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Multiculturalidad en Chile: Crecer en la diversidad

Fuentes: www.forociudadano.cl

En Chile conviven una diversa gama de pueblos originarios e inmigrantes, pero muchos de ellos no se identifican con esa nacionalidad. Nos trasladamos a Temuco -zona de conflicto interetnico- para charlar sobre los desafíos de la multiculturalidad. Opinan: María Angélica Relmuan, profesora, profesional de apoyo de la Unidad de Cultura y Educación de la Conadi […]

En Chile conviven una diversa gama de pueblos originarios e inmigrantes, pero muchos de ellos no se identifican con esa nacionalidad. Nos trasladamos a Temuco -zona de conflicto interetnico- para charlar sobre los desafíos de la multiculturalidad. Opinan: María Angélica Relmuan, profesora, profesional de apoyo de la Unidad de Cultura y Educación de la Conadi sur; Pedro Cayuqueo del Periódico Azkintuwe, y Wladimir Painemal, moderador de la Red Chile País Multicultural.

Basta mirar a los países vecinos, donde hay un Presidente indígena o donde coexisten cotidianamente diferentes culturas, para darnos cuenta que en Chile no hemos avanzado lo suficiente en reconocer que somos un país multicultural. Aunque en Chile conviven una diversa gama de pueblos originarios e inmigrantes, el concepto de chilenas y chilenos suele entenderse como lo bastante amplio para englobar en él a todas las personas que habitan en el territorio. No obstante, hay muchos de ellos que no se identifican con esa nacionalidad.

El Estado reconoce como principales etnias indígenas la mapuche, aimará, rapa nui, atacameños, quechuas, collas, kawashkar o alacalufe y yámana o yagán. Si a esto le sumamos las inmigraciones que a lo largo de toda la Historia se han asentado en el país, mezclándose con sus habitantes, la diversidad es bastante como para no verla. ¿Qué ocurre?

Según Pedro Cayuqueo, del Periódico Azkintuwe, «en el caso chileno existe un problema que viene desde el origen de la relación entre los pueblos indígenas, el estado y los ciudadanos en general. En otros países de América Latina hubo un proceso de conquista relativamente «exitoso» para los hispanos, con mucho mestizaje posterior, lo que determinó que haya relaciones mucho más maduras en términos de integración o al menos de asumir el desafío de la multiculturalidad. En Chile eso no ocurrió».

«Es hora de que vayamos transparentando las cosas», enfatiza Pedro y explica que en el país «hubo un proceso de conquista inconcluso que recién en el siglo pasado se concretó en la zona mapuche, por lo tanto, eso determina que haya una relación de conflicto permanente y que existan aún muchos conflictos no resueltos entre el estado y los mapuches. Eso determina mucho la relación que existe en Chile con el otro, sea mapuche, indígena, inmigrante, de otro color», dice.

A esto se debe sumar la discriminación que sufren los pueblos indígenas y la poca relación que entre ellos existe, lo que dificulta uno de los principios básicos de la multiculturalidad, que es reconocerse y reconocer al otro.

«Aquí hay una conciencia de ignorar al otro, al diferente. Eso se traspasa a todos los chilenos en general», declara María Angélica Relmuan, profesional de apoyo de la Unidad de Cultura y Educación de la Conadi Sur, en Temuco. La profesora cuenta que la experiencia de vida de los mapuches está marcada por la discriminación. «Somos mirados diferentes y como mapuches somos mirados en menos, eso lo experimentamos desde jóvenes y lo profesional no nos excluye de esa discriminación, estamos muy concientes de eso».

Esta situación, los ha llevado, en muchos casos, a aislarse de los chilenos, pero también de los otros pueblos originarios. Eso es lo que pretende cambiar el reconocimiento de la multiculturalidad.

