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Amador Ibáñez, el chileno tras www.marxismo.cl

«Nuestra Internacional es el Género Humano»

Fuentes: Rebelión

«Yo tuve un hermano que iba por los montes mientras yo dormía» Julio Cortázar. Amador Ibáñez, tan chileno con su bigote bien cortado y su gusto fanatizado por los caballos, hace años sostiene el sitio www.marxismo.cl, la página más completa del marxismo revolucionario e integral existente en Chile. Amador no es ni alto ni bajo. […]

«Yo tuve un hermano que iba por los montes mientras yo dormía» Julio Cortázar.

Amador Ibáñez, tan chileno con su bigote bien cortado y su gusto fanatizado por los caballos, hace años sostiene el sitio www.marxismo.cl, la página más completa del marxismo revolucionario e integral existente en Chile. Amador no es ni alto ni bajo. Sus ojos centellean ese gris-verde de los chilenos del centro del país. Como también es un oficial militar formado en Cuba en los años negros de la dictadura pinochetista, luego de lo cual se batió junto a muchos chilenos contra el imperialismo en la Nicaragua revolucionaria de comienzos de los 80, a veces habla golpeado y convincente.

Amador, en los 60 militó en las Juventudes Comunistas cuando todavía no cumplía los 15 años. Pocos años después se incorporó a la defensa del gobierno del Presidente Salvador Allende, cumpliendo tareas especiales. Inmediatamente después del Golpe de Estado, fue expulsado de la carrera de Filosofía del Pedagógico de la Universidad de Chile, y se entregó, en el ámbito social, a la recomposición del movimiento estudiantil diezmado por Pinochet, y a colaborar con el mítico dirigente sindical de la Construcción, Héctor Hugo Cuevas, «el loco Cuevas», fallecido hace años. Paralelamente, comenzó a participar en los primeros agrupamientos para resistir de manera armada a la dictadura. Durante el período 86 -87, decide al lado de muchos formar el Frente Patriótico Manuel Rodríguez autónomo de la dirección del Partido Comunista. Tres años estuvo preso en Argentina, acusado por el secuestro del Coronel Carreño, militar del régimen tirano, después de lo cual fue sobreseído sin poder comprobársele ninguna participación en el hecho. En los 90 retornó a Chile, donde, ante el cambio sustantivo del escenario político en el país, se dio a la tarea de partir por el principio: colaborar con la lucha incesante por la recuperación de la conciencia emancipadora de los pueblos y los trabajadores a través del sitio www.marxismo.cl

En la actualidad milita en el Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores (MPT-Chile), específicamente en el equipo de Educación y Formación Política. Estudioso de la economía heterodoxa, se pasea tanto por los clásicos del marxismo (Marx, Rosa Luxemburgo, Gramci, Mariátegui), pasando por Joan Robinson, Sraffa y Kalecki; Della Volpe y Kosik; y su gran amigo trasandino, Hugo Azcurra.

Su película favorita es Tierra y Libertad de Ken Loach. Amador se llama asimismo «soldado del pueblo» y en medio de café y cigarrillos contesta pensando bien lo que pregunto.

LA PÁGINA BLINDADA

¿Por qué marxismo.cl?

«Nunca será demasiado repetir que sin una teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario. El continente de reflexión y práctica que abre una época de madurez del movimiento obrero también se expresa necesariamente en la síntesis de lo más avanzado del conocimiento y prácticas emancipadoras que empieza a realizar Carlos Marx y Federico Engels. Surge así el socialismo científico. Sobre este campo de acción y reflexión empieza a caminar una nueva fuerza histórica que puja por la superación del capitalismo e implica poner en marcha un continente de pensamiento que incorpore lo más avanzado del conocimiento humano al servicio de la emancipación social. Ya no basta entonces un juicio valórico al nuevo sistema de dominación impuesto tras las revoluciones burguesas del siglo XVIII y XIX. Las relaciones sociales se complejizan y debe aplicarse un método científico, un método analítico-sintético, que permita relevar de forma precisa qué es y cómo funciona el capital y, por ende, la relación capital/trabajo. Se abre entonces un espacio de reflexión teórica respecto de los aspectos objetivos/subjetivos sobre los que descansa el más moderno de los sistemas de dominación de clases, el capitalismo, y por esta vía develar cómo él puede ser efectivamente superado. Este método histórico se incorpora a la praxis emancipatoria de los trabajadores y los pueblos echando las bases para un nuevo período de transformaciones, una época, un largo período donde ya las fuerzas de la emancipación social adquieren carácter de sujeto histórico dentro de los márgenes que le impone una nueva formación socio-económica. Desde 1848 en adelante, el movimiento obrero adquiere mayoría de edad y comienzan, desde lo pequeño a lo grande, con avances y retrocesos, levemente a surgir las condiciones materiales y culturales para la nueva transición histórica. El capitalismo ha madurado y se vuelve históricamente reaccionario, teniendo que mantener las nuevas condiciones de explotación, dominación y despojo. La nueva tendencia implica un proceso de empobrecimiento epistemológico y viene una fase de declinamiento en que la producción de nuevos conocimientos científicos sobre la realidad social empieza a ser sustituida por mera producción ideológica. Así pues, se inaugura definitivamente la era que puja por una nueva realidad, la realidad del socialismo. La revolución de octubre de 1917, lanza definitivamente la clarinada de una nueva época.»

