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Wole Soyinka en la Feria Internacional del Libro de La Habana

«No se puede erradicar la cultura»

Fuentes: Habana Radio

Privilegio indiscutible fue poder contar en el segundo «Encuentro con…», dentro de las intensas jornadas de la XVI Feria Internacional del Libro de La Habana, con el Premio Nobel de Literatura 1986 Wole Soyinka, un intelectual de amplia trayectoria tanto social como cultural. La palabra y el pensamiento del destacado escritor nigeriano, primer letrado africano […]

Privilegio indiscutible fue poder contar en el segundo «Encuentro con…», dentro de las intensas jornadas de la XVI Feria Internacional del Libro de La Habana, con el Premio Nobel de Literatura 1986 Wole Soyinka, un intelectual de amplia trayectoria tanto social como cultural.

La palabra y el pensamiento del destacado escritor nigeriano, primer letrado africano en alcanzar el mencionado galardón, fue un auténtico regalo para los presentes en la Sala Nicolás Guillén de la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña. Sus precisas y esclarecedoras ideas sobre temáticas fundamentales de la contemporaneidad en el mundo centraron el diálogo efectuado con el también dramaturgo y poeta.

Múltiples fueron los acercamientos y análisis de Soyinka que comenzó la plática refiriéndose a la profunda relación de amistad y afecto que ha existido entre él y nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, a quien calificó de ejemplo para toda la humanidad por su compromiso social y su afán de justicia. Con esta sentencia resumió la profunda admiración que siente por el líder de la Revolución Cubana: «Fidel es un ejemplo de lucha en el mundo».

El destacado intelectual también compartió sus opiniones sobre la histórica relación que ha existido entre Cuba y África, un país y un continente unidos por profundos lazos culturales y sociales y con signos comunes en nuestras raíces fundacionales como la religión y sus orishas, los puntos comunes en nuestro lenguaje, entre otros aspectos.

No faltó su reflexión sobre el diálogo cultural entre los pueblos para enfrentar el modelo hegemónico imperante en el mundo. Con ese fin, nunca podemos renunciar a la praxis de la cultura, apuntó Soyinka, pues ella es base fundamental de los pueblos. «No se puede erradicar la cultura. Pueden existir muchas culturas que invadan a una determinada, pero en momentos de crisis, de conflictos en un país, uno retoma lo expresivo y lo genuino de la cultura fundacional», afirmó.

Acerca de su obra literaria, de amplio bagaje genérico realizó una confesión pública: «Mi mayor campo en las letras es el teatro. Es un contacto que existe de forma muy dinámica y es también una forma muy humanizada en la que puedo pensar. El teatro no posee la pasividad de un libro en cuanto a su recepción. Esto no significa que el texto literario sea menos poderoso y profundo que el teatro, pero este es más directo, más fuerte».

Menciones a su infancia, a la preferencia por las historias ancestrales de su continente, a su sentido de la justicia, centraron la atención de los presentes en este intercambio diáfano y, sobre todo, profundo y rico en axiomas y sentencias.

Acusado de conspiración, Wole Soyinka fue encarcelado desde 1967 hasta 1969 como preso político. Su obra recoge las tradiciones de la nación nigeriana, especialmente la de la cultura yoruba, y la combina con otras formas de la producción occidental. Se inspira además, en los mitos y en las costumbres tribales, en sus ritos y modelos culturales. Soyinka siempre ha sido un artista comprometido con las causas sociales de su gran nación y del mundo, e indudablemente, se ha convertido en un símbolo por su exaltación de los valores humanos.

Algunos de sus títulos más importantes son La danza del bosque, El hombre ha muerto, Réquiem por un futurólogo, Los intérpretes y Ogun Abibiman.