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La realidad colombiana es absolutamente lo contrario de lo que pregonan los usufructuarios del poder político y económico: el desempleo crece al igual que la precariedad salarial, la pobreza, el subdesarrollo y la criminalidad.
La realidad colombiana es absolutamente lo contrario de lo que pregonan los usufructuarios del poder político y económico: el desempleo crece al igual que la precariedad salarial, la pobreza, el subdesarrollo y la criminalidad.