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No pero sí… Presidente Santos

Fuentes: Revista Insurrección

El presidente Santos a regañadientes y contradiciéndose, tuvo que aceptar que sí hay paro agrario nacional y fortalecido con el apoyo que le brindaron solidariamente otros sectores sociales y pobladores urbanos, complicándose más de lo esperado. El cuento del Ministro de agricultura de que las propuestas gubernamentales fluyen y que son los representantes del paro […]

El presidente Santos a regañadientes y contradiciéndose, tuvo que aceptar que sí hay paro agrario nacional y fortalecido con el apoyo que le brindaron solidariamente otros sectores sociales y pobladores urbanos, complicándose más de lo esperado.

El cuento del Ministro de agricultura de que las propuestas gubernamentales fluyen y que son los representantes del paro los que no quieren oír, es la misma maña mentirosa del gobierno cundo sus interlocutores son del pueblo.

Los efectos catastróficos sobre la agricultura campesina resultado de la implementación de los famosos TLC’s, defendidos con vehemencia por el gobierno de la oligarquía, junto con el alto costo de los insumos para la producción agrícola y el alto costo de los combustibles colombianos, clasificados entre los más caros del mundo, son unas de las causas de las movilizaciones y protestas que se están viendo, y que han despertado el volcán de luchas extendidas por todo el país, Acrecentadas además por la ilegalización de la pequeña minería artesanal, para abrirle el camino a la voraz minería de las transnacionales que convertirán a Colombia en un inmenso socavón con ruina para los colombianos, abultadas ganancias para el capital foráneo y la destrucción del medio ambiente.

La indignación popular el gobierno no puede despacharla con pañitos de agua tibia, ni jugándole a dividir a los sectores movilizados o agotándolos por cansancio con el uso macabro de la represión. Los problemas son estructurales y lo que está puesto en los pliegos de quienes se movilizan, no es aun, todo lo que motiva sus luchas.

El manido cuento de que la beligerancia de las luchas es fruto de la infiltración de la Guerrilla, es tendencioso y contradictorio, pues de un lado le da armas al establecimiento para reprimir, pero por otro lado mostraría una insurgencia con capacidad de movilizar el país cuando el gobierno difunde la idea que las guerrillas están derrotadas y que solo basta con ofrecerles que no los meten a la cárcel, para que se desmovilicen.

Ni es lo uno ni lo otro, presidente Santos; el movimiento popular y de los sectores medios no pudo ser aniquilado en los últimos 20 años, donde el Terrorismo de Estado se ensañó en él y no pudo degollarlo, si no que tuvo la capacidad de recuperarse, a pesar de la mortandad de dirigentes y bases masacradas desde el poder, para recomponerse, mostrándose hoy pujante y firme, para seguir reclamando sus justos derechos, que el sistema neoliberal globalizado le niega, porque tiene su ombligo atado a los capitales internacionales y le importa un bledo el sacrificio de la economía nacional, con tal de conducir los países y las naciones por el camino de la transnacionalización, donde se pretende que los pueblos y las naciones dejen de ser sujetos de su propio destino.

A eso es que se niegan los productores agrícolas y quienes le brindan desde los espacios urbanos la solidaridad de clase, porque esa masa de humildes trabajadores, comprende, por encima incluso de algunos dirigentes sectarios, que la unidad, la confluencia y la coordinación es indispensable para poder alcanzar las triunfos populares.

Esa masa, Presidente Santos, tiene su propia organización, sus propios dirigentes y es dañino y mal intencionado de parte de su gobierno, endilgarles su dependencia de la insurgencia.

Lo que si nadie puede negar es que en términos de los objetivos, los sueños y las esperanzas haya claras coincidencias, porque al final de cuentas la guerrilla es parida por las conductas anti populares, represivas y del cierre de las posibilidades de la lucha política por los cauces legales.

Las luchas que se están dando actualmente son el producto de esas realidades de desconocimiento de los derechos e intereses del pueblo, a quien se le responde con represión cuando se manifiesta, mientras que ese mismo gobierno se congratula con el capital transnacional, que multiplica sus ganancias con la explotación y el sacrificio de los trabajadores, cual vampiro que chupa la sangre a los pueblos de los mal llamados países y economías desechables.

Por lo anterior, negarle a los dirigentes y a las organizaciones populares y sociales, su capacidad para razonar y decidir sus luchas, es perverso, así como desconocer el carácter mismo de la organización de las masas.

Los revolucionarios tenemos que alentar el Movimiento de Masas y estimular sus luchas, porque son ellas las que hacen la historia, alcanzan la victoria en los países que han producido las transformaciones sociales y sostienen los desarrollos democráticos y revolucionarios en contra del ataque cotidiano de los enemigos comunes: los imperialistas y sus lacayos que buscan hacer del poder y del gobierno una condición de beneficio propio, dándole la espalda a quienes con su trabajo, producen la riqueza nacional.

Solo la lucha directa del pueblo y la nación, espacio donde actuamos los revolucionarios, alcanzará los triunfos que se propone y se merece.

Viva el Paro Nacional agrario, sus luchas, sus organizaciones y sus dirigentes.

Fuente: http://www.patrialibre.info/index.php/es/nu-voz/comando-central/742-no-pero-si-presidente-santos