Sabía que el tiempo apremiaba. Preparaba sus memorias en su pequeña oficina de su departamento en Ñuñoa, pero la historia dijo otra cosa, a las 18.30 de la tarde de ayer. Esa fue la hora en que José Miguel Varas falleció en su cama, a los 83 años. «Al parecer, de un ataque al corazón», […]
Sabía que el tiempo apremiaba. Preparaba sus memorias en su pequeña oficina de su departamento en Ñuñoa, pero la historia dijo otra cosa, a las 18.30 de la tarde de ayer. Esa fue la hora en que José Miguel Varas falleció en su cama, a los 83 años. «Al parecer, de un ataque al corazón», señaló un miembro de la familia, dos horas después, aún consternado por la noticia.
Curiosamente, su deceso fue un 23 de septiembre, el mismo día en que murió su amigo Pablo Neruda, en 1973, a quien le dedicó uno de sus mejores libros: Neruda clandestino. También le dedicó una enorme cantidad de crónicas al poeta.
José Miguel Varas también fue un disciplinado periodista. Destacó, por ejemplo, en Radio Moscú, en la ex Unión Soviética, en el programa Escucha Chile. Tal espacio se volvió emblemático y fue un referente para la población chilena exiliada después de 1973. Varas, militante comunista desde 1949, dejó el PC a su regreso del exilio, en los años 90.
José Miguel Varas Morel nació el 12 de marzo de 1928 y llegó a ser jefe de prensa de TVN, en el gobierno de Salvador Allende. También fue director del diario El Siglo, desde 1953 a 1957.
En el año 2006 obtuvo el Premio Nacional de Literatura. En la ocasión, el jurado argumentó que Varas era «el más completo escritor de cuentos que ha habido en la historia de Chile». Sin duda, los miembros, entre ellos Armando Uribe, quedaban cortos de elogios. «Yo me dedico a rescatar los valores que no están de moda», diría en ese momento Varas, quien desarrolló en su literatura los problemas sociales, su compromiso político y no olvidó nunca sus orígenes humildes.
Inicios en colegio
A los 15 años comenzó a colaborar en el diario de su colegio, en el Boletín del Instituto Nacional. Con 18 años publicó su primer libro de crónicas, titulado Cahuín, y en 1950, con 22 años, su segundo libro: Sucede. Ese mismo año se casaría con Iris Largo Farías, con quien tendría cinco hijos. Ya en 1963 publicó su primera novela, Porái, con prólogo de José Santos González Vera. Al año siguiente ganó su primer premio importante: el Municipal de Literatura.
Cuando Varas regresó a Chile, en 1988, comenzó una prolífica producción literaria, donde aparecería su amigo y casi personaje literario, el poeta Pablo Neruda. Vinieron Neruda y el huevo de Damocles, Nerudario y Tal vez nunca, publicado con el subtítulo de Crónicas nerudianas. El año 2000, editorial Alfaguara publicó un extenso volumen de sus relatos, bajo el nombre de Cuentos completos.
La escritora Alejandra Costamagna, quien trabajó con él en la revista Rocinante, señaló tras la noticia: «Me parece que se va uno de los mejores cuentistas vivos que teníamos. Además, como editor reflejaba mucho su modo de ser como persona, lo quitadito de bulla, que quería trabajar en lo que le gustaba y que estaba fuera de la búsqueda de ascensos o de figuración o de esnobismo».
Obras pendientes
En la próxima edición de la Feria del Libro de Santiago, Varas presentaría su último libro: Debo decir que sucede. El volumen es de editorial Catalonia y recopila sus mejores crónicas en 50 años. Arturo Infante, editor del volumen y además, presidente de la Cámara Chilena del Libro, comentó anoche: «Me acabo de enterar. Estoy impactado. Lo vi hace 15 días, estaba muy bien. Además, estábamos trabajando en su libro, que es muy autobiográfico».
Varios libros inéditos quedaron en los archivos del escritor y periodista, quien también fue amigo de Manuel Rojas. Este último, de seguro, será un personaje en sus memorias. El año pasado confesaba que preparaba una biografía sobre René Largo Farías, quien era, además, su cuñado. «Es una deuda moral», decía sobre quien creó el programa radial Chile ríe y canta.
Los «milicos»
Varas, que era hijo de un militar, publicó en el 2007 su novela Milico. Editada por LOM, esta obra vino a ratificar su consagración tras el Premio Nacional de Literatura. En su trama, todo se inicia horas antes del golpe militar de 1973, y el protagonista, Jaime Román, es periodista e hijo de un coronel de ejército. El militar fallece el 10 de septiembre y su hijo es detenido durante el velatorio de su padre, en la capilla del Hospital Militar.
Al año siguiente de su salida a librerías, la novela fue presentada en Madrid, en la Casa América. Su última obra se llamó Los tenaces (LOM) y fue lanzada en la Feria del Libro 2010. Se trata de una serie de crónicas y es el claro reflejo de que el registro periodístico era uno de los que más le acomodaba y donde daba lo mejor de su arte.