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Entrevista con las dirigentas nacionales de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales

Negociación del sector público: «Las y los trabajadores ya se hartaron»

Fuentes: Rebelión

Entrevista con las dirigentas nacionales de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), miembros de la Mesa Coordinadora del Movimiento No Más AFP y lideresas del Movimiento Los Cabreados (indignados), Jimena Aguirre y Orietta Fuenzalida. Cuando se imprime la presente entrevista, las y los trabajadores públicos del Estado de Chile llevan adelante una huelga nacional […]

Entrevista con las dirigentas nacionales de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), miembros de la Mesa Coordinadora del Movimiento No Más AFP y lideresas del Movimiento Los Cabreados (indignados), Jimena Aguirre y Orietta Fuenzalida.

Cuando se imprime la presente entrevista, las y los trabajadores públicos del Estado de Chile llevan adelante una huelga nacional que cumple más de dos semanas, mientras que la cámara de diputados acaba de aprobar la orden del gobierno de un reajuste salarial menor que la inflación anual, destruyendo el salario del sector público andino, referencia histórica para el trabajo organizado del sector privado.

En los hechos, la mayoría (70 diputados) de la cámara baja compuesta por el bloque duopólico que hegemoniza la administración del Estado (menos 22 votos en contra y la abstención de los diputados del Partido Comunista (PCCh)), acataron la política antipopular y de ‘austeridad fiscal’ del equipo que hace la administración Bachelet y que dictan las instituciones mundiales del capital transnacional, como el FMI, el Banco Mundial, el BID y la OCDE. Ello en el marco de la crisis de representación y legitimidad del sistema político dominante que se expresó una vez más mediante una tasa de abstención superior al 65 % de las personas habilitadas para sufragar en las pasadas elecciones de alcaldes y concejales. A ello se agrega la irrupción del masivo y variopinto Movimiento No Más AFP, donde los asalariados del Estado jugaron un papel relevante en el cuestionamiento de uno de los bastiones centrales del patrón de acumulación y saqueo capitalista inaugurado en la dictadura cívico-militar e intensificado durante los gobiernos civiles que se han sucedido desde 1990 hasta ahora.

Orietta Fuenzalida y Jimena Aguirre son dirigentas nacionales de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) y de la Mesa Coordinadora del Movimiento No Más AFP. Asimismo, Orietta es representante de los trabajadores públicos de la Dirección del Trabajo y Jimena es funcionaria del Instituto Nacional de DDHH. Ambas son lideresas del Movimiento Los Cabreados (indignados) al interior de la ANEF.

-¿Por qué en el petitorio de la ANEF se colocó un reajuste de un 7,5 %, y al momento de esta entrevista, ya se ha bajado al 4 %?

 

Orietta Fuenzalida: «Porque eso está en las cabezas de los dirigentes que concentran el poder sin preguntarle a nadie, y explican, sin explicar nada, que primero hay que pedir un 7,5 % para que se llegue a un reajuste de un 3,5 %. Esos números salen de conversaciones a puerta cerrada con el gobierno. Asimismo, las resoluciones son cupulares porque no existe ninguna consulta a las bases de cómo seguir el paro. Ellos están para contener la disposición de lucha de las y los trabajadores. Pero la gente ya se hartó.»

Jimena Aguirre: «Las bases quieren ser dueñas de sus organizaciones. Quieren y queremos ejercer la democracia de forma directa y participativa. Tal como nos enseñó el movimiento de los estudiantes secundarios de 2006 y 2011.»

La indignación de las y los trabajadores públicos

-¿Qué diferencia existe en el actual proceso de negociación tradicional y anual de la ANEF respecto de otras negociaciones?

