La rabia se siente en cada mujer que conoce en carne propia la opresión y la explotación. Las mujeres trabajadoras sabemos de esto. Doble carga laboral, trabajo y casa. Muchas veces, acoso. La violencia de género asecha en la calle y en la misma familia. Capitalismo y patriarcado: una alianza que conocemos y que la […]
Las mujeres trabajadoras que empezamos a hacernos parte del movimiento de mujeres, podemos jugar un importante papel en activar a nuestros compañeros e impulsar la unidad con la juventud.
La derecha en el continente busca asentar el camino a las políticas imperialistas yanquis. Es así como Piñera representa la agenda de Trump no sólo en América Latina sino también en nuestro país. De ahí la creación del PROSUR, organismo del cual Sebastián Piñera ostenta la primera presidencia. De ahí la cita con el actual secretario estadounidense Mike Pompeo, quien vino con un objetivo muy claro: marcar el terreno ante China en el marco de la guerra comercial.
En este sentido, la aprobación de la cámara de diputados del proyecto iniciado por el gobierno de la ex Nueva Mayoría con Bachelet a la cabeza, el TPP-11, donde EE.UU. evalúa reintegrarse, es un golpe a las y los trabajadores, las mujeres y la juventud, pues viene a «rematar» los derechos sociales en pos de aumentar las ganancias de grandes empresarios nacionales y translanacionales. No es de extrañar que el conjunto de Chile Vamos votara a su favor, junto con sectores de la ex Nueva Mayoría como el Partido Radical, un voto del Partido Socialista y… la Democracia Cristiana, que sigue jugando el mismo rol que con la idea de legislar la reforma tributaria, de esta forma, demuestra lo estéril e inservible de la estrategia de maniobras parlamentarias y «unidad de la oposición» parlamentaria con los partidos de la vieja Concertación por parte del Frente Amplio y el Partido Comunista, que en vez de fortalecer las convocatorias a movilizaciones que se levantaron desde sectores estudiantiles poniendo a sus figuras, cargos estudiantiles y sindicales a disposición de éstas, depositaron todas sus fuerzas en sectores proempresariales.
Pero no fue el único ataque, la reciente implementación de la ley Aula Segura con el allanamiento a 6 estudiantes del Liceo Darío Salas y el reaccionario control preventivo de identidad que sólo busca criminalizar a la juventud, la pobreza y precarización que genera el mismo sistema que mantiene las ganancias empresariales a costa de millones. Se sumó el dictamen de la Dirección del Trabajo que golpea a las trabajadoras madres -más de lo que ya están- donde restringen el pago de locomoción a las compañeras con fuero maternal por el derecho a amamantamiento. Una política aberrante a poco más de un mes de la multitudinaria movilización por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora donde cientos de miles copamos las calles exigiendo nuestros derechos.
A la derecha la tenemos que enfrentar con nuestra fuerza en las calles
La fuerza que demostramos el 8M no surge de la nada, es la expresión concreta de una rabia con años de opresión y explotación sobre nuestras vidas. El movimiento de mujeres llegó para quedarse, y las mujeres trabajadoras comenzamos a hacernos parte, pero un enorme freno son la dirección del Partido Comunista en la CUT que con la convocatoria a paro del 11 abril demostró que está lejos de querer impulsar una pelea seria y consecuente contra la agenda precarizadora del gobierno y la derecha en el continente. Tanto uno como otra persiguen el mismo objetivo: desatar sobre nuestros hombros el costo de sus ganancias salvaguardadas a toda costa.
Estos dirigentes, así como también los dirigentes sindicales del Frente Amplio en el Colegio de Profesores, partidos que pertenecen a la oposicion parlamentaria, pretenden realizar hitos en la calle para fortalecer las maniobras parlamentarias que no sólo son infértiles como una y otra vez se muestra por el papel que juega la DC. Lo han demostrado con los despidos que van desde el año pasado, donde miles de familias quedaron en la calle y no hubo respuesta de las centrales sindicales más grandes a nivel nacional.