¿Sobre qué alimentadores se constituye el marxismo revolucionario?

«Cómo bien resumen Lenin, son tres las fuentes genealógicas del marxismo. La economía política inglesa que logra desarrollarse junto a la maduración y al triunfo definitivo del capitalismo sobre las formaciones sociales que le antecedieron históricamente. La filosofía alemana que lleva, a pesar de sus formas idealistas, al máximo desarrollo el método dialéctico, superación del dualismo y la lógica formal, junto al desarrollo más elevado de las concepciones desmistificadoras de la religión. El socialismo utópico francés con su crítica moral al capitalismo y búsqueda de una nueva sociedad de iguales y libres.»

Desde tu mirada, ¿Cuál es la talla epistemológica del marxismo?

«El marxismo, la producción práctico-teórica sobre las bases echadas por Carlos Marx y Federico Engels, se vuelve la síntesis de lo más sólido del pensamiento humano para entregar las armas teóricas para la emancipación del proletariado moderno: la mayoría de los desposeídos de toda propiedad privada sobre los medios de producción y que sólo tiene su fuerza de trabajo para vender o alquilar. El marxismo es la respuesta más avanzada frente al desarrollo moderno, capitalista, de la explotación, dominación y despojo de las grandes minorías por castas ociosas y depredadoras. El capitalismo tiene que desarrollar en su seno todas las contradicciones de la sociedad de clases y por tanto ha de generar las propias condiciones para su superación histórica y preparar la clase social capaz de llevar adelante estas tareas históricas.»

¿Cuáles son las distinciones clave de la producción de Marx y Engels?

«Es fundamental, entonces, tener en cuenta de que el método materialista, dialéctico e histórico que empieza a desarrollar Marx -que de sus propias palabras sabemos, no era marxista- es a su vez él mismo histórico y se nutre de la práctica viva de la lucha de los trabajadores, del despliegue del movimiento real que puja por superar el capitalismo, y, por tanto, su completamiento en tanto método sólo puede realizarse con la superación del objeto de su crítica, en particular el capitalismo y, en general, con la sociedad dividida en clases.»

LA LUCHA DE IDEAS Y LA CRÍTICA

A ese marxismo le agregaste un .cl…

«La parte del «.cl» se debe a las reflexiones que se fueron dando al momento de salir de la dictadura y entrar en un período tan complejo de consensos que han hecho retroceder y anulan las conquistas de las mayorías trabajadoras y despojadas del país. Se hacía necesario prepararnos para combatir en otros espacios, en el plano de la lucha de ideas. Estas tareas para nosotros que éramos militantes comunistas y operábamos en el FPMR, se encontraban retrasadas producto de la urgencia de la Rebelión Popular de Masas, que por la urgencia de derrocar al tirano no permitía el suficiente desarrollo de la conciencia socialista, transformándose en uno de los principales escollos para reorganizar las luchas de los trabajadores y el pueblo con autonomía de las ideas y las prácticas políticas de las clases dominantes. Nos encontrábamos pues, en posiciones de debilidad estratégica frente al poder totalizante de las clases dominantes reconstituidas gracias a la dictadura militar y consolidadas en un nuevo proyecto de dominación y entrega al liberalismo financiero. Era necesario «volver a Marx», pero no para crear nuevos mitos, sino para recuperar la capacidad crítica y autocrítica que permitiera completar las herramientas teóricas para poder dar respuesta a los nuevos desafíos que la «transición democrática» -la consolidación del patrón actual de dominación- nos imponía. Teníamos que «tragarnos a Marx», y en eso estamos.»

Con el nacimiento del FPMR, el Partido Comunista procuró llenar el llamado «vacío histórico…

«Durante los años de organización de las primeras formas de resistencia a la dictadura se fue constituyendo el mito del «vacío histórico» en su forma de vacío de política militar. El estudio de la ciencia militar y la práctica del arte de la guerra en las misiones internacionalistas, nos fueron enseñando que para comprender la guerra teníamos que comprender la política y luego para comprender esta, teníamos que adentrarnos en la crítica a la economía política y las políticas económicas sobre las que se basa el actual desarrollo del capitalismo en Chile, la región y el mundo entero. Digo que al final era un mito, bastante útil para levantar la resistencia más encarnizada a la dictadura, pero en tanto mito tenía sus propios límites. El vacío histórico que preconizaba nuestro Partido Comunista -recordemos que el FPMR era su brazo armado-, en el fondo, era un vacío ideológico de proporciones estratégicas. Ello estaba basado en lecturas ortodoxas criadas al brebaje de manuales que tendían a la vulgata. La ortodoxia se basaba en lecturas mecánicas que surgieron luego de la muerte de Lenin y que hoy conocemos como DiaMat e HistMat. Los profundos cambios que se sucedían en la URSS , luego de la muerte de Lenin, dieron paso a una centralización del poder en manos de una nueva «clase política» que sustituye el poder del soviet y se enquista en las instituciones de dirección de ese inmenso territorio y en base a la justificación de las urgencias de la guerra se termina por disciplinar a las grandes mayorías despojadas del poder real que habían logrado con el triunfo de la Revolución de Octubre. Para justificar estos procesos se levanta un andamiaje propagandístico que frena el desarrollo del pensamiento revolucionario, las razones de Estado se vuelven más poderosas que las razones de la revolución emancipadora.»

