«Primero estuvo Contreras, después estuvo Gordon. Después no sé. El Servicio de Inteligencia era un servicio de mandos medios. Yo era Presidente de la República y como Presidente de la República se me informaba de la seguridad nacional, no de la seguridad chica». (Respuesta de Pinochet a pregunta de si recordaba quién fue el jefe […]
«Primero estuvo Contreras, después estuvo Gordon. Después no sé. El Servicio de Inteligencia era un servicio de mandos medios. Yo era Presidente de la República y como Presidente de la República se me informaba de la seguridad nacional, no de la seguridad chica».
(Respuesta de Pinochet a pregunta de si recordaba quién fue el jefe del Servicio de Inteligencia Nacional.)
Al cierre de nuestra edición, el ex dictador era sometido a un examen de sangre para determinar si hubiese ingerido en las últimas horas algún tipo de medicamento que alterara los resultados de los nuevos exámenes sicológicos, todo esto por orden del ministro Juan Guzmán. En tanto, desde Argentina y aprovechando que Pinochet fue despojado de su último fuero, la jueza María Servini de Cubría solicitó autorización a la Justicia de Chile para indagar al general (R) por su responsabilidad en el asesinato de Carlos Prats y su esposa, perpetrado el 30 de septiembre de 1974 en Buenos Aires. Esta petición la viene realizando desde el 2002, acompañada de la solicitud de extradición de Pinochet que ha sido rechazada dos veces, por lo que ahora espera que sea autorizada su venida a Santiago para interrogarlo personalmente por este caso que en Argentina fue declarado delito de lesa humanidad, por lo que no prescribe.
Las Actas Secretas
A mediados de 1990, El Siglo reveló las Actas Secretas de la Junta Militar, con impactantes publicaciones en varios números basadas en información exclusiva que luego sería entregada a la naciente Comisión Rettig. Ya en esa ocasión, las responsabilidades de Pinochet en cada uno de los crímenes cometidos quedaba en absoluta evidencia, a pesar de que ahora pretenda negarlo.
Un ejemplo claro de que «no se movía una hoja» sin que él lo supiera, es su intervención en la reunión de gabinete del 14 de noviembre de 1973, argumentando sobre lo que sería el primer atisbo de la DINA. La transcripción dice: «la Junta aprobó la creación del Servicio de Inteligencia Nacional, basándose en el convencimiento de que el esquema de los marxistas es siempre el mismo; primero observan, luego infiltran y a los dos o tres años reaccionan por medio de la guerrilla. Esto hay que preverlo con tiempo, por eso se ha organizado este servicio a nivel nacional, que va a trabajar en los diferentes campos. Cree que este servicio va a obtener espléndidos resultados y es por eso que no ha trepidado en autorizar una planta de quinientos agentes. Su intención es infiltrar poblaciones, centros de madres, ministerio, etc. Nada se debe escapar a los ojos de la Junta. No es para oír cuentos, sino para saber lo que el enemigo está haciendo. Porque si no se toman estas medidas, los asesinatos selectivos se van a iniciar a corto plazo y las reacciones y sabotajes también. Todas las medidas que se tomen son pocas. Sabe que tiene gente infiltrada en la torre y que hay una persona que sustrae documentos».
En la misma sesión, el entonces ministro de Agricultura, general Tucapel Vallejos, plantea su inquietud relativa a los boicots que se podrían producir. El texto señala: «Ministro de Agricultura: Expresa que tiene mucho temor que en el verano empiece el sabotaje en las sementeras y pide se den instrucciones a este respecto, pues las pérdidas podrían ser cuantiosas. Presidente de la Junta: Será una preocupación más que se considerará dentro de la planificación que elaborará el Servicio de Inteligencia Nacional».
