nativos debido a la sustitución de especies nativas, son también consecuencias negativas atribuibles a la actividad forestal. En cuanto a la celulosa, ésta no sólo produce pulpa para papel, sino también residuos industriales líquidos, tales como los sólidos en suspensión, las sustancias orgánicas y los compuestos órganoclorados responsables de las temidas dioxinas, todos los cuales contaminan las cuencas hidrográficas desde donde se ubican estas plantas hasta su destino final -el mar-, afectando así toda la cadena alimentaria. En la última década hemos asistido a un importante aumento de la contaminación por residuos líquidos por sobre el 150% en prácticamente todas las sustancias contaminantes.
 
El destino de los productos de la industria es mayoritariamente el mercado externo. Por ejemplo, la producción de celulosa se exporta prácticamente en un 100%. El Producto Interno Bruto, PIB, del sector forestal chileno creció a una tasa promedio de 4,8% entre los años 1999-2004, acumulando en el año 2004 más de 2 mil 300 millones de dólares. El PIB Forestal representa el 3,4% del PIB total nacional, manteniéndose esta participación de manera constante en los últimos años. Por otro lado, las exportaciones forestales chilenas han crecido exponencialmente en los últimos años, a una tasa promedio de 10,8% en la primera mitad de la década del 2000, acumulando retornos, en el año 2005, cercanos a los 3 mil 500 millones de dólares. El crecimiento de la importancia del sector forestal dentro de la economía nacional en los últimos años, junto al crecimiento espectacular de las exportaciones forestales, constituyen hechos fehacientes que permiten sustentar la tesis de que el modelo chileno básicamente es un patrón de acumulación de riqueza basado en la extracción y exportación de recursos naturales o productos de escasa elaboración, como son los productos forestales que exporta Chile. Nótese que es en el período de Ricardo Lagos cuando las exportaciones aumentan significativamente, lo que es el resultado de los acuerdos comerciales firmados por Lagos que, en definitiva, han permitido profundizar el modelo de inserción primaria que tiene Chile en los mercados mundiales y que han posibilitado a los grupos económicos que controlan la extracción de recursos naturales, acrecentar su acumulación y concentración de riqueza.
 
Ciertamente, y como es absolutamente esperable de este patrón de acumulación y concentración de riqueza, los beneficios sociales de éste son casi inexistentes. Por ejemplo, el empleo generado por el sector forestal chileno no ha sido suficiente para generar polos de desarrollo en las zonas donde se asienta la industria. Una prueba de ello es la relación entre el empleo y la producción, la que se ha reducido de manera importante en los últimos cinco años. Según cálculos propios dicho coeficiente para el caso de la producción de pulpa química se ha reducido visiblemente, pasando de 12,6 hombres por mil toneladas en el año 2000 a 10,8 hombres en el año 2004. Esto muestra que cada vez se utilizan menos trabajadores para realizar el proceso productivo, haciéndose intensivo en el uso del capital, lo que demuestra el escaso beneficio social que la comunidad puede esperar de este tipo de industrias.
 
Lo mismo se puede apreciar al comparar la evolución del empleo respecto a la producción de madera aserrada. Mientras en el año 2000 4,9 hombres producían mil m3, en el año 2004 sólo 3,8 hombres lo hacían. Esta tendencia del empleo implica un proceso creciente de capitalización del sector: reemplazo de trabajo por capital para la producción. Todo lo cual favorece la concentración del ingreso, la rentabilidad del capital, y va en desmedro del factor trabajo y de una gran mayoría que tiene como única fuente de sustento su propio trabajo.
 
