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¿Nacionalismo de izquierdas?

Fuentes: InSurGente

Muchos filósofos del marxismo, han teorizado que el avance social y económico de los pueblos posibilitaría el acercamiento a unas sociedades cada vez mas desarrolladas para en última instancia dar el salto al socialismo. Por mi parte nunca creí en eso, el avance y desarrollo de las sociedades en la historia nos dice claramente que […]

Muchos filósofos del marxismo, han teorizado que el avance social y económico de los pueblos posibilitaría el acercamiento a unas sociedades cada vez mas desarrolladas para en última instancia dar el salto al socialismo. Por mi parte nunca creí en eso, el avance y desarrollo de las sociedades en la historia nos dice claramente que precisamente eso nos ha llevado fundamentalmente a un control y a unas ataduras cada vez mayores. El nacimiento del colchón entre explotadores y explotados que desembocó en la burguesía, y su asunción como parte del sistema, no ha hecho sino ahondar la diferencia entre el poder y los sometidos, estén éstos en el mismo país o en el segundo, tercer o cuarto mundo (como en gran medida ocurre en las sociedades occidentales), y por supuesto siempre contando con la ilusoria idea de que la burguesía ha logrado parte de los derechos a los que aspira el resto de los explotados, pero sin tener en cuenta que ha sido esa misma burguesía (en la que englobo a gran parte de los trabajadores de las sociedades occidentales) la que ha imposibilitado o al menos mermado en gran medida el impacto de cualquier tipo de revolución. Argumento igualmente válido para el tema de la república (a secas), hoy tan en boga, porque en absoluto es cierto que los regímenes alemán, francés o italiano estén mas cerca de la emancipación que lo pueda estar el reino borbónico ibérico. No hay parangón en el nivel de pobreza actual con el de hace 100 años, la diferencia entre ricos y pobres a principios del siglo XXI es mas de 100 veces superior a la que había a principios del siglo XX. Y el hecho de que estemos en sociedades supuestamente mas igualitarias, no nos puede hacer olvidar que sustancialmente se lo debemos a que gran parte del planeta vive sumido en la pobreza cuando no directamente en la miseria mas absoluta, y eso no puede ni debe ser aceptable para el marxismo.
A lo largo de la historia, la subyugación interna de las sociedades se ha hecho fundamentalmente por la fuerza de las armas y del terror, pero hoy en día eso no es así (hablo de las sociedades occidentales), o al menos no tan claramente, y ni siquiera ha hecho falta la imposición de un sistema calcado de la novela de Orwell, 1984. El sistema actual es mucho mas sutil, pero a la vez mas diabólico, es un sistema basado en el control de las mentes, pero sin sometimiento aparente, sin violencia que no pueda soportarse, con una ilusoria libertad, haciendo creer a los pueblos que su propio desarrollo es así naturalmente, y además sin alternativa («la democracia es el menos malo de los sistemas políticos»).
Si algo ha caracterizado fundamentalmente a las sociedades occidentales durante el siglo XX y lo que llevamos del XXI, es la regulación, dominación y manipulación de la información y de la educación y a través de ellas el consiguiente control de los ciudadanos. Y con ese basamento el sistema ha sido capaz de crear sociedades a las que en nombre de su propio desarrollo, ha compartimentado, ha dividido en función de sus supuestas aptitudes, necesidades, preferencias, creencias culturales, religiosas e incluso de ocio y ha hecho que sus miembros desviaran su atención de la autentica lucha, la emancipación de los sometidos y explotados y la demolición de la estructura de clases, hacia luchas cada vez mas locales y mas corporativas, cuando no lisa y llanamente hacia conflictos creados por el propio sistema, e incluso hacia otros meramente lúdicos. Pero que a la postre no representan el más mínimo peligro para él, porque sencillamente no se cuestiona.