Entonces, la teoría y práctica revolucionarias se esclerotizaron…

«No bastaba con entender que el pensamiento revolucionario se había congelado -al menos en las esferas del oficialismo comunista-, en lo práctico como en lo teórico, había que hacer un proceso que implicaba re-educarnos. Abandonando la superficie de los discursos de la guerra fría, teníamos que tomar el toro por las astas y ponernos a estudiar en serio para vencer. Es así como confirmábamos frente a una nueva etapa de la lucha de clases en Chile, lo que habíamos empezado a descubrir ya mucho antes: que no todo venía desde Moscú y no estábamos obligados ya al «sovietichismo» con que se nos había formado en los años 70.»

EL INTERNACIONALISTA

¿Cuáles fueron tus principales aprendizajes de las luchas por la emancipación humana en los distintos lugares del mundo donde se enfrentó al imperio?

«Las experiencias de las luchas antiimperialistas en Cuba, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Colombia, Angola, Palestina, Viet Nam, entre otros tantos lugares de despliegue del internacionalismo combativo, nos entregaron enseñanzas muy valiosas a muchos luchadores que tuvimos un privilegio que dudo sea repetible, al menos por lo pronto. Lo primero es que los procesos revolucionarios no son golpes de Estado: son procesos que los tienen que llevar adelante los trabajadores y los pueblos; y que el llamado «vacío histórico» no podía reducirse a los problemas militares de la revolución socialista. Parece contradictorio que mientras más estudiamos las ciencias y el arte militar más comprendíamos que los problemas eran primero económicos, sociales, culturales, políticos y en el momento más decisivo jugaba un rol central la correlación de fuerzas a favor de los trabajadores y el pueblo, resolviendo los problemas militares, y el problema de terminar con el monopolio de las armas de parte de las clases dominantes. Llegamos así a comprender que el problema militar es lógicamente posterior a la resolución de los problemas de orden político, lo cual no contradice que en algunos casos sea el punto de partida histórico. Esto no tiene que ver con callosidades dogmáticas, sino con el desarrollo del movimiento real. Los problemas de la revolución socialista son problemas de orden político y de construcción de una mayoría activa dispuesta a llevar adelante las transformaciones sociales. Lo determinante es la participación de los trabajadores y el pueblo. Son esas fuerzas político-sociales las que determinan el futuro desarrollo de las transformaciones radicales que el propio capitalismo impone.»

Mientras conversamos, los poderosos no duermen…

«Las clases dominantes cuentan con toda la maquinaria del Estado y sus formas de dominación y disciplinamiento social de carácter ampliado. El poder es, ante todo, un asunto de hegemonía político-cultural y no sólo es fuerza organizada, sino que es también consensos. Para dominar un pueblo este tiene que estar dispuesto a ser dominado. Por mucho que se avance en los procesos revolucionarios, tarde o temprano, mientras más amenazadas en su poder se vean las clases dominantes, más rápido utilizarán el monopolio de la fuerza contra el movimiento popular. El golpe militar de 1973 así lo demuestra, junto a tantos otros golpes militares en Latinoamérica. El más reciente, el golpe militar en Honduras, demuestra cómo el grado de tolerancia a las transformaciones puede engendrar incluso el apresuramiento de las clases dominantes y el imperialismo para evitar que los trabajadores y el pueblo puedan siquiera llegar a tomar la iniciativa.»

Durante mucho tiempo en Chile se habló de las formas de lucha, y cuál era la principal sobre las otras, como en una orden de compras…

«Hay que hablar del mito, puesto que se corre el riesgo de sublimar las formas de lucha y ponerlas en un ámbito de atemporalidad y convertirse en un fin en sí mismo. Esto es válido para todas las formas de lucha, incluso las aparentemente más pacíficas como la lucha electoral. El debate sobre las formas de lucha está superado históricamente en Chile. De ello se ha encargado primero Pinochet y luego los gobiernos de la Concertación.»

¿Cuál es el eje de www.marxismo.cl?

«Volver a Marx» y luego ir más allá. No ir más atrás como lo hacen los «ideólogos» de los cuales los posmo-marxistas son insignia, sino más adelante. Implica volver a poner las cosas en su lugar; la emancipación de los trabajadores es su propia obra. Ni hay revoluciones tempranas y mucho menos la posibilidad de hacer revolución por encargo, peor aún copiando y calcando otras experiencias que tienen su validez histórica y son irrepetibles en sus detalles. Hay que recordar siempre que la historia no se repite dos veces, o al menos si se repite, esto es primero como tragedia y luego como parodia, como comedia.»

LOS QUE MANDAN

¿Cuál es tu caracterización de las clases dominantes en nuestro país?

«Para comprender la actual composición de las clases dominantes en Chile, su anexión al capital financiero mundial, el desarrollo de una conciencia y cultura rentista, hay que remontarse a la crisis del patrón de acumulación basado en la ideología desarrollista, durante el proceso vivido antes, durante y después del gobierno de la Unidad Popular. El propio golpe militar de 1973 demuestra que los procesos sociales son irreversibles. La dictadura militar no reprodujo un retroceso al «Estado de Bienestar» (una mera contrarrevolución como un volver a foja cero). La dictadura militar en Chile, sepultó definitivamente la ilusión de una «burguesía nacional», imponiendo a sangre y fuego la acumulación originaria de un nuevo patrón de acumulación bajo la égida de la nueva ideología del liberalismo financiero conocida como «neoliberalismo».