 

Jimena Aguirre: «Uno de los aspectos distintivos corresponde a que las y los trabajadores llegaron a la negociación 2016 indignados por el escándalo de corrupción y nepotismo sobre las pensiones de Gendarmería y, en particular de la millonaria pensión de Myriam Olate, ex subdirectora técnica de esa repartición estatal y esposa del miembro del Partido Socialista (PSCh) y presidente de la cámara de diputados, Osvaldo Andrade. Los casos de Gendarmería se multiplicaron con aumentos de salarios a discreción para incrementar las pensiones de los ‘beneficiados’, situación que fue uno de los principales gatillantes del Movimiento No Más AFP. A lo anterior se agrega el caso del ex tesorero nacional de la ANEF, Pedro Hernández (Democracia Cristiana), que también fue denunciado por Gendarmería a causa de recibir sobre-sueldos. Nosotras lo acusamos en la Asamblea General de la ANEF a mediados de este año porque no había transparentado toda la información financiera de las organizaciones de base de la asociación. En la ocasión, nuestras denuncias no tuvieron eco debido a que los gremios que forman la ANEF están cooptados por dirigencias provenientes del gobierno nacional de la Nueva Mayoría. Posteriormente logramos hacerlo renunciar.»

-Ahora bien, ¿ustedes qué crítica realizan a la presente negociación entre la ANEF y el Gobierno?

Orietta Fuenzalida: «Nosotras hacemos una crítica de forma y de fondo. De forma, porque las autoridades gubernamentales saben perfectamente cuáles serán nuestros movimientos. La negociación se lleva a cabo en el segundo semestre, cuando estamos encuadrados por la ley de reajuste donde tenemos mínimos márgenes de acción, en vez de negociar en una fecha en que efectivamente podamos influir en el presupuesto de la nación. Entonces lo que los trabajadores nos planteamos es por qué tenemos que negociar las migajas del presupuesto.»

La precarización y privatización del sector público

-¿Y cuál es la crítica estructural que hacen?

Jimena Aguirre: «La precarización creciente de las y los trabajadores del Estado. De 700 mil empleados públicos, la mitad son trabajadores a honorarios, esto es, no contratados, o permanecen subcontratados. Y para peor, los 350 mil trabajadores a honorarios no están facultados para negociar ni están sujetos al Estatuto Administrativo que es el que garantiza la carrera funcionaria, derechos, beneficios, etc. La cuestión de fondo es que estamos ante la privatización del servicio público.»

-¿Cuál es la cantidad de trabajadores del Estado en comparación con la fuerza de trabajo total del país?

Jimena Aguirre: «Según la OCDE, a la que Chile pertenece, el país tiene alrededor de un 10 % de empleados públicos en relación al conjunto de la fuerza laboral, mientras que el promedio es de un 30 % en las naciones que conforman esa organización. Ahora, yo creo que en Chile el porcentaje es superior, sólo que está enmascarado en la privatización de los servicios.»

-¿Quién construye el petitorio de la ANEF?

Orietta Fuenzalida: «Los asesores. Este año, en reunión de directorio de la ANEF, nosotras fuimos notificadas del petitorio un día antes de ser presentado al gobierno nacional.»

-¿Y quiénes forman el directorio de la ANEF?

Jimena Aguirre: 23 directores nacionales. 7 militantes del PSCh, 5 militantes del Partido Comunista (PCCh), 5 militantes de la Democracia Cristiana (DC), dos militantes del Partido Por la Democracia (PPD), un militante del Partido Radical (PRCh), un militante del Movimiento al Socialismo (MAS), y nosotras dos que no tenemos militancia partidaria.»

-Como ustedes mismas lo han indicado, la ANEF representa una fracción minoritaria respecto de la totalidad de la fuerza de trabajo en Chile. Y también saben que los trabajadores del mundo privado, mayoritariamente empleados en las pequeñas y medianas empresas, los miran como a ‘privilegiados’…