Por otra parte, un indicador social importante es el relacionado con el nivel de pobreza. Evidentemente, debería haber una relación importante entre el desarrollo de una actividad económica y el impacto de ésta sobre las condiciones de vida de la comunidad receptora de dicha actividad. En otras palabras, si en una determinada región o localidad se fortalece o se instala una determinada actividad industrial, por el empleo que ésta provea y el ingreso que reparta, debería tener un impacto positivo sobre los niveles de pobreza, más aún, cuando ésta se calcula, como se hace en Chile, casi exclusivamente utilizando el nivel de ingreso. Pues bien, aquellas regiones con las mayores extensiones de plantaciones -más del 20% cubiertas con pino y o eucalipto-, son también las que tienen las más altas tasas de pobreza a nivel nacional. El 26% de la superficie de la VIII Región está cubierta de plantaciones, y su tasa de pobreza es una de las más altas a nivel nacional con un 28% (Casen, 2003). La gran mayoría de las comunas forestales de la VIII Región muestran niveles de pobreza superiores al promedio nacional, como por ejemplo, Laja, Collipulli y Nacimiento. También se sabe que las comunas con más del 20% de la superficie cubierta con plantaciones forestales introducidas, tienen promedios de pobreza muy superiores a los del grupo de comunas con menos de 5% de superficie reforestada con plantaciones.
 
Otro dato interesante es la distribución del ingreso entre el capital y el trabajo. Para la industria de la madera el 54,5% del ingreso se lo lleva el capital a través de los excedentes, mientras que los trabajadores menos calificados se llevan sólo el 22,4%. En el caso de la industria de la celulosa la cosa es peor, ya que el capital se lleva el 68,9% del ingreso generado por la actividad, destinándose sólo el 14,5% a los trabajadores menos calificados. De esta manera, esta industria es la tercera más desigual del país, siendo sólo superada por la minería y la industria química.
 
A las ya tradicionales querellas en contra de la actividad forestal se agregan otras menos conocidas pero no menos sentidas y percibidas por los afectados. Una de ellas es la concentración de la riqueza y la propiedad. En la Octava Región , por ejemplo, una de las con mayor superficie plantada con especies introducidas, aproximadamente un 70% del total de la superficie plantada está en manos de seis empresas forestales. En relación con las exportaciones de este rubro, la información para el 2001 da cuenta de que tan solo 3 empresas forestales concentran el 48% del total de los retornos por exportaciones, y que los principales grupos económicos exportadores de este sector, Arauco y Papelera (CMPC), han aumentado su participación en las exportaciones totales. El grupo Arauco de Angelini, ha incrementado su participación desde un 30,5% en 1990 a un 38,7% en el 2001, y la CMPC del grupo Matte, desde un 22,9% al 24,3% en el mismo período. De esta manera, ambos grupos controlaban en el año 2001 el 63% de todas las exportaciones forestales.
 
La información anterior nos permite explicar también los resultados patrimoniales, es decir, la evolución de las utilidades de las dos mayores empresas, Arauco e Inversiones CMPC. El holding Arauco, que está relacionado al grupo Angelini, en el año 2000, al comenzar el gobierno de Lagos, mostraba utilidades superiores a los 369 millones de dólares, cerrando en el año 2005, el último año del mandato de Lagos, con utilidades superiores a los 438 millones de dólares, con lo que se ubicó en el quinto lugar del ranking de sociedades anónimas con mejores resultados. Las utilidades acumuladas durante el período 2000-2005 superaron los 2 mil 268 millones de dólares. Por su parte, Inversiones CMPC, que es el holding relacionado al grupo Matte, para el año 2000 tuvo utilidades superiores a 244 millones de dólares, cerrando en el año 2005 con utilidades mayores que 230 millones de dólares. Con esto, se situó en el noveno lugar del ranking de sociedades anónimas con mayor rendimiento, acumulando en el período 2000-2005 más de 1.269 millones de dólares.
 
Probablemente el lector no encontrará en este escrito palabras emotivas lamentando la muerte violenta de un trabajador, más los datos contenidos en este escrito nos permiten entender la desesperación de las víctimas de un sector productivo que muestras vetas sádicas de insensibilidad y abuso que no han encontrado cota ni limitación alguna pese a los gobiernos de la Concertación , peor aún, en éstos han encontrado un terreno fértil para continuar su proceso de acumulación y concentración de la riqueza. De allí a entender las causas objetivas de la muerte de Rodrigo Cisternas, el paso es más que obvio.