«El tener la posibilidad de conocer otras experiencias de vida más o menos trágicas como la que nosotros los mapuches hemos vivido, te permite ampliar la mirada respecto de que no solamente el colectivo al que perteneces es el que sufre una situación de discriminación. En Chile hay una cultura de la discriminación bastante fuerte que no afecta solamente a los mapuches. Entender eso ya es un paso importante, si no como que nos miramos mucho el ombligo nosotros, nos sentimos que cargamos con todos los prejuicios de la sociedad chilena, sin embargo, la sociedad chilena es bastante prejuiciosa consigo misma también y los mapuches también somos bastante prejuiciosos de los huincas», afirma Cayuqueo.

No obstante, no se trata sólo de saber que existen diferencias y respetarlas. Wladimir Painemal, moderador de la Red Chile País Multicultural, explica que para que exista una convivencia sustentable es fundamental que también se produzcan cambios internos en las personas y, por supuesto, en toda la sociedad.

«Esto no es sólo de relacionar personas y organizaciones, esto significa que cada uno de nosotros tiene que ser conciente y tiene que transformarse en sí mismo para que de esa manera se puedan construir relaciones más justas, de lo contrario, sería sólo un ejercicio simbólico, no tendría mucho valor. ¿Qué saco con contactarme con otras personas si esas personas no van a cambiar conmigo y no van a ser partícipes de la opresión que ha existido permanentemente? Tenemos que buscar mayores niveles de convivencia», asegura.

Justicia cultural

Para que la multiculturalidad se pueda aplicar realmente, Painemal aclara que debe existir «justicia cultural», un concepto que busca englobar las reivindicaciones materiales, históricas y culturales que demandan los pueblos originarios. Además de la recuperación de sus territorios y de sus recursos naturales, los indígenas exigen el derecho a reconstruir y contar su propia historia, sin los cambios y matices que la interpretación chilena y occidental le ha dado.

«Hay una apropiación de vuestra riqueza cultural, que implica una suerte de discriminación. Por un lado, nosotros como sociedades mapuches o indígenas vamos construyendo o tratando de reconstruir, pero por otro lado, tenemos naciones Estados que toman la historia de nuestro pueblo, la valentía que tuvieron en la defensa de su territorio y lo colocan como una de sus banderas de lucha. Colocan a Lautaro, a nuestros grandes héroes, como la raíz de esta construcción nacional», afirma Painemal.

«Hoy día los pueblos originarios tenemos el deber de no solamente exigir la restitución de nuestros territorios, sino que tenemos el deber de restituir nuestra memoria histórica. Que se efectúe justicia también para todos aquellos elementos que fueron apropiados o sistemáticamente negados a través de la educación, de tal manera de expandir estas demandas y reivindicaciones no solamente a la tierra. Necesitamos contar nuestra propia historia, con nuestras propias voces», manifiesta el moderador de la Red Chile País Multicultural.

Pero además, el proceso de reconocernos como un país multicultural, implica también un cambio en la identidad de chilenos y chilenas que teníamos por cierta.

«Nosotros esperaríamos también que eso fuera un proceso recíproco, que en Chile la gente pudiera reconocer que no todos son chilenos. Eso va a generar un problema para muchos que tiene que ver con su identidad, con la identidad que les han construido desde pequeñitos, nosotros tampoco queremos tratar que todos sean mapuches. Estamos diciendo que tratemos de respetar, pero que eso signifique una transformación de cada uno de nosotros», dice Painemal.

Y para comenzar a reconocerse como identidades diversas, María Angélica Relmuan recomienda a los jóvenes mapuches que aprendan su lengua y de apropien de ella. Painemal, que comiencen a buscar sus orígenes en su sangre y en su territorio, mientras que Pedro Cayuqueo aconseja comenzar con pequeños gestos cotidianos, de aceptación e integración de las personas que son diferentes a nosotros, y muchas veces discriminadas. «Cambiar las relaciones cotidianas con esas personas permite generar cambios que pueden ser pequeños, pero que a la larga son culturales y eso se transmite a nuestros hijos, a nuestro entorno familiar», asegura.