Jimena Aguirre: Lo sabemos. Como también los trabajadores de las empresas privadas deben saber lo precarizados y privatizados que estamos nosotros. Al respecto, tenemos una responsabilidad enorme. Por un lado, el reajuste de la ANEF es el techo para el precio del salario de los trabajadores del sector privado de todo el país. Y por otro, es la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), de la que la ANEF es su fuerza más numerosa, la que negocia con el gobierno todos los años el misérrimo sueldo mínimo (alrededor de 390 dólares al mes que obtiene un 60 % de las y los trabajadores del país, mientras que el arriendo de una vivienda familiar promedio es de 300 dólares). Por eso también nosotras estamos por el aumento sustantivo del sueldo mínimo. Pero ocurre que la CUT, al igual que la ANEF que vamos a cambiar, es una mera extensión de los gobiernos de turno y negocia a puerta cerrada el monto del sueldo mínimo. Ello nos emplaza a construir un proceso para que todos los trabajadores organizados de Chile lleguemos a la lucha por un sueldo mínimo que alcance para vivir dignamente y sin tener que endeudarnos. Como si fuera poco, en Chile no existe la indexación automática al salario del Índice de Precios al Consumidor, IPC (el porcentaje de la inflación), ni para el sector público ni para el privado. En estos momentos, a los trabajadores de la ANEF se nos está imponiendo un reajuste del 3,2 %, cuando la inflación anual será del 3,6 %. Esto es, se nos está recortando el salario. En definitiva, también hay que cambiar totalmente a la CUT. Mientras tanto, la presente negociación de la ANEF corresponde al primer capítulo de una ofensiva general del gran empresariado transnacionalizado en contra del sector público. Ya existe un proyecto de ley con el fin de desplazar la negociación de los funcionarios del Estado hacia las negociaciones del sector privado. ¿Cómo? Se nos pretenderá dividir por servicio para negociar. Allí se encuentra un desafío central a la hora de resistir semejante ofensiva.»

-Es una constatación que incluso traspasa las fronteras de Chile, los efectos políticos y sociales del ejemplar movimiento estudiantil de los secundarios chilenos, independientemente de su estado actual. Son precisamente las y los jóvenes de 2006 y 2011 quienes constituyen la más pauperizada fuerza de trabajo en el presente. Una juventud que no conoció la dictadura ni los formatos verticalistas del complejo de partidos políticos hoy dominante y en la administración de turno del Ejecutivo y el Legislativo, y que fue entonces, en distintos niveles, parte de un movimiento popular que iba desde la oposición pacífica hasta las fuerzas antifascistas políticas y militares que enfrentaron al régimen dictatorial.

Lo que ahora observamos es una paulatina recomposición del movimiento popular o de las y los oprimidos, todavía descoyuntado, pero en ciernes y sin confianza en las formas político-instrumentales existentes durante la lucha en contra de la tiranía. ¿Ello se manifiesta entre las y los trabajadores de la ANEF?

Jimena Aguirre: «Efectivamente. Y aquí queremos llegar a otro asunto de fondo, estructural, orgánico, respecto de estas nuevas sensibilidades que has señalado. Las bases de la ANEF ya no sólo quieren pelear por un reajuste salarial de unos puntos porcentuales más o menos. Quieren estabilidad en el empleo, el buen desarrollo de las personas, un solo tipo de contrato para todos y cada uno de los trabajadores del Estado, y están en contra de este sindicalismo corporativo que se la pasa mirando el ombligo y se desentiende de los problemas del conjunto de la sociedad y de las políticas públicas. Cada año que se fijan los presupuestos nacionales, el artículo del Estatuto Administrativo que nos rige y que señala que la relación entre trabajadores de planta y funcionarios a contrata debe ser de 80 / 20, se desactiva a discreción. Esa relación ya va en 50 / 50, y todos los años aumenta el trabajo precarizado. Esa es la tendencia real.

En potencia, somos actores protagónicos de los servicios sociales y queremos ser parte fundamental de la discusión de los presupuestos nacionales. Sobre todo en las áreas de salud, educación, seguridad social, trabajo, vivienda. ¿Quién más que los propios trabajadores públicos conocemos mejor esos servicios sociales? Por lo demás, nuestro proyecto no sólo considera a los trabajadores públicos, sino que contiene a la totalidad social organizada.»