Por ejemplo, la consecución de las jornadas de trabajo cada vez más reducidas han sido vendidas como una conquista de la clase obrera, y así han sido asumidas, ¿pero realmente ha servido para su emancipación del sistema?. En absoluto, este supuesto no ha variado lo mas mínimo la relación de clases, lo que ha hecho principalmente es que muchísima más gente pueda participar del tipo de sociedad que nos ha sido impuesta y crear una nueva estructura de negocios basada en el tiempo libre de los trabajadores y en la ilusión del ocio. Y dentro de esta dinámica, entran la mayor parte de los «logros» y «conquistas» de los trabajadores y del resto de ciudadanos, que ha posibilitado sobre todo que se asuma la gran falacia del sistema, «la sociedad del bienestar», y en base a eso los propios individuos se han convertido en sostén y defensores de la sociedad de libre mercado, creyendo que pueden tener lo mejor de ambos mundos, nuestras necesidades cubiertas y el acceso casi ilimitado a la sociedad de consumo. Dejando a estas sociedades adormecidas y, la gran baza del sistema, vendiéndolo como el gran sueño de futuro, incluso fuera de las propias sociedades capitalistas. Y en esto, desgraciadamente ha participado de manera sustancial la socialdemocracia, a la que se unió en la segunda mitad de siglo los euro-comunistas europeos en un alarde de «modernidad» y posibilismo, lo que unido a todo lo anterior ha cortado de raíz cualquier posible veleidad revolucionaria en el continente.
Exactamente la misma base, si lo argumentamos como desarrollo de las sociedades, es aplicable a las luchas nacionalistas, o ¿acaso hemos visto al guardián del sistema satanizarlos?. Por si mismo no los ha contemplado como una idea a batir, como si lo han hecho con la no propiedad privada de la tierra, de los medios de producción o la misma justicia social, incluso han sido numerosas las ocasiones en que las ha utilizado para desestabilizar a regímenes, digamos no interesantes para sus intereses. Otra cosa y muy diferentes han sido las luchas descolonizadoras.
El principio de la autodeterminación surgió en Europa en el contexto de las revoluciones democrático-burguesas de 1848 y se promovió, para resolver principalmente el problema de las naciones oprimidas incorporadas a la fuerza a los imperios Zarista y Austro-Húngaro y llegó a su cenit al finalizar la I Guerra mundial, precisamente para desmembrar dichos imperios y reorganizar el mapa europeo según el plácet de los vencedores, principio que fue posteriormente revisado al término de la II Guerra mundial, al iniciarse el proceso de descolonización del Tercer Mundo. Sin duda alguna fue útil en dicho proceso para que tales países pudiesen ser descolonizados, pero en absoluto como un instrumento revolucionario per se. De hecho el proceso de descolonización fue apoyado fundamentalmente por la URSS y China (aunque en sus estados nunca se permitió la autodeterminación), dentro del contexto de la guerra fría contra Occidente pero que en la práctica no dieron como resultado situaciones de emancipación real de los pueblos, si excluimos Cuba y Vietnam( y en ambos casos yo diría que gracias a las personalidades y empeño de sus dos dirigentes, Castro y Ho Chi Min), sino que al final de ser colonias reales de las potencias europeas en declive, pasaron a ser colonias de facto mas o menos encubiertas de las dos superpotencias globales(USA y URSS) nacidas a raíz de la II Guerra mundial. Incluso hoy en día los procesos que se están dando en Sudamérica son luchas descolonizadoras, y en estos casos no tanto de potencias extranjeras como de grupos económicos transnacionales, aunque con evidentes, esperados y alentadores componentes revolucionarios pero en absoluto luchas nacionalistas por mucho que el lenguaje que se emplee para el consumo interno sea en ese sentido, tanto Evo Morales como Hugo Chávez hablan de la posibilidad de la gran nación Bolivariana, dentro de un contexto claro de apoyo y expansión revolucionaria, porque saben perfectamente que de otra forma la pervivencia será complicada en extremo. Y por contra el sistema capitalista ha promovido, alentado y apoyado causas nacionalistas en unas ocasiones directamente, como en el caso de la Ex-Yugoslavia, y en otras de forma más o menos encubierta como la de los antiguos territorios de la URSS.
