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Entrevista a Guillermo Teillier, presidente del Partido Comunista

«No hemos negociado nada con la Concertación»

Fuentes: El Siglo

El inusualmente elevado número, y la comprensible expectación, de los periodistas presentes en la sede de la Fundación Gladys Marín, donde el martes 27 de diciembre, el partido Comunista anunció la orientación a su militancia respecto de la segunda vuelta, constituye un indicador indirecto del impacto que generó en el escenario político nacional, el condicionamiento […]


El inusualmente elevado número, y la comprensible expectación, de los periodistas presentes en la sede de la Fundación Gladys Marín, donde el martes 27 de diciembre, el partido Comunista anunció la orientación a su militancia respecto de la segunda vuelta, constituye un indicador indirecto del impacto que generó en el escenario político nacional, el condicionamiento de su apoyo a la candidata de la Concertación, al pronunciamiento público de ésta, respecto de una plataforma de cinco puntos, que en lo sustantivo, apunta a la democratización del sistema político y a medidas concretas en dirección a mayor justicia social.

A la misma impresión conducen los incesantes llamados al celular de Guillermo Teillier, que interrumpían simétricamente el desarrollo de la presente entrevista, concedida minutos después de comunicada la decisión, así como también la formulación de su deseo de que pase pronto la actual coyuntura, para entrar de lleno en el escenario de confrontación política y social con el gobierno que suceda al de Ricardo Lagos, precisamente a partir de esa plataforma.

En el transcurso de la misma, entrega en forma detallada, los fundamentos de la posición del Partido Comunista ante la segunda vuelta presidencial.

Contradicciones

– Acaba de conocerse la primera reacción del comando de Michelle Bachelet, en que el senado Andrés Zaldívar, básicamente, puntualiza que no hubo negociación, que el PC asumió su decisión por propia cuenta y responsabilidad, y que las cinco exigencias están comprendidas en el programa de gobierno de la candidata.

«Efectivamente, no hubo negociación. No hemos negociado nada con la Concertación. Lo que hicimos fue exponer públicamente una plataforma de cinco puntos. Se la enviamos a Michelle Bachelet, ella mandó una respuesta a través de su comando, y eso es lo que analizamos a la hora de tomar una decisión. Ella avala con su firma en la carta que adjunta ese documento. Respecto de las opiniones de Zaldívar, creo que son sólo parte de una respuesta que se está dando por diversos canales de opinión. Zaldívar no lo es todo, más me interesa lo que piensa u obre la candidata. Hay una respuesta muy positiva de ella al asegurar que va a mandar un proyecto de ley al Parlamento en los primeros meses de su eventual mandato presidencial, para cambiar el sistema electoral binominal por uno proporcional y no excluyente. Sabemos que respecto de eso han existido hasta ahora profundas contradicciones en la Concertación. Se trata, por tanto de una situación nueva. No hay negociación, pero sí hay compromisos, estén o no los puntos en el programa de la Concertación.

– En rigor, como respuesta a la decisión del PC, considerando lo que está en juego, me perece mezquina…

«El punto es que la cohabitación que ha mantenido el oficialismo con la derecha, como pidiéndole permiso para todo y excluyendo a los demás, se les ha transformado en una cultura. Les da mucho miedo el qué dirán. ¿Cambiará esto con la nueva correlación que se ha conformado en el Parlamento y con el hecho de que Bachelet sea una candidata socialista que ha manifestado su voluntad de cambiar el sistema electoral binominal y por ende con la cultura de la exclusión?».

Evaluación

– Lo que dijo Zaldívar, en el sentido de que todos esos puntos están en el programa, es cierto. Lo están desde el programa de Aylwin. El problema consiste en que no han cumplido…

«Es muy distinto que coincidamos en los enunciados o que hayamos coincidido alguna vez en medidas de fondo, como fue al inicio de la Concertación con las plataformas iniciales. Había coincidencias, sobre todo respecto a reformas democráticas y medidas económicas de carácter antineoliberal, incluso, pero que se quedaron solo en los enunciados. Muy distinto es lo que realmente se haga por cumplir con una medida y eso es lo que exigimos. Lo que más concretamente podría darse, es que si Michelle Bachelet -como dice ella- está decidida en sus cuatro años de gobierno a cambiar el sistema electoral binominal, entonces eso podría concitar la voluntad de muchos chilenos que se pusieran en movimiento para finalmente echar abajo esa ley, pero si no existe ese movimiento, esa unidad de voluntades, creo que es muy difícil que podamos echar abajo la ley binominal, porque igual va existir el bloqueo de la derecha. El hecho de que Lagos, en las postrimerías de su gobierno, haya tomado en sus manos esto, a petición de Bachelet, como producto de nuestros cinco puntos, ha conmovido el cuadro político, incluso puso en jaque a la derecha».