Orietta Fuenzalida: «Nosotras imaginamos un amplio movimiento de trabajadores públicos que arranque en el primer semestre del año donde participemos decisivamente en cada una de las políticas de los servicios del Estado. El presupuesto nacional se ingresa los 30 de septiembre de cada año. Antes de su ingreso nosotros debiéramos haber generado hitos, momentos de un proceso participativo en las políticas y platas que afectan, tanto a los trabajadores públicos, como a la sociedad y sus derechos que unidos debemos conquistar.»

Jimena Aguirre: «Los estructural para nosotras es garantizar los derechos sociales de todos. En particular de la inmensa mayoría más castigada social, económica, política, ecológica y culturalmente. Por eso estamos en contra de reducir la lucha de las y los trabajadores públicos a un bono de fin de conflicto.»

Los Cabreados

-¿Y de dónde provienen políticamente ustedes?

Orietta Fuenzalida: «Del Movimiento de Los Cabreados (‘indignados’). Queremos participar en las próximas elecciones de la ANEF desde la confluencia amplia con todos los sectores sociales y políticos que velen por los intereses y derechos de las y los trabajadores, con absoluta independencia de los poderes establecidos, sean de los partidos del poder, de los grupos económicos, del gobierno de turno, de las fundaciones, del propio Estado, etc. Estamos en contra de que los ministerios estén convertidos en bolsas de trabajo para pagar a la clientela de los partidos políticos de siempre. Solidarizamos con las causas que luchan contra todas las formas de opresión y discriminación. De hecho, nuestro horizonte está ubicado en la superación del capitalismo desde una perspectiva humanista, antipatriarcal, ambientalista, del bien común por sobre la ganancia y en contra de la explotación humana y de la expoliación de la naturaleza.»

-¿Quiénes forman el Movimiento de Los cabreados?

Jimena Aguirre: «Gente sin militancia en los partidos políticos tradicionales que hacen a la Nueva Mayoría. Nuestro objetivo es que las personas de la base sean las que manden. Al contrario de lo que actualmente sucede. En el ámbito sindical y gremial, la asamblea debe ser la que determine, no sus representantes. Lo que ocurre en nuestro ámbito es similar a la crisis del sistema político representativo del país. Por ejemplo, se han realizado innumerables reuniones de consejos de presidentes de la ANEF pidiendo que se declare el paro indefinido, como lo exigen las bases. Sin embargo, la burocracia gremial y sindical decide ante sí misma prolongar ‘por goteo’ la paralización, pese a que la gente quiere luchar decididamente.»

-Los próximos 5, 6 y 7 de diciembre de 2016 se realizarán las elecciones del nuevo directorio nacional de la ANEF. Una de las novedades de la elección es que el actual presidente de la ANEF, Raúl de la Puente, militante del Partido Socialista (PSCh) y quien lleva 20 años en el cargo, no participará en los próximos comicios de la organización. ¿Cuántas listas van a las elecciones de diciembre?

Jimena Aguirre: Siete listas, dos de ellas del Partido Socialista, una del PCCh, una de la DC, otra de los PPD y el PR, otra que depende del Senador Navarro (ex MAS), y la nuestra, la del Movimiento de Los Cabreados.

-¿Cómo se llama su lista?

Jimena Aguirre: Fuerza Cabreados Por una Nueva ANEEF. Ahora bien, nos llama mucho la atención que los autonomistas del diputado Gabriel Boric y del recientemente elegido alcalde en la comuna de Valparaíso, Jorge Sharp, vayan en conjunto con una de las listas del Partido Socialista (la continuadora de la misma presidencia, política y estilo de Raúl de la Puente), tienda eje del actual gobierno nacional. Toda vez que en varias conversaciones entre los autonomistas y nosotras nos dimos cuenta ambos que teníamos fuertes coincidencias políticas y programáticas. ¿Las causas? Las desconocemos. Son un misterio.»

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.