¿Cuál es la matriz ideológica de la Concertación ?

«El actual proyecto político de la Concertación no ha hecho otra cosa que darle «gobernabilidad» al proyecto de dominación iniciado durante la dictadura. Se ha profundizado la debilidad estratégica del país, acomodándolo en la división internacional impuesta por el imperialismo a través del FMI y el BID, entre otros organismos internacionales. La actual incorporación de Chile a la OCDE es el premio al mejor alumno de la clase, y al peor vecino en la región.»

¿En qué condiciones se encuentra la Concertación a pocos días de la segunda vuelta presidencial?

«Coyunturalmente la alianza política gobernante se encuentra en franco estado de desgaste y puede ser relevada ya este año por un nuevo equipo de dirección que no cambiaría en nada el proyecto estratégico de recuperación y desarrollo capitalista iniciado durante la dictadura militar. Las cartas están tiradas y juega de banca la misma fracción de clases que ha entregado el país al capital financiero mundializado y con el cual compite -o se asocia- para obtener algunas ventajas en la repartición de cierta parte de la renta del suelo. Bastaría con analizar la situación de la industria extractiva minera, del cobre y el litio, para comprender que quien ha sido el beneficiario de las políticas económicas es el capital financiero extranjero.»

Es antigua la discusión sobre si en Chile existe una «burguesía nacional»…

«Nuestras clases dominantes no son «nacionales», ni desde el punto de vista económico, ni ideológico, ni desde el punto de vista político. Es decir, no tienen un proyecto país independiente. Culturalmente, el rentismo es parasitismo y nulo interés por los destinos de los chilenos y nuestros vecinos en la región.»

EL CAPITALISMO EN CHILE

¿Cómo caracterizarías el capitalismo en nuestro país?

«En forma sencilla, podemos decir que el carácter dependiente de nuestra economía está determinado por el nulo interés en resolver los problemas inmediatos y futuros de la población. Si algo no se ha producido es el famoso «chorreo» que los teólogos del mercado marketearon para impulsar las políticas de ajuste impuestas por los organismos internacionales del capital financiero mundializado y realizado vía manu militari por la dictadura.»

Políticamente, muchos hablan en Chile de una crisis de representatividad…

«Hace pocos días los chilenos lloraban frente a la televisión por una serie sobre la década de los 80. Frente a la falta de perspectivas, el nuevo gobierno, de cualquiera de las dos derechas, no contará con más del 25 – 30 % de votación del universo total de electores. La gran mayoría de los chilenos ha pasado del terror de la dictadura a la espera ociosa de una alegría que nunca terminó de llegar, a un estado actual de descreimiento. Es bochornoso ver como la campaña del terror que se llevó adelante para la preparación psicológica del golpe militar del 73, hoy se reproduce como parodia para supuestamente evitar que la derecha «fascista» tome la dirección del Estado. Hoy la contradicción no es dictadura o democracia, esto ya fue resuelto y refrendado en la campaña del NO que cimentó a las formas consensuadas de dominación llevadas adelante por el continuismo concertacionista. Esta parodia, puesta en escena, si se habla off de record, cuando no se habla para la televisión se sincera: de lo que se trata es de que muchos funcionarios públicos, miembros o «clientes» de la Concertación, temen perder sus trabajos. La cuestión es cuidar la «pega» y no detener nada, es sentido común de que se trata de una ficción del clientelismo político, de la política transformada en mercancía que se transa en el mercado cómo cualquier otra mercancía. Es francamente vergonzoso ver como se sigue reproduciendo el discurso del miedo para salvar las pegas. Esto que es por una parte bochornoso y pervertido, es por otra parte un «sinceramiento» en el discurso. No puede haber proyecto emancipatorio, ni de transición verdaderamente democrática cuando el mensaje es el miedo. El discurso de la emancipación es frontal contra toda forma alienante en lo político y cultural, luego, no hay dentro de los límites del actual patrón de acumulación y dominación ninguna posibilidad de superación y transformaciones definitivas; sólo nuevas y viejas formas de gatopardismo.»

¿Por qué algunos hablan de que el pueblo chileno ha sido vencido?

«Una guerra termina cuando el vencido ya no quiere seguir luchando, y esto es lo que ha ocurrido. El pueblo chileno brutalmente golpeado por una dictadura militar, y vilmente engañado por el continuismo, hoy se encuentra agobiado. Las opciones para levantar este estado de ánimo son seguir luchando por construir una alternativa real de cambios y transformaciones que convenza a las grandes mayorías, a los trabajadores y el pueblo en su conjunto, en pos de recuperar su rol protagónico. Algo muy fácil de decir, pero nada fácil de hacer. Requiere de convicciones muy sólidas, un conocimiento muy profundo de las nuevas formas de dominación, dónde los medios de comunicación social juegan un rol brutal en la alienación, el marketing elevado a su quinta potencia, y su expresión más peligrosa, la despolitización de las relaciones sociales.»

En Chile la alienación juega un papel más que importante…

«La ruta de la alienación es muy simple: separación del hombre y la mujer del producto de su trabajo, separación del hombre y la mujer de su realidad social y de su ser en la naturaleza, separación entre la «sociedad civil» y la «sociedad política», el ser humano transformado en cliente, en consumidor, en objeto de la dominación, la explotación y el despojo llevado a sus formas más desarrolladas.»

