Diversos amigos y amigas me piden que clarifique esta idea, expresada por varios dirigentes de Izquierda Unida (especialmente por Enrique Santiago), de ir a una Asamblea de IU en dos fases y propiciar una coordinación general colegiada, paritaria, democrática y plural. La primera cuestión tiene que ver con el carácter de la crisis que sufre […]
Diversos amigos y amigas me piden que clarifique esta idea, expresada por varios dirigentes de Izquierda Unida (especialmente por Enrique Santiago), de ir a una Asamblea de IU en dos fases y propiciar una coordinación general colegiada, paritaria, democrática y plural.
La primera cuestión tiene que ver con el carácter de la crisis que sufre Izquierda Unida. Para algunos, la crisis sería algo pasajero y coyuntural y que bastaría un cambio de dirección y unos retoques en la política para salir de ella. Nuestra posición es radicalmente distinta: la crisis de IU es de proyecto, es decir, de estrategia política, de la forma organizativa y de su relación con la sociedad. Se trata de una situación excepcional que requiere soluciones excepcionales.
La segunda cuestión está relacionada con la constitución de la Comisión preparatoria de la Asamblea de Izquierda Unida. Esta Comisión, como es lógico, refleja el poder de las grandes Federaciones a las que se suman el Partido Comunista y la CUT. Aquí se da una paradoja: una Comisión, excepcional por su composición y funciones, pretende dar soluciones normalizadas y normalizantes, con el peligro de que el análisis y el debate sobre la crisis de IU y sus posibles salidas termine por convertirse en un reajuste de poderes por arriba que cierre, una vez más, el debate antes de que éste realmente comience. Mas allá del «realismo» de estas propuestas, lo que asombra es el autismo ante lo que realmente pasa y el desconocimiento profundo de que ya no hay donde replegarse y que la crisis puede ser terminal.
Los que hemos propuesto una asamblea en dos fases, es decir, un proceso autoinstituyente de IU nos referimos a:
1º) que de esta crisis solo se saldrá si somos capaces de implicar en su solución a los afiliados y afiladas de IU y a miles de hombres y mujeres que siguen considerando necesaria la existencia de un referente fuerte de la izquierda alternativa y transformadora española.
2º) que el contenido de la próxima asamblea debería ser una gran convocatoria para la izquierda que abriese una nueva convergencia social y generase un auténtico movimiento en favor de una izquierda para la alternativa a las políticas y a las formas de hacer política dominantes
3º) que, hecha esta convocatoria y dándole todo el protagonismo a las asambleas de base de izquierda Unida, se vaya organizando de abajo a arriba un movimiento que defina (de ahí su carácter autoinstituyente) la estrategia política, la forma organizativa y los instrumentos para hacer la política.
Lo fundamental, como queda dicho, es que se diagnostique bien la crisis y se propongan soluciones en el marco de un proceso que reconstruya socialmente el proyecto, refunda el programa y se pongan los mecanismos para regenerar democráticamente la organización. En este sentido, sería bueno no engañar ni engañarse, volver a dramáticos debates y a la lucha por el poder en torno a un coordinador o coordinadora de IU, sería bloquear cualquier proceso de reconstrucción de IU y daría una peligrosa marcha hacia atrás, hacia el abismo. Nuestra idea es muy simple: una coordinación colegiada, democrática, paritaria y plural que aproveche todos los recursos e iniciativas que esta organización sigue teniendo y que sea capaz de proyectarla hacia la sociedad, hacia una convocatoria para la izquierda que inicie una nueva convergencia político-social.
Una cosa sí sabemos: Que una propuesta así generaría ilusión, nos sacaría del ensimismamiento que vivimos como organización y daría la señal de que estamos vivos y apostamos por la transformación social, empezando por transformarnos a nosotros mismos.
* Manuel Monereo Pérez. Miembro de la Comisión Permanente de IU