Su preocupación por los choferes del transporte público manifestó la Central Unitaria de Trabajadores, entidad que recurrirá a la Organización Internacional de Trabajo, debido a la desaparición de a lo menos 50 sindicatos y al despido masivo y sin indemnización de los conductores que diariamente trasladan pasajeros en los microbuses amarillos. Acompañado por dirigentes del […]
Su preocupación por los choferes del transporte público manifestó la Central Unitaria de Trabajadores, entidad que recurrirá a la Organización Internacional de Trabajo, debido a la desaparición de a lo menos 50 sindicatos y al despido masivo y sin indemnización de los conductores que diariamente trasladan pasajeros en los microbuses amarillos.
Acompañado por dirigentes del Frente Amplio de Trabajadores del Transporte, el presidente de la CUT, Arturo Martínez, explicó que pese a los avances que supone el plan Transantiago y a su valorable objetivo, existe una situación complicada para los trabajadores del sector quienes sufren los embates de la modernidad.
«Cada vez que hay una modernización en nuestro país, los efectos caen en la gente más débil, en este caso los trabajadores. Las autoridades no conversaron ni previeron esta situación y así evitar los perjuicios sociales que atentan contra una parte importante del gremio», señaló.
Agregó que lo más dramático es que cuando salgan de circulación alrededor 3 mil 300 buses y unos 6 mil 600 choferes en octubre del 2006, el problema será mayor, dado que las empresas ya anunciaron que no indemnizarán ni darán protección social a los trabajadores.
Martínez denunció que aquí existen dos Transantiago, uno de lujo, con conductores profesionales y contratados, y otro que es el actual, con choferes que continúan corriendo por el corte del boleto, sin contratos, desprotegidos y en la incertidumbre.
«Nadie está en contra del progreso, tampoco estamos en contra del Transantiago, pero el fondo del tema es que la gente de trabajo está siendo excluida y marginada de la modernidad, o sea, los choferes de los buses amarillos están con un incierto futuro», precisó.
El presidente de la CUT finalmente criticó el monopolio que existe detrás de las 10 empresas que controlan el Transantiago, la escasa inversión en mejorar calles y avenidas, y la nula visión de las autoridades por considerar algunos factores sociales a la hora de echar a andar el proyecto.
En tanto, el presidente del Frente Amplio de Trabajadores del Transporte, Raúl Gutiérrez, denunció que fue despedido por ser dirigente sindical y calificó como una persecución esta forma de presionar a los trabajadores.
Al mismo tiempo, anunció que próximamente fijarán fecha para realizar una nueva paralización de choferes, porque en este momento «este proyecto es una bola de nieve», concluyó.