LA LUCHA DE CLASES EN CHILE

¿Cómo se expresa la lucha de clases en el país?

«Hoy la correlación de fuerzas es favorable a las clases dominantes y esta es la base material sobre la cual se presenta la resistencia de las clases subalternas, retrocediendo a las formas más elementales. La ideología dominante, resultado de la actual organización del trabajo, sólo puede expresarse en los intersticios que la malla dominante le impone. La lucha de clases se expresa sobre la base de la solidaridad de los trabajadores y el pueblo, cuando toda la maquinaria de dominación impone una actitud individualista, el consumismo es para que el individuo compita con sus pares, entonces los espacios son demasiado pequeños.»

¿Qué significado tiene la poca participación en el plano electoral de los jóvenes?

«La falta de interés por inscribirse en los registros electorales (el actual padrón electoral no ha cambiado sustancialmente desde 1988), y una vez inscritos, el poco interés en cumplir con las obligaciones que esto implica, los niveles de abstención y votos nulo, todo ello importa un acto de desobediencia. No es algo casual. El desencanto, el agobio, la falta de interés, todo ello es una forma muy básica en la que se expresa la lucha de clases. El no estar «ni ahí», también expresa lo mismo. Bien que esto puede ser administrado transitoriamente, pero si no fuera así no habría tanta preocupación por garantizar prácticas de «gobernabilidad». Los gobiernos y las clases dominantes hablan por lo que les falta, no por lo que tienen garantizado. Cuando vas al supermercado y te dicen que dar dos o tres pesos del vuelto para esta u otra institución de «beneficencia» y te dicen que eso es «solidaridad», es porque lo que falta es justamente eso: «solidaridad».

La lucha de clases es mucho más que el clásico enfrentamiento concreto y nítido entre burgueses y trabajadores…

«Hay que tener en cuenta que las condiciones de existencia de las clases trabajadoras son las impuestas por un sistema abrumador de dominación y disciplinamiento. Cualquier forma que no siga el curso de los acontecimientos, cualquier falta de disciplina es hoy lucha de clases, por incipiente o estrechos que sean sus límites. La lucha de clases siempre existe, puesto que existen las clases de intereses irreconciliables. Y mientras persista la contradicción irresoluble entre capital/trabajo, independientemente de los distintos sabores en que se exprese y los distintos aliños con que se sazone. Que la lucha de clases se manifieste o no en formas políticas alternativas al statu quo es otro asunto, es parte de la acción política, no responde a ningún fatalismo, sino a la actividad organizada y planificada de las organizaciones políticas cuya meta es el socialismo o la forma más ambiguas y sutiles de superación del mismo. Y digo esto, porque hoy encontramos las más diversas explicaciones a lo mismo, y las mismas explicaciones para lo distinto, los retrasos en la conciencia socialista son enormes y una gran tarea a resolver. De ahí se puede comprender porqué es tan importante para la clase política dominante despolitizar a la población. De ahí que es tan importante mantener a las mayorías en la ignorancia del cómo se producen las relaciones sociales y cómo funciona el capitalismo en realidad.»

EL SUJETO

Gran parte de la izquierda ha empleado mucho tiempo en determinar el llamado «sujeto de la revolución»…

«El sujeto histórico es uno sólo: el ser humano. Es el ser humano víctima de las relaciones sociales que él mismo ayuda a constituir, tanto en la micro y macro circulación de las relaciones de poder. Es víctima y sujeto a la vez, objeto de la dominación y sujeto de la emancipación.»

¿Y hay diferencias sustantivas en la propia clase trabajadora?

«Las diferencias entre obreros, trabajadores y empleados son producto o de la ideología dominante o de la abstracción, da lo mismo. La cuestión que hay que entender es que el proceso económico, el proceso material de producción y reproducción -esto ya es redundante, pero valga para recalcar la continuidad del proceso- de las condiciones materiales de la vida de los seres humanos, es uno sólo y pasa por distintos momentos de carácter lógico que van desde la producción del excedente (que es lo que se llama plusvalía) a su realización. Es decir, en tanto consumo productivo o consumo final. Como todo lo que tiene que ver con el método histórico, materialista y dialéctico, la cuestión no responde a «modelos apriorísticos», sino a cuestiones que se resuelven en la práctica política y su correspondiente reflexión teórica. No se pueden dar respuestas parciales que quedan a mitad de camino en el proceso del conocimiento, en su fase abstracta, sin mediar ningún tipo de concreción. Esto implica que hay que estudiar la organización real e impura de la organización del trabajo en la formación social concreta, histórica, determinada. Hay que tener en cuenta de que por más capitalista que sea la formación social en ella conviven formas pre capitalistas de producción junto a formas más o menos desarrollada de la propia producción capitalista y su papel, lugar y misión en la división mundial del trabajo. Si estudiamos cómo se conforman las clases dominantes sabremos descubrir cuáles son los sectores más activos de la gran mayoría de la población de explotados y desposeídos. Las clases subalternas requieren de un grado de unidad y cohesión política para poder primero defenderse de las clases propietarias para luego constituirse como mayoría políticamente activa. Desde el punto de vista teórico, hay que además tener en cuenta de que el proletariado no preexiste más que como clase en las condiciones propias que el proceso de valorización del capital les impone. Sus condiciones de existencia como clases con proyecto político e histórico propio le imprimen un desarrollo en mayores grados de organización, movilización y conciencia de clase. Esa conciencia de clase se forja en la propia lucha y desarrollo como movimiento real, sobre la base de su propia existencia material y objetiva, y requiere de su participación política para terminar de constituirse en clase como tal. Proletariado no es una categoría meramente económica, es, por sobre todo, una categoría histórica que se determina por las condiciones reales y concretas en las luchas de los trabajadores y los pueblos. Esta constitución no es un modelo a priori. Es resultado del propio desarrollo de la lucha de clases, que primero se expresa en lo económico y luego en los niveles más altos al constituirse en una nueva hegemonía.»