Movimiento contra la exclusión

– En rigor, el tema avanzó más en una semana que en años. Pero igual enfrentó el veto de la derecha. Además, me dejan cierto margen de dudas la voluntad real de la Concertación y el retraso en la conciencia del sujeto popular…

«Creo que eso se va a resolver de manera parecida, no igual por cierto, como se resolvió el tema de la Ley Maldita, la Ley de Defensa de la Democracia, que dictó Gabriel González Videla y dejó fuera de la ley a los comunistas por muchos años, que los borró de los registros electores, que los llevó también a campos de concentración, y a una represión que aunque menor que la que perpetró Pinochet, pero represión al fin, que significó una situación muy dura para miles y miles de chilenos, sólo se pudo echar abajo una vez que se produjo un arco de fuerzas que iba desde la izquierda hasta la derecha, en que se aunaron voluntades en un movimiento muy transversal en la política, que se llamó de Saneamiento Democrático. Creo que estamos en momentos parecidos, en que ya el sistema binominal no da para más, es decir, mantener excluido a un sector tan grande de la sociedad chilena, me parece que no da para más, y nosotros no podemos tampoco aceptarlo más. Ese movimiento obligó al gobierno de Ibáñez a firmar la derogación de esa ley. Si nos ponemos en movimiento nosotros -fundamentalmente los comunistas-, la gente de izquierda, , las organizaciones sociales, si la CUT hace valer su programa, su plataforma, si lo hace valer la ANEF y otras confederaciones, las organizaciones de derechos humanos, incluyendo a sectores de la concertación, incluso parlamentarios, podemos obligar al parlamento a cambiar esta nueva ley maldita».

– La decisión que tomó el partido Comunista de alguna manera cierra un ciclo de tensiones y contradicciones ¿fue difícil asumirla?

«Yo creo que sí, que tuvo un grado de dificultad, no exenta de contradicciones, eso es así, pero hubo discusión, y va a seguir produciéndose discusión en el Partido y eso es muy bueno. Hay que resaltar el grado de madurez que se ha dado en la mayoría de los órganos del partido, de la forma como se defiende la unidad de acción. Nosotros estamos con la conciencia tranquila porque nuestro papel ha sido el de orientar una conducta a seguir, porque en la práctica ha tenido ya algunos beneficios, como el de poner en el tapete de la discusión política nacional ¡y de qué forma! los temas que nosotros decidimos. Ahora espero que para adelante se valore esta decisión y que se ponga el acento en lo principal, no en las diferencias de criterios que puedan existir, como es votar por Bachelet, o votar nulo, sino que se ponga el acento en las posibilidades que se abren. En estos días hemos abierto una posibilidad, como nunca se ha abierto, de llevar adelante una ofensiva contra el sistema electoral binominal. Es una situación que nos deja instalado el escenario de lucha contra el sistema desde el comienzo del gobierno de Bachelet o de Piñera».

Brechas en el sistema

– El sistema electoral binominal tiene la desventaja de que sigue favoreciendo a la derecha porque con minorías puede controlar el Parlamento, y por otro lado constriñe a la Concertación a permanecer unida como pacto, para no perder el poder…

«Así fue concebido el sistema, pero creo que la Democracia Cristiana hoy está pagando su soberbia, por no querer dar pasos en el sentido de reformar el sistema binominal. Ellos mismos han sido víctimas de el y lo han reconocido así públicamente, por eso aparecen hoy día más abiertos. Claro, a ellos no les gustaría seguramente un sistema proporcional como el que nosotros proponemos, hay sectores de la DC que han propuesto una especie de pinceladas al sistema binominal, que permitan arreglar la situación interna que se da en la coalición, pero el que está fuera de las coaliciones sigue igual prisionero de un sistema binominal. Nosotros no aceptamos eso indudablemente. En todo caso, está claro que no es tan monolítico eso de que el sistema binominal favorece a todos los que están en una coalición».

– Más bien los favorece o desfavorece en forma asimétrica.

«Existe la idea en muchos parlamentarios, que instalando un sistema proporcional, muchos de ellos podrían quedar fuera del parlamento. Eso no es así, porque al aumentarse el número de parlamentarios, ellos igual tendrían toda la ventaja para ser reelectos. Sí se integrarían nuevos diputados y senadores de izquierda, seguramente representantes de los trabajadores. Un sistema proporcional haría que mucha gente que no vota por la izquierda «para no perder el voto» se decidiría a hacerlo con la posibilidad cierta de elegir.

