El libro de Tamara Vidaurrázaga, «Mujeres en Rojo y Negro. Reconstrucción de la memoria de tres mujeres miristas. 1971-1990» (Ediciones Escaparate, de Concepción) es la tesis con que esta joven periodista aprobó su magister en género y cultura en la Universidad de Chile. Las mujeres rojinegras son Arinda Ojeda, Cristina Chacaltana y Soledad Aránguiz -la […]
El libro de Tamara Vidaurrázaga, «Mujeres en Rojo y Negro. Reconstrucción de la memoria de tres mujeres miristas. 1971-1990» (Ediciones Escaparate, de Concepción) es la tesis con que esta joven periodista aprobó su magister en género y cultura en la Universidad de Chile. Las mujeres rojinegras son Arinda Ojeda, Cristina Chacaltana y Soledad Aránguiz -la madre de Tamara- quienes en el marco de la llamada Operación Retorno fueron combatientes antidictatoriales cuyas vidas se cruzaron en los años 80, en la cárcel de Coronel. La obra, un referente para el conocimiento de la historia de las mujeres que militaron en la izquierda en el período 71-90 y que contribuyeron a cambiar nuestra historia, contiene dos partes que pueden funcionar independientemente una de otra. La primera contiene los relatos de vida, narrados con ritmo cinematográfico por la calidad en los detalles, luces y sombras. Es la historia viva de tres mujeres miristas «retornadas» desde Europa para enfrentar con las armas a la dictadura militar. Es una historia reflexionada y reconstruida por ellas mismas desde el inicio de su militancia hasta la salida de prisión, pasando por exilios, amores, maternidad, escuela de guerrillas, y lucha. Y la segunda parte es la elaboración y el análisis de esas historias, profundizando la clave feminista con que se han desarrollado estos relatos de vida y explicitando los conceptos utilizados para armar y reconstruir estas historias.
La periodista hilvanó de una manera fresca y atrayente, fragmentos desconocidos y polémicos de nuestra historia reciente como pueblo y como mujeres a través de esta obra. En un país amnésico como el nuestro, esto tiene un tremendo valor. En el libro explica que uno de sus objetivos era «establecer un puente generacional entre las mujeres de mi grupo etáreo y aquel al que pertenecen las 3 miristas…y un nexo entre los relatos expuestos y mujeres ajenas a las experiencias relatadas.» También se planteó la autora – al presentar la historia de estas combatientes miristas que vivieron grandes dolores y pérdidas personales -«aportar a la desvictimización de ellas, ubicarlas como sujetas activas …y protagonistas de un trozo de la historia de Chile».
En la segunda parte de la obra, Tamara sistematiza los conceptos «maternidades en resistencia» y «empoderamiento feminista», ambos en tensiones de identidad ilustradas por las experiencias vividas por cada una de ellas, antes y después de su paso por el exilio y por las cárceles en dos períodos distintos, y su vivencia del feminismo en Europa. Muestra un cuadro en el cual si bien la militancia en el MIR posibilitó las transgresiones al modelo de mujer establecido por el sistema dominante, a la vez reprodujo en su interior las características del sistema.
Otras miristas que vivieron su militancia de forma diferente, más marcadas por la compartimentación y sin la experiencia del exilio, podrán no reconocerse del todo en ese marco de análisis, sintiendo que encontraron sus propias formas de vivir -y algunas, de sobrevivir- la maternidad en resistencia y de responder a la destrucción de sus mundos privados anteriores al golpe de Estado. Pero por cierto, ellas tienen en común con las tres mujeres de esta obra, su transgresora opción por el uso de todas las formas de lucha, su amor por el pueblo, y en muchos casos, también su autonomía política respecto de sus parejas y su contribución a la humanización y embellecimiento de los espacios de la vida en resistencia.
Derrota y cambios
Desde Isla de Pascua, donde reside actualmente, conversando electrónicamente con Rebelión, Tamara cuestionó el concepto de derrota de la izquierda chilena, como había adelantado el día que lanzó su libro. Expresó: «La izquierda tenía más proyectos que el sólo tomarse el poder y gobernar, tenía proyectos acerca de cómo cambiar el mundo en varios aspectos, que hoy se mantienen vigentes y que no necesariamente fueron derrotados porque se lograron cambios en otros sentidos, por ejemplo en cómo nos relacionamos hombres y mujeres hoy, tema en el que mujeres de izquierda y miristas como las del libro hicieron un aporte que se mantiene hasta hoy y que me permite por ejemplo relacionarme a nivel de pareja en el cuidado de nuestra hija de manera diferente y más equitativa.»
¿Cuál es a tu juicio el deber de la izquierda hoy en ese plano?
«Precisamente porque creo en la izquierda, creo que es su deber hacerse cargo de la equidad entre hombres y mujeres y de la transgresión al sistema patriarcal de hoy, tal como lo exigieron esas mujeres en su momento, y de tal manera que la política hoy no sólo nos incluya a las mujeres, sino que incluya nuevas maneras de hacer política colectiva. Por ejemplo, una forma de hacer política como la que hoy practico con mis compañeras de la Coordinadora de Feministas Jóvenes, con las que me relaciono no sólo en las marchas sino también en planos personales y que de hecho fueron al lanzamiento de mi libro sólo porque era un día importante para mí.»
¿Cómo te ubicas tú frente a estas historias que has narrado?
Yo me reconozco en la historia de estas mujeres, que me anteceden y facilitaron el camino que hoy hago junto a mis compañeras feministas, y agradezco ese camino allanado por ellas.
Tamara comenta finalmente que desde Francia, Argentina, Bélgica, así como en distintas ciudades a lo largo de Chile, mujeres le han escrito solicitando la obra, que se lanzó en diciembre pero estuvo disponible sólo a fines de enero en las librerías santiaguinas Prólogo (Merced 375) y Palmaria (Manuel Montt 058).