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Video-comunicado del comandante Nicolás Rodríguez Bautista: Democratización del país

«No puede plantearse un proceso de paz sin asumir cambios profundos en la vida democrática»

Fuentes: www.eln-voces.com

Cuando hablamos de la democratización de la vida política del país, nos referimos concretamente a que desde el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, en Colombia hubo un corte, una cercenación de la democracia colombiana. Lo que ha ocurrido de ahí para acá, no tiene incluso parangones en la historia de América Latina. La cantidad de […]

Cuando hablamos de la democratización de la vida política del país, nos referimos concretamente a que desde el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, en Colombia hubo un corte, una cercenación de la democracia colombiana. Lo que ha ocurrido de ahí para acá, no tiene incluso parangones en la historia de América Latina. La cantidad de masacres, los desaparecidos, los asesinatos sistemáticos de dirigentes y gente del pueblo que, sencillamente, tienen una postura crítica al régimen. Para nosotros es claro que en Colombia no existe democracia y que, por el contrario, existe una clara conducta de terrorismo de Estado. Un proceso de paz, sin que se enfrente esa situación, sin que se trate y sin que comience a resolverse, no va a parar a ningún lado.

Un proceso de paz en Colombia tiene que tener al centro desarrollos y superación de los problemas que cercenaron la democracia. No puede ser de otra manera, y nosotros siempre lo expresamos y lo expresaremos de manera clara y concreta. Colombia no puede plantearse un proceso de paz sin asumir de manera clara cambios profundos en la vida democrática, o lo que podemos llamar la democratización del país.

La profundidad del problema de las víctimas, producto de estos más de 60 años de conflicto, están ahí atravesadas en el proceso de paz de Colombia. Nosotros consideramos que la primera parte del tratamiento de la problemática de las víctimas exige lo que podríamos llamar un proceso de verdad pública. Es decir, es necesario que se aclaren las responsabilidades en las víctimas del conflicto. Esa parte consideramos que debe ser la primera en el tratamiento al problema. Clarificada esa primera parte, tiene que darse la segunda y la tercera parte: lo que tiene que ver con la justicia y la reparación. Quien tiene que plantearse la reparación de las víctimas son las víctimas mismas, no un tercero; y mucho menos, un tercero que sea juez y parte. Son las víctimas las que tienen, al calor de la verdad, a la luz de la verdad, que definir por dónde se encamina lo que tiene que ver con la justicia y la reparación. Pero son ellas, porque ellas son las que están viviendo la problemática del conflicto.

Así consideramos nosotros que debe ser un proceso para que redunde y para que al final un proceso de paz no quede con heridas, sino que estas se puedan, en un proceso lento y difícil, ir tratando y resolviendo para la satisfacción de todos y para la construcción de una paz auténtica en nuestro país.