Miguel Enríquez y Radio Moscú
En la reunión de gabinete del 9 de octubre de 1974, tras un extenso informe de Manuel Contreras sobre la muerte de Miguel Enríquez en calle Santa Fe, el acta señala: «General Pinochet: Esta exposición la considero muy importante y yo quería que la escucharan los señores ministros, y recae sobre la idea de la Oficina de Seguridad con que debe contar cada ministerio con el objeto de examinar al personal que está trabajando en la repartición. Se ha establecido que materias confidenciales salen por Radio Moscú de inmediato. Esta es una guerra sucia. Los señores ministros deben tomar serias medidas de seguridad, escoltas y resguardo de su familia y personal, el gobierno no puede transar con delincuentes.
Como ustedes deben saber tengo un Servicio de Información que me ha hecho saber algunas observaciones tales como: llegada tarde del personal a su trabajo, funcionarios que timbran tarjetas por otros, tertulias después de almuerzo, etc., lo que es necesario corregir».
Sus afirmaciones no tienen nada que ver con las respuestas al juez Guzmán. «Yo era Presidente de la República y como Presidente de la República se me informaba de la seguridad nacional, no de la seguridad chica», asegura hoy, pero ya en noviembre de 1973 en otra de las actas secretas se lee: «Presidente de la Junta: Recomienda a los señores ministros que soliciten a los Servicios de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, que envíen un equipo a revisar sus oficinas, pues tiene la impresión que hay micrófonos en ellas. El ministro de Economía y el señor Almirante Merino dan ejemplos que demuestran lo anteriormente expresado por el señor Presidente de la Junta». Y el 17 de octubre de 1973, en acta firmada por el Coronel Pedro Ewing: «Presidente de la Junta: En los allanamientos que se han hecho se ha descubierto propaganda e incluso gente que pretendía distribuir esta propaganda en los propios ministerios. La cosa sigue igual, este problema ha salido nuevamente a flote. Hace presente que el Servicio de Inteligencia ha proporcionado antecedentes que permiten establecer que hay Jefes de Sección en los ministerios que cuentan con 10 ó 15 personas que, una vez terminadas las actividades diarias, se reúnen en determinadas casas para recibir informaciones. Esto ocurre en todos los ministerios y en otras reparticiones públicas. Activistas hay en todas partes, así que no se molesten los ministros por los allanamientos que continuamente se van a hacer en los diferentes ministerios. Explicó luego que se va a disponer que oficiales y suboficiales movilizados se hagan cargo de los departamentos u oficinas de personal en los diferentes ministerios y reparticiones. Lo mismo en los colegios y escuelas se mandará a suboficiales para cooperar a los directores en la formación de una disciplina, como son las formaciones a la iniciación de clases y entre los recreos».
Bombardeo de NAPALM
En el acta de la sesión del gabinete efectuada el 24 de octubre de 1973, firmada por el Coronel Pedro Swing Hodar, consta: «Señor Presidente de la Junta de Gobierno, acompañado de sus miembros. Asistencia: señores ministros de las diferentes carteras, con excepción del de Trabajo. Hora de iniciación 16:45. (Página 4) Presidente de la Junta: Se refiere a operaciones militares que se están realizando en la zona sur y a su traslado a dicho sector del país en el día de mañana. Las operaciones, efectuadas en conjunto por las 4 instituciones, incluyen la limpieza hasta el Canal de Chacao. Mientras Carabineros y la Armada controlan la frontera y litoral respectivamente, el Ejército, con el apoyo de la Fuerza Aérea, realiza las operaciones de limpieza propiamente tales. Informa también del fallecimiento de un suboficial del Ejército durante una emboscada extremista en los alrededores de un lago del sur y a las acciones de bombardeo (Napalm) de la Fuerza Aérea.
Ministro de Defensa: Manifiesta que recibió una sugerencia del ministro de Economía en el sentido de retrasar en una hora la iniciación del toque de queda en la Provincia de Santiago, con lo que se lograría un mayor rendimiento en las industrias.
