El sábado 11 de octubre falleció a los 64 años de edad Nelson Gutiérrez Yánez uno de los máximos dirigentes que tuvo el MIR a nivel local y nacional. Gutiérrez, de profesión sociólogo, fue miembro del Secretariado Regional del MIR de la provincia de Concepción los años 1969 y 1970. En ese mismo periodo se […]
El sábado 11 de octubre falleció a los 64 años de edad Nelson Gutiérrez Yánez uno de los máximos dirigentes que tuvo el MIR a nivel local y nacional.
Gutiérrez, de profesión sociólogo, fue miembro del Secretariado Regional del MIR de la provincia de Concepción los años 1969 y 1970. En ese mismo periodo se incorporó al Comité Central del MIR y particularmente a su Comisión Política. Permaneció en esa dirección luego del Golpe de Estado del 11 de Septiembre de 1973, continuando la lucha política contra la dictadura de Pinochet en la clandestinidad, junto al resto del Comité Central del MIR. En el curso del año 1975, la dirección del MIR en el sector de Malloco fue sorprendida por las fuerzas represivas, logrando con gran dificultad escapar, asilándose en la Nunciatura en Santiago para posteriormente partir al exilio, desde donde prosiguió la lucha con las limitaciones propias de estar desterrado.
En su trayectoria política como dirigente estudiantil, específicamente como presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (1969-1971) fue objeto de encarcelamiento por más de cuarenta días en una proceso dirigido en contra del movimiento estudiantil en junio de 1969 como parte de un juicio por aplicación de la Ley de Seguridad del Estado, acción judicial que fue precedida del allanamiento masivo del Barrio Universitario hecho que se producía por primera vez en la vida de la Universidad de Concpeción.-
Como dirigente estudiantil, destacó en dos acontecimientos desarrollados el primer año de gobierno de la Unidad Popular. El primero de ellos ocurrió el 29 de mayo de 1971, cuando el presidente Allende visitó la Universidad de Concepción para dar una clase magistral; en aquella oportunidad y en su calidad de Presidente de la FEC y Secretario Nacional el MIR, tuvo la capacidad de debatir con Salvador Allende, señalándole al mandatario que deseaba hacer «una reflexión acerca de lo que hoy vive el país y las tareas que nosotros, como movimiento estudiantil, debemos cumplir en esta fase del desarrollo de la lucha de clases en Chile».
Pero principalmente hizo presente al «compañero presidente» desde la perspectiva de análisis del MIR las debilidades del proceso político chileno y la necesidad de apoyarse en la organización de las masas, como única forma de recobrar fortaleza, avanzar y profundizar las transformaciones en la construcción del socialismo y la concerniente conquista del poder político para su propia clase. Asimismo hizo un llamado a la necesidad de fortalecer y extender la lucha para superar el estancamiento actual y por último a «terminar con la actual Universidad y el actual sistema educativo clasista y selectivo para convertirlo en un instrumento al servicio de los trabajadores, de su liberación económica, social, política y cultural».
La respuesta de Allende fue de inmediato, señalando que respetaba la opinión del joven dirigente estudiantil pero consideraba que sus planteamientos estaban equivocados, ya que: «Una revolución política, jóvenes, se puede hacer en un día. Una revolución social no la ha hecho ningún pueblo jamás en un día, ni un año, sino que en muchos años». Complementado lo señalado, citó a Lenin: «el extremismo revolucionario es traición al socialismo», eso sí, remarcó que los jóvenes, especialmente los estudiantes universitarios tienen la tarea de apoyar este proceso de transformaciones, para aquello es fundamental «…la presencia de los jóvenes en la tarea indispensable de concientización de las masas populares. ¡Cuánto pueden contribuir ustedes a elevar la conciencia política de aquellos que no pudieron, siquiera, aprender a leer! ¡Cuánto pueden contribuir ustedes a abrir un horizonte distinto al campesino, al obrero y sobre todo a la mujer de nuestra patria! ¡Cuánto deben ustedes entregar para afianzar en un nivel político superior a la Unidad Popular, base granítica en que descansan las posibilidades creadoras de este Gobierno! Pero para ello se requiere romper el sectarismo y no sentirse depositario implacable de la verdad».
Seis meses más tarde, el 18 de noviembre de 1971, Gutiérrez nuevamente hacia presente sus planteamientos al dar la bienvenida al comandante Fidel Castro en la Universidad de Concepción. En medio de la efervescencia que significó la visita del líder cubano, el dirigente estudiantil expresó: «El movimiento estudiantil de Concepción recibe hoy, en esta Universidad, escenario de tantas batallas, al Comandante Fidel Castro, líder de la revolución obrero-campesina cubana. Los estudiantes y trabajadores reciben a Fidel en esta zona de combate de la sociedad chilena, donde se cruza la dureza de la lucha del minero, del obrero textil, del obrero urbano con la agitación campesina de Arauco y la frontera».
Finalmente, podemos discrepar de la interpretación y análisis de la realidad que realiza Gutiérrez; sin embargo, que duda cabe que durante su vida y trayectoria encarnó aquella juventud rebelde, consciente y comprometida revolucionariamente de los años sesenta y setenta, que inspirada en los procesos revolucionarios, específicamente en el ejemplo cubano, reflexionaba, analizaba, proponía y desebaba la construcción de una sociedad socialista para nuestro país.
Hoy ha partido y con él se va una parte importante de la historia de MIR, especialmente de la ciudad de Concepción.