«El nuevo sistema económico radica en un mayor dinamismo de la economía, y eso implica una movilidad urbana sustentable y eficiente, cosa muy distinta a la situación actual en la que a diario más de 3 millones de personas cruzan la ciudad para llegar a sus fuentes de trabajo o estudio, con los consecuentes […]
Vive en Lo Hermida, estudia derecho y desde hace más de un año lidera el Movimiento de Pobladores en Lucha, surgido en Peñalolén. Si antes los vecinos de la comuna estaban obligados a emigrar por el encarecimiento del suelo y el desarrollo de proyectos inmobiliarios privados, la lucha del MPL consiguió la construcción de dos conjuntos habitacionales -uno en Lo Hermida y otro en Las Parcelas- autogestionados por los propios pobladores. Ahora viene una iniciativa para generar una Ley de Suelos que termine con la segregación de los pobres en los extramuros de la ciudad. Veamos de qué se trata:
¿Cuéntanos de la historia del MPL?
– Si bien, el 2006 en los intentos de toma que hicimos, El Movimiento de Allegados en Lucha sufre una derrota militar ante la policía, obtuvimos una victoria política. A dos meses de ocurridas las tomas el gobierno adelanta uno de los puntos de su agenda sobre una nueva política habitacional. Se aumentan los subsidios para viviendas sociales y se crea un Fondo de Localización para comprar suelos. Esto significa que las ganas de quedarse en la comuna que motivaron la toma de pobladores de Peñalolén esta próxima a ser realidad.
¿En qué están hoy?
– Todo eso permitió que hoy podamos construir 152 departamentos de 58 metros2, el departamento social más grande de Chile. Claro que en todo el desarrollo de nuestra lucha el concepto de subsidio habitacional se ha mantenido intacto, o sea, el concepto neoliberal para resolver el problema de la vivienda nivelando la oferta con la demanda se mantiene, lo que a la larga reproduce un grave problema: Si suben los subsidios habitacionales, el precio de los terrenos y la construcción también sube. O sea, el Estado termina llenando de plata el bolsillo de los dueños de terrenos y las constructoras.
El MPL realizó gestiones en todo esto. Cuéntanos un poco de ellas.
– Cuando aumentan los subsidios habitacionales, varios comités de allegados comenzaron a gestionar terrenos con los dueños de terrenos en Peñalolén. Concretamente nosotros hicimos una oferta de 1 UF por metro cuadrado a una propietaria de terrenos en Antupirén, para la compra de 1,5 hectáreas donde se construirían de 130 departamentos. Posterior a eso, otro grupo ofreció 1,75 UF y nosotros contraofertamos 1,6 UF. Entiendo que finalmente se vendió a no menos de 1,75 UF el metro2. lamentablemente el gobierno traspaso la carga de la adquisición de inmuebles a los grupos que terminaron disputándose los terrenos, nosotros en cambio definimos jamás enfrentarnos pobladores contra pobladores, más bien luchar contra las políticas que generan este fenómeno.
¿Esta experiencia te permitió hallar falencias en la actual política de suelos?
– De partida, no existe una política de suelos orientada a la construcción de viviendas sociales. Claro que sí hay un crecimiento en los subsidios para poder comprar el terreno, porque antes no se podía comprar a más de 0,6 UF el M2 para las viviendas sociales. Con el nuevo subsidio hemos llegado a pagar hasta 2,3 UF el M2. Es un crecimiento importante.
Esto los llevó a redactar una propuesta como MPL.
– Sí, presentamos ante la presidencia y el Parlamento un Proyecto de Ley de Suelos. Se trata de una cesión gratuita y obligatoria de un 10% de todos los terrenos donde se desarrollen nuevos proyectos inmobiliarios para viviendas sociales. La actual Ley General de Urbanismo y Construcciones, en su Artículo 70, obliga a las inmobiliarias a ceder en sus proyectos parte de su terreno para obras de áreas verdes, circulación y equipamiento, que pueden llegar hasta un 44% (excepto los condominios). Nosotros proponemos revisar los porcentajes de las actuales cesiones que no sean primordiales; incorporar a los condominios a la regulación y agregar una nueva cesión para la construcción de viviendas sociales dignas en sitios bien ubicados. Al mismo tiempo, si el proyecto de las inmobiliarias incluye viviendas que se puedan costear con el Fondo Solidario (subsidio dirigido a las familias pobres), se eximirán de la obligación de ceder al Serviu respectivo el 10% del suelo.
¿No costará sacar esta idea en el actual contexto político neoliberal?