Presidente de la Junta: Expresa que por el momento no es posible y que es necesario esperar los resultados de las operaciones que se efectúan en el sur. Una vez conocido esto podrá alargarse el libre tránsito incluso hasta las 24 horas. La Junta está conciente de lo que significa el paralizar las actividades durante la noche. Ello está perjudicando, entre otras cosas, los avances en las obras del Metro. Es necesario esperar aproximadamente cinco días antes de adoptar una resolución en tal sentido.
Ministro del Interior: Hace presente que mientras las tropas actúan en el campo de acción bélico, él ha atacado en el frente interno a fin de tomarse las poblaciones y evitar de ese modo que puedan servir de reductos a los extremistas o entreguen su adhesión a los mismos. Pretende realizar en un día determinado una acción conjunta sobre alguna población, para impactar mediante la solución simultánea de los problemas relacionados con servicios de utilidad pública, vigilancia de Carabineros, colocación de grifos, etc., que sirvan de ejemplo a Municipalidades para continuar esta labor en otras poblaciones. Da a conocer posteriormente una situación producida en una de las torres de la remodelación San Borja en que, durante una operación militar, se tomó como rehenes a varias personas las que posteriormente fueron fusiladas».
En la operación limpieza de la zona sur actuó una «Brigada Antiguerrilla» con más de mil hombres, reforzados con helicópteros Puma. Los coordinadores de la masacre fueron el General Nilo Floody y el Comandante Alejandro Medina Lois, jefe de los comandos de Boinas Negras del Ejército.
Jaime Guzmán, desde los primeros días.
La intervención personal de Jaime Guzmán Errázuriz en las sesiones secretas de gabinete quedó también impresa en las actas, como el 27 de septiembre de 1973, cuando Gustavo Leigh informa: «sobre antecedentes que se han obtenido de interrogatorios a miristas», y «se recibe al Comité de Juristas constituido por los señores Ortúzar, Diez, Guzmán y Ovalle, que asesora a la Junta de Gobierno en materias de su especialidad. El Comité da a conocer un memorándum de las metas fundamentales para la nueva Constitución Política del Estado».
En la del 21 de enero de 1974 se lee: «Siendo las 16:15 horas, se reúne la Junta en sesión secreta para tratar las siguientes materias:
Se recibe en audiencia a los señores ministros del Interior, de Defensa y de Justicia; al señor Presidente del Consejo de Defensa Fiscal; a los Auditores generales del Ejército, de la Armada, de la Fuerza Aérea y de Carabineros, al señor ministro Miguel Schweitzer y al señor Jaime Guzmán».
Teniendo los antecedentes a la vista, luego de conocidos los resultados de los exámenes sicológicos a que fue sometido Pinochet, el ministro Juan Guzmán debería dictar el procesamiento del inculpado, aunque el extraño extravío temporal de la solicitud de los abogados querellantes para que se diera inicio al procesamiento y se incautaran los bienes de Pinochet podría ser una mala señal de lo que viene.
Los reportes matinales del subalterno
«Me reunía con él para que me informara sobre la situación limítrofe que se vivía con Argentina. Por eso me reunía con él para saber lo que había pasado. Esto lo sabíamos nosotros, no así los de más abajo. Cuando hablo de estas cosas me refiero a los ministros, y no a todos. Yo era Presidente, no me iban a informar de cosas chicas.
Me informaban de cosas grandes, como lo de Argentina».
Augusto Pinochet, Santiago, 25 de septiembre de 2004
Luego del interrogatorio de Guzmán Tapia a Pinochet, y conocidas sus respuestas, el ex jefe de la DINA ratificó sus declaraciones en torno a que él dependía directamente del Comandante en Jefe, que se reunían diariamente a desayunar pasando revista a los acontecimientos nacionales y a los avances de la política de exterminio operada por el organismo bajo su mando. También se quejó de que Pinochet lo dejaba abandonado a él y sus hombres, convertidos en chivos expiatorios de sus «servicios a la patria».
