Banderas azules con estrellas blancas y alto parlantes se toman una calzada del paseo Ahumada. En una primera mirada, pareciera que son grupos evangélicos con nuevos turnos semanales, pero no, son jóvenes dirigentes sindicales pertenecientes a la Confederación General de Trabajadores (CGT) que haciendo oficio del fuero sindical difunden su palabra frente al proyecto de […]
Banderas azules con estrellas blancas y alto parlantes se toman una calzada del paseo Ahumada. En una primera mirada, pareciera que son grupos evangélicos con nuevos turnos semanales, pero no, son jóvenes dirigentes sindicales pertenecientes a la Confederación General de Trabajadores (CGT) que haciendo oficio del fuero sindical difunden su palabra frente al proyecto de posnatal elaborado por el gobierno. «Las mujeres necesitan un postnatal de 24 semanas (6 meses), que no puede ser renunciado bajo ningún aspecto, deben recibir un subsidio igual al total de sus remuneraciones, mantener el derecho a presentar certificados médicos que le sean entregados en el consultorio de forma gratuita, así como el derecho a alimentar a sus niños sin importar la jornada de trabajo» dice parte del volante informativo. A partir de este impulso días después llegamos a la CGT ubicada en la calle Santiago N° 45 donde nos recibe su presidente, Manuel Ahumada Lillo. La conversación se extiende, no es fácil sintetizar el complejo entramado de temas y posiciones que explican el actual escenario de los trabajadores. No obstante, Ahumada habla fuerte y claro sobre el reajuste del sueldo mínimo, la crisis sindical chilena y el actual panorama de movilizaciones que vive el país.
Durante el mes de Julio se debe reajustar el sueldo mínimo. Dicha asignación fluctúa entre los 181 mil que ofrece el gobierno y los 190 mil que defiende la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). ¿Cuál es la posición de la CGT frente a estas posiciones?
«Nosotros hicimos un trabajo sobre el ingreso mínimo que está en la página web [1] . En primer lugar, la discusión que se está dando no tiene nada que ver con la realidad de los trabajadores. No soluciona los problemas de los trabajadores. Ni lo que pide la CUT ni lo que está planteando la Concertación y menos lo que el gobierno plantea». «Si el mismo Estado ha definido con la encuesta CASEN que un grupo familiar promedio lo componen 4,1 personas. Y usted multiplica esas 4,1 personas por valor de la canasta básica (66.379 pesos), le queda claro que un hogar no podría recibir aproximadamente menos de 320 mil pesos, a riesgo de estar bajo la línea de pobreza. Entonces, ¿qué es lo que hace el ingreso mínimo? El ingreso mínimo establece condiciones bajo la línea de pobreza, es decir el Estado y la CUT negocian un valor que está bajo la línea de pobreza, eso es dramático»
En el principal medio de difusión de la CGT, el Pulso Sindical (n° 104), explica algunas claves del problema tales como la pasividad del movimiento sindical y los problemas de representación que tiene la CUT [2] . ¿S e supera la representación de la CUT con un nuevo presidente?
«No va a cambiar nada cual sea el presidente (…) Mientras siga el naipe como está, para el sistema está bien». «Lo que se necesita primero es un gran movimiento de trabajadores que sea democrático, independiente y autónomo». «Esto se traduce concretamente a elecciones universales, pago mensual de cuotas y sistemas de control financiero». «En cuanto a las alianzas de los trabajadores tengo la impresión de que el movimiento sindical, debiera encontrarse particularmente con los pobladores. Porque somos pobladores todos. Ese el natural espacio de encuentro. Con los pobladores entendiendo trabajo en las comunas, educación, voluntarios, creación de conciencia (…) «Debiera haber una alianza con los sectores intelectuales, que asumieran que tienen que ayudar y no van a hacer los gurúes que van a guiar a la clase hacia su victoria. Y ellos tienen que ayudar a la clase, tienen que ser capaces de contestar las preguntas, y tienen que ayudar a construir la propuesta».
¿Cómo explica la crisis del movimiento sindical?
«Fuimos viendo que no había educación, no había control financiero, no había participación de los trabajadores, no había una cuenta a los trabajadores del accionar de la institución sindical. Entonces la conclusión, había una crisis sindical enorme porque era de participación, recursos, demandas, consignas. Y eso se ha venido profundizando desde el 2000 para delante».
¿Cuáles son los principales problemas que tienen las organizaciones de trabajadores?
«Creo que lo que hace falta es decirle a la gente qué es la clase trabajadora, por qué es parte de una clase, por qué la sociedad está dividida en clases (…) Nosotros decimos que hay dos clases, los explotadores y los explotados y nosotros estamos al lado de los explotados que tienen que organizarse para combatir al explorador. (…) Yo creo que de eso falta, y no veo a nadie hablando de clase». «A nosotros nos miran raro cuando hablamos por la clase trabajadora».
¿Cómo ve el actual escenario para los trabajadores?
«(…) Estamos en un descontento creciente de los trabajadores y en la búsqueda de un instrumento. Y lamentablemente contrario a los tiempos de la salitrera, no hay organizaciones que estén preocupadas de la clase y la conciban como actor para transformar la sociedad. Ese es el gran drama después de 100 años». «Nosotros tenemos un problema, no tenemos una propuesta concreta, en términos objetivos como clase. Nosotros hablamos de una sociedad más digna y más justa, pero ¿qué tipo de sociedad es esa?»
Frente al actual escenario de movilizaciones en distintas partes del mundo, ¿cómo observa las redes sociales?
«Yo personalmente me resisto a que la movilización pueda surgir de las redes sociales. Yo creo que ese es un profundo error. No hay que desconocer el papel de los partidos políticos. Tienen un rol que jugar. El problema es que los que no están en los partidos políticos no han comprendido cual es su rol. Veamos el caso de los españoles, los indignados. La única posibilidad para que ese descontento sea realidad en términos de expresión es que presenten mañana sus propias candidaturas. Porque esperar de otros que tomen las demandas nuestras y las levanten, si somos millones. La gente tiene que entender que es capaz de construir algo nuevo, si de verdad ahí está el problema».
¿Cuál es aprendizaje concreto que pueden sacar los trabajadores frente a las actuales movilizaciones?
«La lección es única, yo me remitiría a Grecia que es lugar donde efectivamente ha habido mayor movilización obrera que ha convocado a dos huelgas generales. La enseñanza más importante es que si entendemos que podemos ganar la calle puedes cambiar cosas importantes».
¿Cómo proyecta el movimiento sindical chileno?
«Soy absolutamente optimista, en la medida que se fortalezca la educación en la clase va existir una organización más fuerte y poderosa que va a poder luchar por cuestiones concretas. Educar, organizar, luchar, no es al revés».
[1] www.cgt.cl
[2] Manuel Ahumada Lillo, pulso sindical N 104. Disponible en: http://www.cgtmosicam.cl/