Y a propósito de «voto útil» yo creo que por primera vez gente que ha votado por nosotros, siente que no ha perdido el voto, que sus votos están sirviendo para algo, los votos entregados al PC están sirviendo para abrir un escenario de lucha y de confrontación con las posiciones reaccionarias que existen tanto en la derecha como en la concertación. Porque si alguno cree que nuestra posición es un acto de acercamiento a la concertación, de un apoyo generoso sin pedir ninguna retribución, o un blanqueo del neoliberalismo, está muy equivocado. Aquí lo que hay es un llamado a votar por Bachelet, al mismo tiempo que se produce una confrontación con la Concertación, que pudiendo hacer cambios democráticos, no los hace. Esto se va a dilucidar en una confrontación político social que partirá desde los primeros meses del próximo gobierno»

Debate

– Observo con preocupación un escalamiento en el conflicto interno del Podemos, en que las declaraciones van subiendo de tono. Palabras sacan palabras, y éstas a menudo suelen detonar conductas irreflexivas…

«Creo que depende de cada uno que no se produzca ese escalamiento. Hay muchas cosas que no hemos querido responder y no vamos a responder públicamente, porque no nos interesa entrar en un debate que, nos parece, no tiene mucha altura. Yo haría un debate de altura, que es diferente. Pero en un debate que no tiene altura, con argumentos muy débiles o que por lo general son descalificaciones, no me interesa participar. En cambio, si entramos en un debate de altura en el que se expongan argumentos ciertos, que tenga que ver con la realidad y no con cuestiones instaladas a priori, como que son problemas de principios, cuando no lo son, estamos dispuestos a discutir, en ese sentido sí. El Podemos Más se va a rearticular. Nosotros tenemos toda la voluntad de seguir adelante. Pondremos en primer lugar los puntos de nuestra plataforma, que son nuestros objetivos estratégicos y con los cuales estamos de acuerdo, que hay que ver como los empujamos, y la única manera de empujarlos, salga quien salga Presidente de la República, es mediante nuestra unidad y mediante la lucha».

– Sin pretender la descalificación de nadie, me parece advertir en este debate una cierta sobrerreacción, toda vez que la declaración del PC reconoce que el voto es un acto personal y una opción de conciencia…

«Nosotros no hemos negociado el voto de nadie, lo nuestro es una orientación muy seria y meditada. Llamamos a votar por Michelle Bachelet, porque le estamos pidiendo que cumpla con cinco puntos, entre ellos enviar un proyecto de reforma al sistema electoral, que no lo mandaría Piñera, de eso estoy seguro. Mandaría una ley incluso, como él lo ha dicho en la prensa, para endurecer el sistema binominal, para hacerlo todavía más difícil para nosotros. Pero claro si no sale Michelle Bachelet, ¿Cómo va a mandar un proyecto de ley al Parlamento?, también hay que reflexionar un poco en eso. Nosotros no obligamos a nadie, tiene que ser con mucha argumentación. Los votos que nosotros recibimos, como PC, son votos muy conscientes y meditados, votan a conciencia por nosotros, sabiendo que no vamos a salir, entonces estamos hablando de personas muy capacitadas para razonar, y estamos hablando con altura de miras y además con absoluta transparencia. No hemos hecho nada por debajo de la mesa, ni entre gallos y medianoche. No existe ningún otro tipo de compromiso, nada de lo cual tengamos que avergonzarnos».

Fundamentos

– En cierta columna del diario La Tercera, se atribuye la decisión del PC a una dirección «más sofisticada», casi textual. Me parece una visión reductiva, toda vez que se trató de una decisión ampliamente colegiada a nivel del Comité Central del Partido…

