En redes sociales se leyó “murió la vieja”, en relación al fallecimiento de la viuda del dictador Augusto Pinochet, Lucía Hiriart, a sus largos 99 años. La viuda del dictador fue cruel ante casos de violaciones a los derechos humanos y estuvo vinculada a casos de corrupción en Cema y Banco Riggs.
Terminarán ya los memes, chistes y comentarios en torno de la prolongada vida de la temible viuda del dictador Augusto Pinochet, Lucía Hiriart Rodríguez, quien murió este día a la edad de 99 años y en medio del repudio en el país por el terrible papel que jugó durante la dictadura militar.
En redes sociales se leyó “murió la vieja”, como una de las muestras de desprecio a su figura, vinculada a los peores episodios del dictador, su reivindicación de crímenes contra compatriotas y de “la obra del gobierno militar”.
Mujer definida como clasista, escaladora, prepotentes, ambiciosa, insensible y que mostró desprecio ante las víctimas de la dictadura.
En medio de la intensificación de protestas sociales en contra de la dictadura, en 1984, Hiriart dijo ante la prensa que “si yo fuera jefa de gobierno sería mucho más dura que mi marido. Tendría en estado de sitio a Chile entero”. Causó estupor cuando, en relación a Rodrigo Rojas y Carmen Gloria Quintana, quemados por militares en una calle de Santiago, y respecto a las declaraciones de la muchacha, Lucía Hiriart manifestó “para qué se queja tanto esta niña, si se quemó tan poco”. Durante los años de dictadura, sobre todo en los primeros tiempo, decenas de madres recurrieron a ella para saber de sus hijos, pedir clemencia y evitar que fueran asesinados, y ella negó a hacer cualquier gestión.
La viuda del dictador fue protagonista de graves episodios de corrupción sucedidos durante el régimen militar, desfalcando al Estado, apropiándose de propiedades y bienes, efectuando enriquecimiento ilícito, al estar al mando del organismo Cema Chile, supuestamente dedicado a beneficiar a las mujeres. Luego de la dictadura, siguió con las operaciones ilícitas y obtuvo multimillonarias ganancias a costa del Fisco.
Además, esta mujer fue procesada por malversación de dineros públicos, en el caso Banco Riggs, donde se indicó un fraude por al menos 20 millones de dólares. Fueron investigadas más de 20 personas, entre ellas la esposa de Pinochet y sus cinco hijos. Se comprobó que la familia Pinochet-Hiriart uso ilegalmente dineros destinados por el Estado a la Presidencia de la República, a la Casa Militar y a la Comandancia en Jefe del Ejército.
Entre los casos Cema y Riggs, no se sabe realmente cuánto dinero robó Lucía Hiriart, tampoco las apropiaciones que pudo tener durante los 17 años de dictadura.
En un libro sobre Lucía Hiriart de Pinochet, la periodista Alejandro Matus escribió que “ella fue importante para que Pinochet traicionara a sus camaradas, aceptando la muerte de gente cercana, la tortura de familiares y hasta el exilio de su propia prima. Por otro lado, Manuel Contreras fue el hábil, protector y manipulador del temor que ella tenía a que le pasaran la cuenta. Sin él se sentía vulnerable. Para ella fue inaceptable que Pinochet sacara a Contreras y se fue de la casa, dispuesta a romper su matrimonio”. Eso muestra los vínculos más cercanos que tenía y promovía esta señora; vinculada directa y emocionalmente al jefe de la Dina, responsable de desapariciones y ejecuciones de chilenas y chilenos.
En varias ciudades del país se produjeron muestras de alegría por la muerte de Lucía Hiriart. Desde autos se tocaron bocinas, en barrios y desde edificios salió la gente a repudiar la figura de la “mujer fuerte” de la dictadura, hubo manifestaciones en plazas y espacios públicos.
En sectores de la “familia militar” y de la ultraderecha se reivindicó la figura de la viuda del tirano y si José Antonio Kast, candidato presidencial de esos grupos, dijo que Pinochet habría votado por él, seguramente ahora lamentará perder el voto de “doña Lucía”.