Por otro lado, desde la dialéctica marxista podemos hacer todas las elucubraciones filosóficas que queramos, pero lo cierto es que nunca fue premisa fundamental para sus grandes teóricos clásicos. Articularon sobre ella desde un punto de vista posibilista y para casos concretos (por ejemplo Irlanda por sus connotaciones especiales), y hablaron de colonias sometidas y no de pueblos o regiones sin estado, para ellos el derecho de autodeterminación estaba supeditado a la prioridad absoluta, la emancipación de los trabajadores. Recordemos que la situación histórica en esos momentos era de un sojuzgamiento imperial tanto en el caso austro-húngaro como en el zarista, imperios ambos que el marxismo calificó de «cárceles de pueblos». Marx y Engels rechazaron el derecho a la autodeterminación como derecho absoluto y limitaron su alcance entre los objetivos del movimiento obrero, los austro-marxistas establecieron la teoría de la «autonomía cultural nacional», Lenin y Trotsky decían que el derecho a la autodeterminación no era premisa socialista sino un derecho democrático-burgués aunque aplicable en determinados casos y circunstancias y Rosa Luxemburgo siempre se opuso, considerándolo un principio burgués contrario al internacionalismo proletario.
Tampoco podemos olvidar que los nacionalismos históricos europeos nacieron fundamentalmente de teóricos liberales, conservadores, y en algunos casos rayanos en el fascismo con altos contenidos racistas, patriarcales y ultra-religiosos (nacionalismos étnicos). Y de esos nacionalismos fluyeron los supuestos nacionalismos de izquierdas modernos, pero que no han variado sustancialmente en sus premisas, porque están imbuidos por el mismo problema que tiene el resto de las luchas en las sociedades occidentales, el no cuestionamiento a la postre del sistema socioeconómico, porque la reclamación de la independencia llega a anular el resto de objetivos que si pudieran ser revolucionarios, y cuestionar el régimen de turno no es poner en duda el sistema.
Y solo los entenderemos desde un punto de vista posibilista, cuando hacer comprender a los ciudadanos, que están en una cárcel aunque sea dorada, de la que solo ven el brillo, cuando nos hemos quedado sin referentes de lucha contra el sistema, y cuando los partidos tradicionales de izquierda han fallado o simplemente nos han traicionado, es harto complicado y mucho mas fácil es crear un enemigo concreto (algo que ha sido hecho a lo largo de la historia en innumerables ocasiones con excelentes resultados), supuestamente ajeno a mi entorno territorial y cuando parte del trabajo propagandístico ya ha sido realizado con anterioridad por nuestros ancestros, aunque fuera desde posiciones conservadoras o liberales. Pero eso no creo que sea suficiente para englobarlo como una lucha marxista, y es que separar los componentes conservadores fundamentales, y transformarlos en argumentos de izquierda es una tarea tan complicada que difícilmente pueden ser entendidos sin caer en la reducción simple, de que efectivamente es luchar contra el sistema por el mero hecho de que el estado del que nos queremos liberar está dentro del propio sistema, cuando la propia independencia no va a asegurar de facto un cambio del sistema socioeconómico, ni siquiera como posibilidad futura.