El ejemplo más gráfico fue en ENAP, donde el dirigente del sindicato de refinería Hualpén, Iván Montes, se lamentó: «no tuvimos prácticamente ningún poder o posibilidad de influir o inferir a quiénes se iba a despedir»; más claro echarle agua, lo que lamentan no son los despidos, si no que no ser parte de quienes decidieran los nombres. De ahí que anularan toda posible lucha por la reincorporación de los trabajadores despedidos por movilizarse, rebajando las preocupaciones a demandar «mejores finiquitos». En otras palabras, abandonan sistemáticamente la defensa férrea a los trabajadores y sus puestos de trabajo.
Esto va de la mano con una práctica más bien rutinaria, pasiva, de la CUT y las centrales, confederaciones y asociaciones de trabajadores más grandes, frente al movimiento de mujeres. Las mujeres somos hoy la mitad de la clase trabajadora a nivel mundial. En la misma planta CTP la mayoría de las trabajadoras somos mujeres. No nos son ajenas las demandas del movimiento de mujeres. ¿Cuántas mujeres trabajadoras opinamos que es necesario el aborto legal? ¿Cómo luchar para terminar con la brecha salarial?
Apostar por la fuerza de las mujeres trabajadoras y la clase trabajadora, en común con nuestros compañeros, apostar por la fuerza de la juventud, es lo que hacemos desde Pan y Rosas. Para conquistar nuestras demandas, construimos una agrupación que está codo a codo con trabajadoras y trabajadores que deciden resistir, como el año pasado en el Ferrocarril Antofagasta Bolivia.
Luchamos por poner en pie una práctica política totalmente distinta y luchamos por levantar comisiones de mujeres en la planta CTP de Correos de Chile, así como también en la planta de Komatsu Reman. Lo demostramos también en la pelea por la reincorporación de los trabajadores del FCAB durante el año pasado, una lucha que continúa con Nicolás Bustamante, dirigente del Sindicato Interempresa de FCAB y parte de la agupación de trabajadores ferroviarios «6 de Febrero» poniendo en pie la campaña por su reincorporación definitiva, una lucha que damos también con Nicolás Mondaca, delegado sindical de Correos de Chile, recientemente despedido. Estas son batallas que muestran que con lucha y organización si podemos contribuir en marcar un camino distinto, como lo fue el triunfo de la reincorporación de la profesora Daniela Avilés, delegada sindical de la escuela Patricio Cariola, también parte de nuestra agrupación Pan y Rosas.
Por ello nuestros compañeros y compañeras de la agrupación de estudiantes VENCER hoy disputan las elecciones de la federación de la universidad de Tarapacá con Narcisa Calderón, estudiante trans y feminista socialista, y a la Federación de la Universidad de Chile con Alejandra Decap, referente del movimiento de mujeres donde buscamos encender la fuerza de mujeres, trabajadores y estudiantes para enfrentar la agenda antijuventud de la derecha.
La alianza criminal entre capitalismo y patriarcado nos ha hecho acumular mucha rabia, esa rabia se siente en cada mujer que conoce en carne propia la opresión y la explotación, es esa alianza la responsable de las miserables condiciones en nuestras pegas, los salarios más bajos, el acoso laboral y sexual, el trabajo doméstico no remunerado, que cuando se es inmigrante, negra y mujer trabajadora, muestran su cara más aberrante. Y es que esa rabia la queremos convertir en organización, en una enorme fuerza social que vea la necesidad estratégica de unir al movimiento de mujeres con el gigante dormido que somos las y los millones de trabajadores, junto a la juventud, para darlo vuelta todo. A la derecha la enfrentaremos con esta fuerza en las calles. Por ello, como Pan y Rosas venimos realizando los talleres de «Feminismo Socialista», para dar a conocer nuestras ideas y nuestro proyecto político a cientos de compañeras y compañeros, porque estamos por un movimiento de mujeres que enfrente a la derecha y al imperialismo.