NATURALEZA Y EMANCIPACIÓN

¿Qué relación existe entre la destrucción capitalista de la naturaleza y la emancipación de la Humanidad ?

«El trabajo no es la fuente de toda riqueza. La naturaleza es la fuente de los valores de uso (¡que son los que verdaderamente integran la riqueza material!), ni más ni menos que el trabajo, que no es más que la manifestación de una fuerza natural, de la fuerza de trabajo del hombre.» (Crítica al Programa de Ghota). Si no tenemos en cuenta al ser humano en su integralidad, continuaremos rengueando, es decir caminando en un solo pie.»

CHILE Y EL RESTO DEL MUNDO

¿Dónde está Chile en el concierto regional y mundial?

«Todas las pruebas empíricas demuestran que Chile ha sido el mejor alumno del liberalismo financiero. En el país se acentúan tendencias que se dan en Latinoamérica, mostrando que el proceso de privatizaciones (incluidas las formas encubiertas de las concesiones abiertas por el gobierno de Lagos), desnacionalización de los recursos naturales, extranjerización de la economía de bienes de capitales, la flexibilización del mercado laboral, la precarización del trabajo y la mercantilización de la educación, la salud, la seguridad social, entre otros aspectos cruciales para el desarrollo soberano del país, van en la dirección de poner fin definitivamente al sueño desarrollista. Y justamente en el bicentenario se termina por volver a transformar al país en un enclave capitalista, prácticamente de corte colonial en una nueva fase más desarrollada, para la obtención de recursos naturales, alimenticios y energéticos, y algunos tan vitales como los recursos marítimos e hídricos en tierra.»

¿Los candidatos a la presidencia del país guardan alguna distancia al respecto?

«La estrategia de recolonización al sabor del siglo XXI se está completando, y ninguno de los candidatos a presidente (Ni Frei, ni Piñera) tiene una estrategia de independencia y soberanía. Las celebraciones del bicentenario de la independencia de España son una vergüenza aún mayor que la denunciada por Recabarren con motivo del primer centenario. Nada que celebrar, decía Recabarren respecto del primer centenario. Más que doblemente nada que celebrar de cara al bicentenario. Estamos frente a un oprobio que sólo podrá efectuarse con características de celebración gracias a la poderosa maquinaria propagandística al servicio de las clases dominantes.»

LAS CONTRADICCIONES PRINCIPALES

¿Dónde crees que se encuentran las contradicciones actuales del período?

«Las contradicciones son una malla compleja. Definirla como multicausal y compleja no ayuda sino sólo para empezar, pues nada nos dice de cuáles son más constituyentes que otras. Hoy, por ejemplo se levantan consignas en pos de una nueva constitución para la república, pero nada o poco se reflexiona de la necesidad de constituir una nueva república, de una segunda independencia. Esto se relega sólo a un asunto de cierta referencia romántica a las luchas en el pasado. Sin duda existe una visión romántica del pasado, lo cual no explica la necesidad de una segunda independencia, y tampoco la niega, sólo enfrenta la cuestión desde lo tangencial, evitando ir a la raíz de los problemas. Y así muchos otros asuntos, todos importantes, qué duda cabe. Los problemas del medio ambiente, por ejemplo. Algunos los reducen a una cosmovisión, no dando cuenta de que los propios cambios en el medio ambiente permiten constituir nuevas cosmovisiones. Entre el romanticismo, el reduccionismo (antes económico y hoy ecoculturalista), los fatalismos, nuevas formas de ortodoxia, etc., todas ellas pretenden obviar lo primordial: que vivimos en una sociedad capitalista altamente desarrollada (desde el punto de vista capitalista, obviamente); que nuestros destinos están atados, cómo piedra al cuello del ahogado, a los destinos del capital financiero mundializado; que nuestros gobiernos ni siquiera ya podemos de calificarlos de títeres, sino de meros administradores de la hacienda extranjera. Frente a todos estos problemas, lo fundamental es desarrollar una conciencia anticapitalista y antiimperialista.»

¿Pero si pudieras sintetizar en una contradicción esencial?

«Hoy la contradicción es barbarie capitalista o socialismo. Ello resume y unifica todas las contradicciones que se levantan sobre el actual patrón de acumulación capitalista impuesto por los consorcios transnacionales y custodiado por la reorganización del imperialismo como gendarme internacional.»

LA IZQUIERDA EN CHILE

¿Cómo observas a la izquierda en el país?