Si analizamos algunos de los componentes de los nacionalismos históricos de la península ibérica nos puede ayudar a verlo con cierta caridad:
El cultural, que aunque pueda ser puesto en solfa por un régimen como peligro para su pervivencia, lo cierto es que el sistema puede acabar asumiéndolos sin mayor problema. Por ejemplo el franquismo luchó contra ellos, pero el régimen actual con mayor o menor reticencia lo ha asumido, y ello como es evidente no ha traído ningún cambio sustancial para el sistema capitalista. Es más, este componente es el mas usado propagandísticamente y sin el menor pudor por los distintos gobiernos autónomos, para su propio beneficio y sobre todo como afianzamiento del propio régimen. «El hecho diferencial» es una mas de las divisiones que se utiliza para la separación de los ciudadanos, y además con excelentes resultados. Lo malo, es que en nombre de este factor se pueden cometer y de hecho se están cometiendo auténticas necedades (incluso por partidos de izquierda), con las que se puede emular algunas de las barbaridades del anterior régimen, como por ejemplo las que se están utilizando para que el catalán vuelva a ser la lengua predominante sin lugar a dudas en Cataluña, con leyes coercitivas y restrictivas, y con el objetivo fundamental de que las nuevas generaciones crezcan lo mas rápidamente posible dentro de ese contexto y el hecho diferencial pueda ser mas fuerte cada vez y pueda ser elemento fundamental para la captación de votos y adeptos. Para el nacionalismo de derechas o liberal puede ser su sino, para la izquierda no, en tanto en cuanto no atente contra las bases del sistema y eso desde luego no lo hace.
El étnico, es un factor que solo se da en el nacionalismo vasco, porque aunque en otros territorios quiera ser usado, lo cierto es que no es posible sin caer en la mayor ignorancia, en Galicia porque el componente predominante celta está a su vez extendido no solo abarcando otros territorios de la península ibérica sino a otros muchos lugares de Europa, y en Cataluña porque su cosmopolitismo racial dada su ubicación geográfica lo impide de facto. Pero como decía anteriormente, como todos los nacionalismos de corte étnico nace sustentándose sobre una teoría xenófoba, patriarcal y ultra católica, y los escritos de Arana no dejan lugar a dudas, por tanto este factor para el marxismo por propia definición no debería ser ni siquiera mencionado, pero desgraciadamente lo es en algunos foros de izquierdas engarzándolos con el hecho diferencial y me parece oportuno exponer un estudio científico con que aclarar en cierta medida este tema:
El estudio fue realizado en 1987 por un grupo de científicos de la universidad de Berkeley sobre el ADN mitocondrial, en varios cientos de personas de todo el mundo, y concluyó que todos los habitantes del planeta provienen de un grupo de no mas de 600 individuos de Homo Erectus, afincados en el centro de África hace unos 144.000 años, y además encontraron cosas tan curiosas como que los habitantes de la península ibérica en general están emparentados genéticamente con Noruegos y Finlandeses, los habitantes de las Azores con los Chinos, y los Vascos con el pueblo Bereber, etc.. Es decir toda la humanidad procede de un ancestro común, y además las migraciones por todo el planeta han sido una constante. Por tanto este factor solo puede ser argumentado por mesiánicos y xenófobos, pero en absoluto por marxistas revolucionarios para los que toda la humanidad debe ser un solo ente, con un único objetivo, la creación de una sociedad socialista, eso si, protegiendo, permitiendo y favoreciendo las distintas culturas, en tanto no atenten contra la igualdad de individuos, razas y sexos.
El territorial, es el factor fundamental, porque engarzándolo con la historia (y en el caso vasco, con el factor étnico), se construye todo el entramado sobre el que bascula el nacionalismo. Pero este componente parte de una premisa falsa desde su principio, y es el momento en que se hace la fotografía histórica sobre la que se sustenta, porque si variamos ese momento se descompone todo el entramado. Y aunque el estudio expuesto con anterioridad debería bastar para soslayar ese problema como individuos que forman parte de una única especie, podemos poner algunos ejemplos de cómo se trata de engarzar hechos históricos no lo olvidemos en momentos determinados, con las reclamaciones territoriales.
El BNG monta su reivindicación basándose en el reino suevo del noroeste ibérico, lo que no deja de ser un absurdo, porque el pueblo suevo fue un pueblo bárbaro de origen germánico, ajeno a los primitivos celtas habitantes de esas regiones, que entraron en la península ibérica sobre el siglo V y establecieron su dominio sobre dichas tierras por un periodo no mayor de un siglo. Es decir un pueblo muy inferior en número pero guerreros, invadieron, saquearon y sometieron a los antiguos habitantes hispanos-romanizados de la zona. Y sobre el sometimiento de un pueblo por otro mediante la violencia y la guerra, se trata de montar una reivindicación nacionalista desde la izquierda, y eso no deja de ser una gran incoherencia.