«Nos dejó absolutamente solos. Perdió la oportunidad de haber sido un líder, de hacer lo que dijo, que no le tocarían a ningún hombre. No lo cumplió», señaló Contreras a través de El Mercurio, atribuyendo el éxito económico a que ellos habían hecho el trabajo sucio «de parar el terrorismo en Chile. Fuimos el único país que lo eliminó en cuatro años».
En el acta secreta del 9 de octubre de 1974, el propio Contreras entrega antecedentes en la reunión de gabinete: «Se encontró un documento que señala como el Arzobispado ayudó a asilarse al extremista que huyó y estuvo alojado en un inmueble incendiado, el 29 de agosto de 1974 entró a la Embajada de Italia, con la ayuda formal y legal del Arzobispado.
En otro documento se expresa la impresión del Cardenal ante la muerte de José Tohá y en la imposibilidad de hacerle una misa oficial a la que se negó el permiso, la hizo en su casa en Simón Bolívar al llegar a Lyon, a la que concurrieron más o menos 300 personas, con la asistencia de Frei, Jaime Castillo, Domingo Santa María, la mujer de Gabriel Valdés, la colonia española, las mujeres de los detenidos de Dawson y muchos DC.
Otro documento en que Domingo Santa María dice que volvió feliz de su viaje con el Cardenal a Roma, especialmente por el apoyo del Vaticano frente a la petición de la Iglesia de defender los derechos humanos. Santa María y ese sector dicen que la única salida posible es un golpe por parte de los militares de otra tendencia.
En otro documento un jesuita miembro del Comité Pro-Paz informa que Víctor Toro fue sacado de AGA y esto sería para eliminarlo.
Otro jesuita se preocupó de la salida de un sacerdote de apellido Munita o algo así, que trabajaba en la población Lo Hermida y que fue detenido por proselitismo, informa que habiendo llamado a nombre del Cardenal al actual ministro del Interior para consultarle al respecto, este le contestó ‘todos ustedes, los curas son miristas’. El sacerdote fue liberado después en Puchuncaví.
Además el Cardenal estaba exaltado y furioso contra el gobierno, expresando que eran todos unos hipócritas y que era imposible entenderse con ellos».
Por estos días, abandonado por su jefe como se siente, Manuel Contreras Sepúlveda centra su defensa en el caso de la desaparición de Miguel Angel Sandoval en inculpar a Pinochet de dar las órdenes. Juan Carlos Manns, su abogado, argumentó ante la Corte Suprema que su cliente dependía y recibía órdenes directamente de Pinochet como comandante en Jefe del Ejército y gobernante de facto, mientras también intentan que se aplique la Ley de Amnistía dictada por ellos mismos y se termine con el procesamiento por «secuestro permanente» en el caso de los desaparecidos.
Y la Operación Cóndor…
«No me acuerdo y no era problema mío. Yo era Presidente y después estaban los servicios de inteligencia,
eso era cosa, me imagino, de mandos medios. Ni cóndor ni nada de eso era problema mío».
Augusto Pinochet, Santiago, 25 de septiembre de 2004.
En la sesión secreta del 24 de mayo de 1974, Pinochet informa extensamente a los demás miembros de la Junta y al gabinete de su viaje a Paraguay, invitado por el general Alfredo Stroessner, y de una conversación sostenida con el entonces presidente de Argentina, Juan Domingo Perón.
«Presidente Junta de Gobierno: Terminado el viaje a Paraguay habíamos sido invitados a Argentina. Ellos querían hacer aparecer como que nosotros queríamos llegar allá, pero delante del presidente Perón lo manifesté, que él me había invitado y por eso pasaba a conversar con él.
La otra pregunta que me hicieron fue por qué no había invitado a Perón a Chile. Yo les dije que sólo había invitado al presidente Stroessner, pero pasé a B. Aires.