– Estamos concientes de eso, pero considera que países como España destinan para la construcción de viviendas sociales reservas de suelo urbano con el objetivo de integrar la ciudad más que segregarla. ¿Sabes cuánto destinan?: Del orden del 30%, y es una ley que tuvo el apoyo de variados sectores políticos en ese país. No es algo tan descabellado porque así ocurre en Francia y en muchos otros países desarrollados.
Es bastante sensato, sobre todo con el grado de segregación urbana que tiene Santiago.
– En términos de clase significa poder vivir en los lugares más desarrollados en términos de servicios básicos y de cercanía de las fuentes de empleo. Para la clase gobernante es además importante tener a los factores productivos cerca de los centros de producción. El nuevo sistema económico radica en un mayor dinamismo de la economía, y eso implica una movilidad urbana sustentable y eficiente, cosa muy distinta a la situación actual en la que a diario más de 3 millones de personas cruzan la ciudad para llegar a sus fuentes de trabajo o estudio, con los consecuentes costos en su calidad de vida y su tiempo, además de los costos ambientales y económicos para la misma ciudad.
Esto no ocurre sólo en Santiago.
– También ocurre en Concepción o Temuco y genera un gasto enorme, por lo que se hace necesario concretar un pacto social en cuanto al uso del suelo, una Reforma Urbana que persiga detener la segregación social, el traslado de poblaciones completas a los extramuros de las ciudades, como aún ocurre. Si en Peñalolén antes de la lucha que emprendimos, las soluciones habitacionales para los pobres eran Renca o Paine, con las viviendas que conquistamos aquí podemos decir que la lucha dio resultados a favor de los pobres y que pudimos doblarle la mano a la segregación.
– Hay un símil histórico entre la Reforma Urbana que promovemos y la Reforma Agraria que conquistaron nuestros abuelos, hoy como ayer, hay miles de hectáreas cesantes y especulativas y al mismo tiempo miles de familias sin casa propia. Si en Chile logramos enfocar a todos los sectores tras un proyecto de desarrollo nacional la Reforma Urbana será una pronta realidad. Legislar en este sentido impacta tanto en justicia social para nosotros como también en mayores niveles de productividad para los empresarios, es hora de pensar ciudad.
¿Qué gestiones has realizado ya?
– Instalamos este proyecto a través de la movilización. El 18 de julio, cuando el MPL cumplió un año, cuatro pobladores se encadenaron a los barrotes de La Moneda y leímos el 5º comunicado del MPL desde las piletas de la Plaza de la Ciudadanía. Luego empezamos a gestionar encuentros con los senadores y hemos recibido respuestas de Antonio Horvath, Alberto Espina, María Angélica Cristi y Pablo Longueira; a la presidenta Bachelet un grupo de pobladoras del MPL le entregó nuestro proyecto de ley en sus manos cuando visitó un consultorio en Lo Hermida.
O sea, se muestra más recepción entre los senadores de derecha a esta iniciativa.
Sí, sólo el senador Pedro Muñoz de la Concertación nos ha contestado. Quizá diga algo de la voluntad del grupo gobernante, ¿no?
¿No crees que esta iniciativa despertará fuertes reticencias de los privados?
– Quizá alguien vea esto como una ley expropiatoria, pero la iniciativa despierta interés en distintos políticos en busca de ponerle atajo a lo que viene, que es el agotamiento de la Nueva Política Habitacional. Ya no se pueden encontrar terrenos a los precios que financian los subsidios de suelo, cosa urgente por la enorme demanda despertada por los anuncios del gobierno. La Concertación también tiene una propuesta parecida. No es nada descabellado. Si no se da se van a encontrar con una respuesta social mucho más potente.
¿Qué ocurre con los suelos de Peñalolén?
– En la comuna hay aún 100 hectáreas construibles, sin contar las que se podrían liberar modificando el Plano Regulador, ampliando la densificación en algunos sectores, claro que no reduciendo el espacio precordillerano. Hoy ninguno de los sitios en venta alcanzan los montos de dinero disponibles por el subsidio habitacional. La mayoría debe ser negociados y la demanda que existe por vivir en Peñalolén hace subir mucho los precios.
¿Y el señor Orrego qué opina?
– El alcalde partió su gestión apelando a resolver el problema de viviendas en Peñalolén a partir de la gestión de compras de viviendas construidas, la construcción en «Fondo de Patio» (densificación predial) y las soluciones habitacionales fuera de la comuna. La reacción que los sectores populares tuvimos frente a esa política segregacionista lo obligó a abrirse a gestionar construcción en nuevos terrenos en la misma comuna. Hoy son mil las viviendas sociales construidas y en proyecto dentro de la comuna. Todo un logro.