Parecido caso ocurre con el nacionalismo catalán, básicamente la reivindicación territorial se basa en el reino creado por Jaime I El Conquistador («cuando un individuo mata a otro, se le llama asesino, cuando mata a miles, conquistador»). Reino creado por un lado por herencia (el derecho de sangre no creo que sea demasiado marxista) y por otro mediante la invasión y sometimiento de otros pueblos, a los que mucho me temo tampoco se pidió permiso para ello.
Pero lo cierto es que las interrelaciones entre los habitantes de la península ibérica, son tan fuertes desde hace al menos dos mil años, que es casi imposible hablar de su historia, separando algún trozo. Los hechos históricos de cualquier tipo son un compendio de las ligaduras existentes en todo el ruedo ibérico, y casi no se puede hablar de cualquier hechos históricos importante sin que encontremos individuos implicados de toda Iberia. Y por supuesto los avances y retrocesos a los que nos hemos visto sometidos los habitantes de la península, han estado siempre en función de los oligarcas de turno, porque si son admisibles los derechos de sangre y las conquistas de Jaime I El Conquistador, ¿porque no lo van a ser los acuerdos, conquistas o herencias de oligarcas posteriores, que terminaron por conformar todo el territorio ibérico?. Entrar en este debate, es entrar en el juego del sistema. El pueblo sometido es único, siempre han sido los cabezas de turco y la carne de cañón para los distintos oligarcas y sus ambiciones personales.
Bajo la premisa de la fotografía histórica, es casi factible poder cambiar el mapamundi cada cierto tiempo y darle a cada pueblo o fracción de pueblo su cuota de gloria y poder, porque lo cierto es que cada pueblo ha avanzado y retrocedido muchas veces sobre distintos territorios, aunque desde la época histórica haya sido en la inmensa mayoría de los casos por el uso de la violencia.
Para el marxismo, la reivindicación territorial no puede ser válida si no va acompañada de una revolución que desmonte el entramado capitalista, y esto desgraciadamente no se da ni va a darse en ninguno de los supuestos ibéricos. La revolución es de clases, ni de razas ni de territorios montados por los oligarcas históricos de turno.
El económico, también es empleado con demasiada ligereza, por ejemplo se suele argumentar el colonialismo económico a que España ha sometido a diversos territorios, pero lo cierto es que en Iberia básicamente se han dado las mismas constantes que en el resto de Europa, incluso que en el resto del mundo, es decir el norte rico y el sur pobre (si exceptuamos Galicia por su ubicación geográfica aislada). Porque simplificando (esto no es un ensayo), cuando se produce el proceso de industrialización en la península, éste comienza por el norte cantábrico al calor de la minería y la siderurgia (y en este caso no es precisamente la metrópolis colonial el estado español, sino el inglés), y porque no existe el latifundio (imposible en las zonas montañosas) y en el norte pirenaico por su misma ubicación como paso obligado a Europa e igualmente sin latifundios, en cambio el sur y el centro con sus enormes extensiones llanas, son pasto para los latifundios agrícolas, para las que se necesitaba mano de obra abundante y barata, y es un hecho histórico y no solo durante el franquismo sino desde mucho antes, que en Andalucía y Extremadura se coarta la industrialización precisamente por ese hecho. E igualmente cierto es que la industrialización del norte iba a necesitar también esa mano de obra abundante y barata, Hoy día uno de cada seis habitantes de Cataluña procede de Andalucía y Extremadura.
La situación actual no es más que una herencia clara de esos hechos. Y actualmente, aunque ya con otros factores en juego, en general la colonización económica que las regiones industrializadas, tienen sobre las regiones mas pobres es clara y abrumadora.
