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Optar por la memoria y la historia

Cuba historia
Fuentes: Rebelión

En el 45 aniversario de la primera graduación de Licenciados en Educación y de la Tercera Graduación del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domench.

El 13 de julio del 1979, nos graduamos los primeros Licenciados en Educación. Dos años antes, el 20 de julio de 1977 los miembros del Primer Contingente del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech recibimos el título de profesores de la enseñanza general media. Los graduados del plan del Destacamento alcanzarían la cifra de 14 374 profesores en los cinco primeros contingentes fundacionales. En los cuatro años que le siguieron la mayoría de los miembros de los contingentes que nos sucedieron también cursaron la licenciatura.

Estos días de conmemoración, han motivado los recuerdos y las emociones, unos y otras resultan acicate y compromiso para re-construir la historia. Develar cómo y por dónde llegamos resulta -en mi opinión-, una valida contribución para pensar y hacer el presente. Y no solo para entender la educación nacional

El Destacamento

Nos convocó Fidel el 4 de abril de 1972. No existían los maestros que se necesitaban. El cambio cualitativo en las condiciones de vida de los cubanos y cubanas tras el triunfo de 1ro. de enero de 1959, produjo un estallido de felicidades y nuevas familias. En las perspectivas de inicios de los años setenta la matrícula de la enseñanza media se proyectaba con un crecimiento muy superior a la planta escolar existente. A su vez la Revolución Educacional había madurado para un salto pluricualitativo sin precedentes en la historia cultural de la región latinoamericana y caribeña.

El Destacamento Pedagógico pensado por el Comandante en diálogo de ciencia con brillantes especialistas procedentes de la primera hornada de pedagogos que se formaron en la epopeya de la liberación, la alfabetización y los primeros planes de formación de maestros y profesores, fue la fuerza decisiva para resolver la problemática demográfica y afianzar el nuevo paradigma formador martiano y fidelista.

Nuestra mística fue la de emular a los héroes que nos habían precedido. Asumimos el nombre de Manuel Ascunce Domenech (1945- 25 de enero 1961) joven alfabetizador de 16 años, torturado y asesinado por las bandas terrorista organizadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos. Manuel se hizo brigadista convocado por el ejemplo de otro joven mártir, el maestro voluntario Conrado Benítez García (1942-5 de enero de 1961), también víctima del terror organizado y financiado desde el país del Norte. Conrado fue expresión además del racismo criminal que incubaba la contrarrevolución.

Es inmenso el orgullo que se siente, la satisfacción que se comparte. Coincidimos en el honor de haber cumplido con Fidel, y entregado buena parte de nuestras vidas a la obra de la enseñanza, y a la construcción y defensa del socialismo desde diversas y no menos importantes tareas. Hoy comprendemos que esas vidas compartidas son esencia y condición de la Revolución.

Mejor de lo que pueda exponerlo, lo proclamó en Santa Clara en el acto por este 45 aniversario nuestra compañera Iris Menéndez Pérez, a nombre de los primeros graduados de Licenciados:

“Sentíamos a Fidel en cada uno de los pasos de nuestro Destacamento, nos preparábamos siguiendo sus ideas sobre la importancia del ejemplo del profesor en la educación y su papel como uno de los principales auxiliares que tiene el Partido para la formación de la personalidad comunista de las nuevas generaciones, nuestros comités de base eran combativos, críticos y autocríticos, nuestra formación académica fue de excelencia; se dio importancia a la investigación…”

“Combatimos por la ética y la calidad de la educación desde nuestros primeros pasos… nuestras principales batallas eran contra el facilismo, el promocionismo y el fraude, también exigíamos que los directivos no menoscabaran nuestra autoridad ante los alumnos, defendíamos nuestras opiniones con firmeza y con la fuerza que nos otorgaba nuestro compromiso y nuestro ejemplo”.

Los protagonistas

Entre 1876 publicaciones en las redes sobre el 45 aniversario, en 48 horas -hasta lunes 15 a las 8:05 am-, venidas de dentro y de muchas otras partes del barrio-mundo, solo he leído una opinión netamente adversa de alguien que escribe arrepentida, y tres que desafortunadamente destilan desatinos, rencores acumulados y desaliento.

Es un derecho de quien fue protagonista pensar que se equivocó y que lo que hizo no valió su dedicación. Es un derecho poseer la lectura del pasado que se desee. Es un derecho cansarse.

Una en publicación en particular me duele muy adentro, porque es de alguien que queremos mucho –y puedo hablar en plural-. Hay quien ha sido objeto de injusticias y malos tratos, y ve el pasado desde los traumas causados y las cuentas pendientes. No siempre logramos sobreponernos a las consecuencias de deslealtades, envidias, y maldades. “Una cosa” es entender que realmente somos hombres y mujeres perfectibles, personas en formación, y “otra cosa” es sufrir en cuerpo, sociedad y dignidad propia, las herencias malditas, las imperfecciones y las deformaciones desatadas… Siempre me ratifico en que Revolución no es madre de nuestras culpas, de las propias, de las de segundos y terceros.

Coincido con los camaradas que consideran que el desertar es una opción indigna.

Si soy de los que antepone el respeto. Estoy contra toda diatriba. Hay una respuesta mejor: Incorporar a la historia estas vidas y opiniones adversas. La historia la hicimos todos y todas más allá de tropiezos, decepciones y deserciones.

Entender los entramados biográficos y los colectivos nos confirmará –no tengo dudas- que lo que hicimos valió la pena, y que la mayoría inmensa de los destacamentistas –los que vivimos en Cuba y los que llevan consigo la patria en otras tierras- sigue en Revolución. LA MEMORIA Y LA HISTORIA, AMBAS SIEMPRE NOS HACEN JUSTICIA.