«La dispersión política no es más que un reflejo de las condiciones sociales y económicas del estado actual de la organización del trabajo, su precarización, las prácticas antisindicales, el desempleo, en general, la fragmentación de las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo en su conjunto. Todo se ordena en función de los intereses de la supeditación del país a los círculos de poder del capital financiero mundializado. Es decir, existe una gran dispersión y recién este último año hemos podido «tomar una cabeza de playa» que promete revertir tal situación. El 2010 pensamos consolidar esta nueva tendencia a la ruptura de la precarización de la vida de los trabajadores y el pueblo, para ello declaramos el 2010 como «Año de la Unidad «.

¿Qué lugar ocupa el Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores en la dinámica general que adviertes?

«Cada paso del movimiento real vale más que una docena de programas. Por lo tanto, si no era posible -y las circunstancias del momento no lo consentían- ir más allá del programa de Eisenach, habría que haberse limitado simplemente a concertar un acuerdo para la acción contra el enemigo común… Sabido es que el mero hecho de la unificación satisface de por sí a los obreros, pero se equivoca quien piense que este éxito efímero no ha costado demasiado caro.». Lo expuesto por Carlos Marx en su Crítica al Programa de Ghota refleja con mucha fidelidad cuál ha sido el tono político que ha permitido la construcción del Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores, es decir, si no somos capaces de ponernos de acuerdo en un programa integral para las transformaciones socialistas para Chile, al menos hemos de partir por la unidad para la lucha sobre demandas comunes para, de este modo, constituir una práctica y una reflexión común que nos permita crear las bases para la construcción política presente y futura.»

¿Qué es el MPT, sobre toda definición?

«El MPT es una alternativa al travestismo de una izquierda que vendió su alma por un reconocimiento económico y tuvo que pagar su precio con obsecuencia a la «oportunidad» de subirse a la mesa de negociaciones por la ventana y sobre los resultados de las luchas de resistencia de un amplio sector de la población. El MPT es la síntesis de una consecuencia, la forma que hemos encontrado para participar y hacer política desde los intereses de los trabajadores y el pueblo. Y se preguntarán muchos cómo sabemos cuáles son los intereses de los trabajadores y el pueblo, y es muy simple, siendo parte consustancial de una mayoría que tiene que trabajar para seguir sobreviviendo. Es una pregunta que no puede resolverse desde la mentalidad del funcionario, llámese al patrón Estado, ONG o institución partidocrática. El MPT está mandatado a sostener la esperanza y la realidad de que un Chile distinto no sólo es posible sino necesario, y que sólo puede ser resultado de la organización, movilización y conciencia de los propios trabajadores y el pueblo. También el MPT es la punta de lanza de un nuevo movimiento popular capaz de llevar adelante las transformaciones sociales y económicas que pongan en el centro los intereses que el capital financiero y la partidocracia no pueden llevar adelante sin contradecir sus propias cualidades esenciales, pues el objetivo de la maximización de las ganancias y la renta, está claramente a contrapelo de los intereses de las mayorías productoras de las riquezas que luego son arrebatadas para llenar las arcas de una casta parasitaria con oficinas en EEUU, Europa, Japón y el resto de los países centrales del sistema mundial del capitalismo.»

¿Cuáles serían las tareas a corto y mediano plazo del MPT desde tu mirada?

«El MPT tiene que dar respuesta a las coyunturas, la crisis económica, las elecciones, entre otras, pero lo más importante es que genere sus propias coyunturas imponiendo en la agenda pública, en la agenda política, los intereses de las grandes mayorías una y otra vez postergados por las clases políticas y las castas dominantes.»

EL PARTIDO

¿Cuál es la actualidad del marxismo en esta hora difícil?

«Para sintetizarlo, podemos decir que la vigencia del marxismo tiene que ver con la vigencia misma del capitalismo y la lucha de clases que él mismo genera. El marxismo no es más que una de las fuentes principales sobre las que abreva el pensamiento y la práctica anticapitalista y antiimperialista. Toda generación tiene que luchar contra su propia ortodoxia. Hoy tenemos que seguir desarrollando las prácticas emancipatorias a partir del análisis concreto de la realidad concreta sobre la cual nos toca resistir y construir el presente como historia. La reflexión sobre ello es el ámbito de lo teórico y del marxismo como síntesis que extiende, completa y ha de superar históricamente el continente abierto por Marx, continente aún no totalmente comprendido, cómo aquello del socialismo científico.»

Haz un paréntesis sobre ese aspecto…

El socialismo científico tiene que ver con la aplicación de los avances en las ciencias a las artes emancipatorias. No hay ciencia sin arte, tal como fuera expresado en la famosa tesis 11 en Ad Feuerbach. Hoy y aquí, no se trata de explicar de una u otra forma el capitalismo y el imperialismo, de lo que se trata es de superarlo históricamente. Hoy todos podrán estar de acuerdo en la necesidad histórica de una sociedad post-capitalista. A este proceso real y no a un ideal abstracto y a priori, es lo que llamamos socialismo.»

Se ha escrito y hablado tanto del socialismo…

«Existen muchos mitos, algunos tan absurdos de identificar al socialismo con «planificación económica». Tan absurdo como sería identificar el capitalismo al keynesianismo o al monetarismo u otra variante de la teoría económica, sea aplicando el método vulgar o el método científico. El marxismo, el continente de acción y reflexión abierto por Marx, no es un modelo apriorístico que se tenga que «imponer», es un método histórico de reflexión sobre la praxis real de los trabajadores y los pueblos en el tránsito de superar las condiciones históricas, transitorias, del capitalismo.»