«Exacto. Esto es una decisión absolutamente colectiva, muy discutida en el Comité Central del Partido. Claro, los dirigentes tienen un papel que jugar, e indudablemente hemos tratado de hacerlo. Esta formulación que hemos hecho, tiene mucho que ver con lo que varios de nosotros vivimos como candidatos a parlamentarios, en que la gente nos decía: ‘qué ganamos con votar por ti, vamos a perder el voto igual que en todas las elecciones, entre que salga uno de la derecha prefiero a uno de la Concertación, prefiero meterme en ese lío porque ustedes no deciden nada, entonces de qué sirve’. Otra gente nos decía: ‘vamos a votar, pero queremos que los votos sirvan para algo, aunque sea para decirle algo a la Concertación, para no dejarle las manos sueltas’. Creo que a la Concertación lo que más le habría gustado es que diéramos libertad de acción, pensando a priori que la mayoría de nuestros electores, por miedo de que llegue la derecha al gobierno, votarían por ellos, sin nada que los amarrara, ni un compromiso siquiera, ni una coma. Ahora, por lo menos, hay tres o cuatro compromisos concretos, que todos esperamos que Michelle Bachelet cumpla, pero que van a conformar un momento de lucha que tiene que ir subiendo cada vez más de tono. Porque tampoco estamos dispuestos, primero, a que nos hagan lesos así como así, y segundo, a mantener este sistema electoral binominal. Creo que la lucha va a tener que tomar otro cariz. Aquí han defendido mucho la permanencia del sistema electoral binominal porque dicen que mantiene la calma en el país, la gobernabilidad, la estabilidad, fantástico, se reparten los parlamentarios que nos corresponden a nosotros. Nos ponen la pata encima, para tener esta gobernabilidad, mientras cunde la desigualdad y la injusticia. Bueno es hora de decirles basta, que lo que va a producir ingobernabilidad es precisamente la permanencia de este sistema. Porque creo que ya no da para más, ya los trabajadores, el pueblo, empiezan a entender que la raíz de muchos de sus males está en la permanencia de esta institucionalidad hecha ad hoc para favorecer al neoliberalismo, a las grandes transnacionales, ese es el problema, para que nadie defienda a los trabajadores en el Parlamento, para que los trabajadores no tengan derechos. Nosotros no estamos dispuestos a seguir permitiéndolo, entonces este paso táctico que hemos dado ahora es para ver hasta dónde llega este eventual nuevo gobierno de la Concertación, más exactamente Michelle Bachelet y este nuevo Parlamento, que dicen que se ha ‘izquierdizado’, ver cómo reaccionan ante esta situación; ¿van a producir aunque sea un cambio sutil que permita una mayor participación del pueblo, o se van a mantener exactamente en lo mismo? Creo que ésta va a ser una prueba de fuego, que a nosotros también nos pone en una situación nueva, es decir, hemos dado un paso táctico, pero es sólo un paso táctico. La lucha debe continuar por muchos medios, no sólo de manera electoral, no solo en tiempos electorales, sino que puede continuar en cualquier otro momento y nosotros nos esmeraremos por dar la pelea a fondo por terminar, ya, con esta injusticia, de manera definitiva.

Esencia neoliberal

– De hecho vienen tres años sin elecciones, hasta la próxima elección municipal de 2007…

«Exacto, van a ser tres años complejos. Si no nos ponemos en movimiento ahora se puede eternizar este sistema neoliberal. Incluso fácilmente el gobierno que viene, si es de la Concertación, le puede abrir paso a un gobierno de derecha y no pasaría nada, en las altas esferas de este país no pasaría nada, sería lo que ellos llaman el ‘recambio de administrador del sistema’, y lo encontrarían absolutamente normal».

– Me llamó la atención el balance que hace el Ministro Eyzaguirre del período económico de Lagos. Es un balance triunfalista, sin asomo de autocrítica, que soslaya las graves consecuencias sociales del modelo, y que indica, por contraste, que nada piensan cambiar…

«Tampoco hemos llamado a votar por el programa de la Concertación. Hoy han aparecido las primeras 36 medidas. Se dice que se juntaron cien economistas para lanzar esas 36 medidas, casi tres brillantes economistas por medida, sería mejor al revés. Claro, aquí está planteado el cambio del sistema binominal, el reajuste de las pensiones, hay algunas cuestiones valiosas que son coincidentes con lo que pedimos, eso es efectivo, pero hasta ahora no he visto nada en relación al derecho de los trabajadores, que aparecía como uno de los compromisos de Michelle Bachelet. Me parece que la mayoría son medidas del continuismo. Fíjate que la única medida que puede significar una brecha, hacer un pequeño forado, en el sistema neoliberal, es el cambio del sistema electoral binominal. Creo que nadie se imagina que Michelle Bachelet vaya a cambiar la impronta neoliberal de la Concertación. Sólo esperamos que tenga gestos de dignidad. Con esto de cambiar el sistema electoral binominal, yo me daría casi por satisfecho, por ahora, sin que esto signifique dejar de lado los otros puntos, porque sería un gran paso para la democratización de Chile, para la participación social y política, para la izquierda, para todos los excluidos, para los trabajadores. Sin embargo, para mi lo más claro es que nada va a salir sin lucha».