Recomiendo:
0

Cronopiando

¡Nunca!

Fuentes: Rebelión

Ignoro qué pueda ser de mi vida en los años que aún faltan por llegar pero sé, porque tiempo y circunstancias cambian, que no obstante mi cultivado ateismo, mi absoluto descreimiento en cuanta divinidad haya conocido, podría, de improviso, verme envuelto en una crisis repentina de hondo escepticismo y acabar mis días rezando, cual converso […]

Ignoro qué pueda ser de mi vida en los años que aún faltan por llegar pero sé, porque tiempo y circunstancias cambian, que no obstante mi cultivado ateismo, mi absoluto descreimiento en cuanta divinidad haya conocido, podría, de improviso, verme envuelto en una crisis repentina de hondo escepticismo y acabar mis días rezando, cual converso arrepentido, a todos los respetables miembros del santoral, incluyendo a Escrivá de Balaguer.

Temo que, en cualquier momento, sin necesidad de que se me aparezca la Virgen de los Inauditos e ilumine mi descarriado y mundanal tránsito por este valle de lágrimas, yo caiga de hinojos y, arrepentido, purgue todos mis pecados hasta volverme inmaculado y puro, porque todo es posible y ejemplos sobran.

O acaso, podría ocurrir, me dé por estudiar a fondo el pensamiento inductivo-analítico de Acebes, y leerme sus teorías y manifiestos, y nutrirme, en sus fecundos saberes, de razones por el resto de mi existencia, porque todo es posible y ejemplos sobran.

Tampoco descarto que acabe justificando la invasión de Irak, los bombardeos de rutina, las guerras preventivas, los daños colaterales, los imperiales bloqueos y todas las intervenciones a que siguen sometidos tantos pueblos, en la esperanza de que accedan por fín al disfrute de gobiernos democráticos y libres, así sea por soberana decisión o por decisión del soberano, porque todo es posible y ejemplos sobran.

Ni siquiera rechazo la posibilidad de que el futuro me sorprenda convertido en un contumaz apologista de la lírica de Jiménez Losantos y camine las calles y las plazas recitando de memoria sus rozagantes palabras, porque todo es posible y ejemplos sobran.

O ingrese en el Ejército y me dedique a marcar el paso y a acumular estrellas y galones, todo sea por la patria, dado mi natural apego a la lógica militar, porque todo es posible y ejemplos sobran.

Pero léanme los labios, óiganme los ojos, escruten mis orejas, repásenme las manos, revísenme las cejas y sepan que ¡nunca!, así me vuelva cura o militar, ¡nunca!, así pierda la escasa vergüenza que aún me sobrevive, ¡nunca!, así extravíe el discreto respeto que todavía me tengo, ¡nunca!, y lo reitero, ¡nunca!, voy a volver a acudir a un banco. ¡Nunca!

Así sea a la guarida principal o a una simple sucursal de asalto… ¡Nunca!

Así sea para conseguir una de sus tarjetas-bomba o para involucrarme en un préstamo-bomba o para solicitar cualquier crédito-bomba… ¡Nunca!

([email protected])