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El sí de cada no

Nuestras preguntas

Fuentes: Diagonal

Las preguntas suelen estar mejor valoradas que las respuestas, parece que en las preguntas hay una apertura, una capacidad de descubrimiento que la respuesta cerraría. Sin embargo, también las preguntas cierran y si nos las eligen, nos eligen el campo de batalla. En La Tuerka se hizo un programa sobre el aborto y debido acaso […]

Las preguntas suelen estar mejor valoradas que las respuestas, parece que en las preguntas hay una apertura, una capacidad de descubrimiento que la respuesta cerraría. Sin embargo, también las preguntas cierran y si nos las eligen, nos eligen el campo de batalla.

En La Tuerka se hizo un programa sobre el aborto y debido acaso a esta sensación de que el peligro está en las respuestas, sucedió que la pregunta la eligieron otros. Tres a favor y tres en contra retrotrayéndonos a un momento en que parecía admisible debatir si el cuerpo de la mujer era de la mujer o era propiedad del hombre. Si un ministro del PP hubiera sugerido que para abaratar la educación pública sería útil que sólo los chicos, y no las chicas, estudiaran, entonces, para ser ecuánimes, para ser tal como quienes eligen las reglas nos dicen que hay que ser ¿también lo debatiríamos con tres a favor y tres en contra? O si en Europa alguna autoridad plantease establecer como legal lo que parece que es real decretando que sólo aquellas personas cuyos ingresos no alcanzan los cien mil euros anuales puedan ingresar en prisión durante más de unos meses, ¿habrá que discutirlo tres contra tres? No. Habría que luchar.

Entretanto, va llegando el tiempo de empezar a trabajar en nuestras preguntas. Por ejemplo: ¿Nos parece bien poner un límite a la riqueza, un salario máximo, un régimen impositivo terrenal y no paradisíaco a las multinacionales? y, en tal caso, ¿cómo acumularemos el capital necesario para comprar medicamentos, maquinaria o gas cuando se nos nieguen? ¿Qué papel adjudicamos al Ejército, que propuestas tenemos para relacionarnos con él si llega el momento? Cuando deroguemos la ley que dio vía libre a la privatización de la sanidad ¿tomaremos medidas retroactivas? ¿cuáles? ¿Qué instituciones y medios usaremos para distribuir justamente los cuidados? ¿Con que estrategia haremos frente a las presiones de Microsoft y Apple si adoptamos masivamente sistemas de software libre? ¿Cómo lograremos hacer efectivo el derecho al trabajo? ¿Cuál es el orden de prioridades real para poder vivir sin dejar la tierra exhausta? Etcétera. Cuando las discutamos, lo importante no será que haya tres con una propuesta y tres con otra, o seis personas con seis visiones, investigaciones y modelos diferentes, sino indagar en común sobre cómo hacer lo que sí pensamos que debemos hacer.

Fuente:
http://www.diagonalperiodico.net/culturas/nuestras-preguntas.html