Artículos
La institucionalidad ha venido operando bajo directrices del poder de turno, desde hace más de 200 años, definidas y orientadas según sus conveniencias e intereses. El prototipo de los últimos años, son los gobiernos de Uribe y Duque.
Un gobierno, realmente decidido a mejorar el nivel de vida de sus gobernados, debe tomar decisiones económicas, jurídicas y sociales, fundamentadas en análisis económicos y sociales, racionalmente sustentables y justificables.
Durante más de 200 años, de vida republicana, supuestamente democrática, en Colombia ha sido posible la tiranía ejercida con el sistema salarial-ocupacional de desempleo e injustificables salarios, como consecuencia que el poder siempre estuvo bajo el dominio absoluto de los dueños del poder económico y político.
Aunque a muchos no les parezca, vivimos la tiranía de la dictadura del capitalismo global, defendida tácitamente por gobiernos mediocres y secuaces, del neocolonialismo del imperialismo global.
Colombia acumuló más de 200 años de supuesta vida independiente y soberana. Solo después de dos siglos, de supuesto ejercicio democrático del poder público, fue posible la elección de un gobernante de izquierda.
Los enemigos del actual gobierno, con su oposición irracional y perversa, a todo lo que signifique desarrollo socioeconómico integral, le están demostrando a las mayorías nacionales, que son los enemigos del desarrollo nacional y del pueblo en general.
El flagelo de la corrupción impide el desarrollo integral que necesita la nación.
El inédito cambio de jefe de gobierno y el perfil del gobernante elegido, son resultados forjados en el tiempo. Fue posible después de más de doscientos años de oscurantismo político y de padecer los resultados y efectos de 118 erráticos, mediocres, lacayos e irresponsables gobernantes, desde 1810.