El tema que voy a tratar es muy corto y no es conveniente que se difunda. Con respecto a los refugiados chilenos, Perón me garantizó y me aseguró que no pasarían extremistas a Chile. Por lo extenso de la frontera pasarían unos pocos. Además está haciendo operativos en diversas partes. En estos momentos se iniciaba una acción en Tucumán, habían tomado unos 500 guerrilleros argentinos, actuando muy duro. Les hago presente que nosotros aparecemos como verdaderos ‘angelitos’, pero ellos dicen que es a la manera argentina. No quedan huellas. Durante 4 días han estado operando con empleo de aviación, con carros blindados, con infantería, con policías, gendarmería, con fuerzas del Ejército. Y esto -según me dijo- va a seguir.
Perón está tan convencido como nosotros que el marxista es irrecuperable. Me pidió sí, que le mandara una comunicación donde nosotros le pidamos al gobierno argentino que impida la pasada de refugiados chilenos hacia Chile. Que nosotros lo hiciésemos de forma oficial, conforme al derecho internacional.
En general da la impresión de que el hombre giró, sobre todo contra los extremistas.
El otro tema que me trató, fue una integración de Chile con Argentina. Ese tema lo conozco desde la primera presidencia de Perón. Es un tema que hay que discutirlo mucho, pensarlo y sobre eso mantener conversaciones y nada más.
El tercer punto que me trató fue la reunión de cancilleres de todos los países americanos en B. Aires, a fin de año. Ahí guardé silencio, a pesar de que el canciller estimaba lo contrario. Quedé de estudiarlo con la Junta, ya que asiste Cuba. Yo creo que la conversación con Perón fue bastante satisfactoria».
En la misma sesión, el dictador afirma que «ahí hay tres personajes que están siempre juntos. El presidente Perón, la señora María Estela y el ministro de Acción Social, pero de los tres es López Rega quien manda la nación».
López Rega es el creador de la organización fascista Triple A (Alianza Argentina Anticomunista) que sería la base de los agentes integrados a los servicios de seguridad argentinos tras el golpe militar en ese país. Eran los primeros pasos de lo que sería la internacional terrorista denominada Operación Cóndor.
Los fallos de la Corte de Apelaciones y de la Suprema, en torno a que existen los elementos necesarios para procesar a Pinochet por los delitos cometidos en este caso, han señalado que él «tenía conocimiento cabal» del trabajo de la Operación Cóndor y «que los antecedentes llevan a inferir que es imposible, de acuerdo con una noción básica de soberanía nacional, que en el país se haya efectuado una reunión con representantes de los organismos de seguridad de naciones latinoamericanas, en la que se adopta acuerdos de cooperación e intercambio de información, sin que quien en esos momentos comanda el Ejército y gobierna el país con el título de Presidente de la República, se haya enterado ni dado su aprobación». Además se señaló que «las siguientes informaciones no hacen sino acrecentar las sospechas del conocimiento cabal y directo que Pinochet tenía de cuanto, en lo que aquí interesa, se venía actuando».
En los dictámenes se recuerda que, con la intención de reprimir a opositores a los regímenes militares, «se crea un organismo no institucional que unía a las policías secretas de Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Brasil, Ecuador y Perú, con la finalidad de identificar a todos aquellos sujetos que eran de una u otra manera considerados peligrosos por las policías secretas de tales países. Es así como se reúnen en Santiago de Chile entre el 25 de noviembre y el 1º de diciembre de 1975 los directores de tales servicios o sus delegados, dando inicio a lo que se denomina ‘Operación Cóndor’, que en su primera fase tenía por objetivo el intercambio de información, lo que fue denominado como ‘almacén de datos’ y que funcionaba en Santiago de Chile, por la que se pretendía un intercambio de información sobre organizaciones subversivas e identificación de extremistas y personas contrarias a los regímenes militares dentro y fuera de cada uno de los países».