Hay versiones del marxismo que nada envidian a instructivos de mecánica básica…

«Nada dogmático puede ser marxismo, este es el único axioma posible. Si no se fundamenta lógica e históricamente en la realidad concreta entonces no es el método desarrollado por Marx, así de simple. Si se aplica un método que no es capaz de soportar la crítica de la realidad, entonces el método tiene que modificarse. El método mismo es histórico, no es un conjunto de procedimientos escritos de una vez y para siempre. Para poder cumplir con estos presupuestos hay que tomar a los pensadores y las teorías por su lado «más fuerte», para decirlo de alguna forma, y comprender que no existe una ciencia aparte que pueda ser denominada marxismo. El marxismo no es lo que vulgarmente se ha entendido desde las ortodoxias de turno por «socialismo científico». Sería tan ridículo que llegaríamos a decir que existe una geometría burguesa y una geometría marxista. Si esto suena ridículo porque no habría de sonar ridículo hablar de una economía burguesa y una economía marxista o proletaria. La sociología, por ejemplo, como todo el conjunto de las ciencias sociales han sido desarrolladas prácticamente junto con el desarrollo del capitalismo, y esto no puede significar que una ciencia sea burguesa per se. Las ciencias, o el conocimiento científico, son también un campo donde se despliega las luchas de las clases, sus fracciones y alianzas transitorias.»

Frente al método marxista, ¿Qué es lo importante hoy?

«Hay muchos mitos, y hoy lo fundamental es desmistificarlo todo. Todo se evapora decían los clásicos, esto es tan cierto, que si algo no logra evaporarse por sí mismo, acerquémosle candela. Con el marxismo pasa lo mismo, si acaso alguien desde una errática ortodoxia afirma que es en sí mismo una ciencia, entonces pongámosle candela, pues no es lo mismo economía marxista que un acercamiento, un hacer marxismo en la crítica a la economía política y la política económica siguiendo y ampliando el método utilizado por Marx, el método crítico práctico: de lo abstracto a lo concreto.»

Un tema tabú tiene que ver con la pertinencia del Partido de la emancipación…

«Respecto de la concepción del Partido podemos responder sin temor a equivocarnos que es un asunto determinado por las propias condiciones que genera la lucha de clases. En Chile no partimos de foja cero. Por más retrocesos que hayamos experimentado, la experiencia histórica no desaparece ni se desvanece totalmente. El Partido es la condensación de la actividad política de los trabajadores y el pueblo, es su propia obra. Cómo todo, en la lucha emancipatoria de los trabajadores y el pueblo, el Partido no responde a modelos apriorísticos. Es la centralización política de la socialización de las distintas formas de resistencia a la dictadura del capital. Cuando decimos que nuestras concepciones no responden a «modelos» prefabricados, decimos que nuestras concepciones forman parte de la creación dinámica de las condiciones subjetivas del proceso de transformaciones sociales que se despliega desde el pie. Es la borra, el mosto de una fuerza que surge desde la unión de la tierra, el agua, el fuego y el trabajo útil de millones de hombres y mujeres concretos. Para nosotros el centralismo democrático es un contenido y no una forma particular de organizarse, es el movimiento esencial de la nueva sociedad que se gesta en el seno mismo de la sociedad actual. Es la forma más desarrollada de la construcción de un nuevo poder y hegemonía popular, y por tanto, no responde a los viejos cánones y paradigmas formales, partidocráticos, de hacer política. Por ello nuestra concepción de construcción política es parte orgánica de nuestra línea de construcción revolucionaria. Para que se entienda mejor: las formas que ha de adoptar son propias de la superación de las formas orgánicas tal como las hemos conocido hasta ahora. El Partido no es un fin, es un medio para viabilizar las tareas socialistas hoy, por tanto, es un estado mayor dinámico que concentra, prepara, profesionaliza y organiza generalizando las luchas del movimiento real. No inventa las formas de lucha; adquiere la suficiente flexibilidad para adaptarse y generalizar las mejores prácticas emancipatorias. Es producto del análisis concreto de la realidad concreta, es reflexión democráticamente centralizada que pretende adelantarse a los escenarios presentes y futuros de la lucha de clases y se organiza para garantizar su éxito. Hasta aquí nos ha dado resultados, no tenemos duda que lo seguirá haciendo, pues recoge las mejores experiencias de la historia de las luchas de los trabajadores y el pueblo, tanto en Chile, como en la región y el mundo entero. Si tuviéramos que resumir toda nuestra concepción y método tendríamos que decir que se basa en la acción y reflexión más vital que desde el presente como historia genera las condiciones para las transformaciones socialistas en esta formación social concreta llamada Chile, y es el movimiento esencial de toda historia futura. La emancipación social, obra de los propios trabajadores y los pueblos del mundo entero, es la conjunción de las tareas, de lo pequeño a lo grande, que hagan realidad la posibilidad objetiva del socialismo, como fase o período histórico a transitar en un época en que los hombres y mujeres toman conciencia de la necesidad de la erradicación de la actual sociedad de clases. Vivimos la época de la transformación definitiva del mono en hombre. De ahí que tan porfiadamente sostenemos que nuestra internacional es el género humano.»

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.