Por tanto decir que se está sometido económicamente al estado español, no deja de ser una falsedad, el sometimiento de las clases trabajadoras de los territorios históricos, lo es sin duda a las altas burguesías gallegas, vascas y catalanas (y de estas dos, sobre otros territorios del estado español) y no precisamente a las del resto del estado.
Decir por último sobre este tema, que al final lo que se está poniendo sobre la mesa (en los casos vasco y catalán) y desgraciadamente en ello participan los partidos nacionalistas de izquierda, es que el dinero que ambos territorios generan debe quedarse en esos territorios, sin tener en cuenta que gran parte de esa salud económica es generada por inmigrantes de otros territorios del estado español, por las ventas de sus productos( en su mayoría) en el resto del estado y por las actividades económicas que las clases altas vascas y catalanas tienen igualmente en otros territorios. Por tanto este hecho, igualmente desde una óptica marxista, no puede solventarse exclusivamente con el argumento de la «solidaridad», palabra creo que hoy tan prostituida como el concepto de caridad cristiana, no es solidaridad es un derecho, un derecho de las clases trabajadoras sean cuales sean sus orígenes o sus asentamientos, dado su participación en todo el entramado económico español. Y si consideramos que Repsol está expoliando al pueblo boliviano, ¿que impediría que el resto del estado considerara que las altas burguesías vascas o catalanas, si se consideran un pueblo aparte, están expoliando sus propias territorios?.
Y para terminar, decir que es un hecho que el panorama político de la izquierda (por supuesto no incluyo a las socialdemocracias por definición del PSOE y de facto de IU) española, es un autentico desastre, y que donde únicamente funcionan es precisamente en las comunidades históricas (sin incluir a la andaluza por supuesto, por mucho articulito que quieran vender), pero precisamente por intentar incluir como premisa marxista la autodeterminación a la postre lo que han hecho es convertirla en casi la única premisa, obviando cualquier otra, como no sea para meterlas en sus programas sin mas valor que el meramente filosófico y teórico.
El caso de HB es paradigmático, en el actual proceso no se está hablando de socialización de los medios de producción, de la tierra o de la justicia social, sino única y exclusivamente de la autodeterminación y de la inclusión en ella de Navarra.
Lo siento pero no creo que eso sea el objetivo del marxismo, ni que después de la autodeterminación llegue la revolución, Ya dije que ni siquiera creía en la mas mínima posibilidad de ella en territorio Europeo, a no ser que una enorme crisis económica, una guerra global o un desastre natural igualmente global, creen las condiciones, ya dijo Lenin cuando se le reclamó acción, «dejad que llegue Octubre», sabía perfectamente que la miseria y el hambre son el autentico detonante y no sociedades desarrolladas y asentadas en un bienestar por muy relativo que sea.
Pero si creo que un gran frente popular, nacido precisamente de la unión de los partidos nacionalistas de izquierdas, del resto de grupúsculos y de gente sin filiación actual que pululan por toda la geografía hispana, y de al menos parte de las bases de IU y el PC, que podría llegar relativamente fácil a un 10% de votos, y que con una militancia casi tan activa como en los actuales territorios históricos, podría ser un factor determinante para que España no participara en la expoliación mundial del capitalismo, no participara en guerra alguna, no diera cobijo a autócratas como el monarca alauita, promoviera la solución saharaui en su territorio, no permitiera el crimen de los transgénicos, impidiera las nuevas construcciones de nucleares, impidieran los auténticos crímenes de las multinacionales farmacéuticas, abocara a nuestro estado a buscar soluciones para el cambio climático, minimizara los efectos del capitalismo en nuestro estado, impidiera el desastre urbanístico en nuestro territorio, obligara a la justicia a actuar efectivamente con justicia, impidiera la compra de voluntades por las televisiones basura que nos invade, persiguiera y vigilara a las mafias políticas y empresariales, apoyáramos con algo mas que palabras las revoluciones que pudieran hacerse en países del segundo, tercer y cuarto mundo, etc, etc, etc. Y eso si es autentico marxismo.
Es solo un sueño, pero seguramente seria precioso y alentador, muy alentador.