Nuestros lodos

Cierto que predomina entre nosotros la crítica a la acumulación de desaciertos. Pienso que debemos ver también las rectificaciones y lo nuevo que está en curso en los sistemas de la educación nacional, acercarnos a quienes están en plena obra de realización, y acordarnos de paso sobre cuánto nos equivocamos nosotros a cuenta de no saberes y errores.

Cierto que hay gente contemporánea y gente joven, montada en lo peor que vivimos, a lo que dimos batalla: en el tener sobre el ser, el egoísmo y el abuso, la mercantilización perversa del oficio y el amor a la enseñanza. Ahora con más hálito perverso -en medio del crecimiento de los fenómenos de la corrupción- enfrentamos las mil caras del fraude escolar, que -como menciona nuestra compañera villaclareña- en nuestros años de Destacamento acorralamos, pero nunca se fue.

Cierto que hay blanduras que no podemos admitir y que se nos han colado en la cultura política: Se huye de la contradicción y del juicio recto. Al ladrón hay que decirle ladrón, nos exigía el Comandante Ernesto Che Guevara cuando abordaba autocríticamente –el pecado de la Revolución afirmaba- de concebir la unidad incluyendo a individuos que no eran revolucionarios (https://www.aporrea.org/ideologia/a97955.html https://www.aporrea. org/ideologia/a97955.html). Y aún con las pruebas en la mano, prolifera una suerte de veladores del “diálogo de mesura”, que critican el “irrespeto” de decirle corrupto o mentiroso al “compañero corrupto” o al “compañero mentiroso”…

Cierto que hay cuadros incapaces, con los mismos y renovados dogmas que enfrentamos –y de los que como jóvenes “irreverentes” nos burlábamos-, y peor que los que sospechan de todo y todos, y peor que los que entorpecen y frenan por burócratas incultos y pusilánimes, son los que hoy hierran por la miseria de usufructuar y mantener la cuota de mieles del poder que el pueblo les ha dado en administración. Estos últimos que refiero son contrarrevolucionarios nos envenenan con verticalismos anuladores, clientelismo y doble moral…

Miremos bien

¿Pero miremos bien? ¿Es la del error y la desestructuración la única Cuba que hoy existe? Más: ¿Esa es nuestra Cuba?: ¿Cuánta gente linda y dispuesta sale todos los días a hacer, pelear y amar en resistencia creativa?

Cuánta heroicidad crece cada día en nuestras escuelas, institutos y universidades: Ser maestra o maestro en una primaria, secundaria o preuniversitario resulta en obra de amor infinito. La mayoría de nuestros estudiantes comentaban varios colegas en mi actual Facultad, salen de sus casas todos los días muy temprano, sin desayunar… Y cuanto obrero, trabajador y soldado patriota nos da con su anónima entrega motivos para emular

La resistencia de cada cubano y cubana patriota, de cada familia honesta, que es la de todos y todas, prefigura la Cuba preciosa de luchas y emancipaciones que permanece y asegura, en estos tiempos de incremento del criminal cerco imperialista y crisis interna. Vivo orgulloso de esa Cuba, a esa Cuba me debo.

Los cuadros

¿Y no es de honrar y animar a los cuadros que hoy hacen posible, entre tantos obstáculos, que bien se direccionen los procesos? Dirigir hoy un centro escolar en medio de entornos sociales críticos, con muy pocos recursos, con déficits agudos de maestros y personal docente, preservando cada medio, cada libro, con cortes de energía, colándose el mercado y la diferencia por cada resquicio de necesidad insatisfecha: Esa es una obra de héroes y heroínas. Obra que se multiplica en el tejido inmenso de un país que trabaja y no se rinde.

Considero que nuestros cuadros y funcionarios precisan de respeto, solidaridad, acompañamiento. ¿Cuantos de nosotros fuimos sujetos de dirección? ¿Y lo hicimos siempre bien? Buena parte de nuestra generación continúa en vida laboral: ¿Cuánto más desde el haber vivido y la experiencia, podemos compartir, enseñar, reitero: acompañar? Mejor: Criticar haciendo.

Mientras más respeto demos –y el primer respeto es nuestro aporte eficiente y eficaz-, mientras más colaboración, solidaridad y acompañamiento demos, más estaremos ejerciendo el control popular, la evaluación de quien puede y quiere y de quien quiere y no puede. Más ayudaremos a la profilaxis de las prácticas, los fenómenos y las tendencias negativas, mas desenmascaremos a los sujetos de error y la contrarrevolución.

La herencia fidelista

Fidel está ahí en su última y magistral definición de Revolución. “Cambiar todo lo que deba ser cambiado”, “No mentir jamás ni violar principios éticos”… nos dice el Comandante (http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2000/esp/f010500e.html http://www. cuba.cu/gobierno/discursos/2000/esp/f010500e.html). Pero estás máxima de tanto repetirse, si no las colocamos en confrontación con los sujetos y los hechos concretos, corren el riesgo de convertirse en menciones machaconas, sin garra de convicciones ni fuerza movilizativa,

La elaboración para la nueva situación histórica –para el siglo XXI que se avecinaba- de la categoría pueblo “si de lucha se trata”, quedó prefigurada cuando el Comandante definió el cuadro de batallas de clase, y se refirió a las “poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional”, que debemos estar dispuestos a desafiar y vencer.

Hay que significar, porque no se ha hecho con la trascendencia que ello posee, la mención que hace Fidel a la existencia en el plano interno de poderosas fuerzas antisocialistas. Con la categoría fuerzas el Comandante hace referencia a los fenómenos negativos complejos que tienen hoy a la Revolución en serio peligro de autodestrucción.

No hemos estudiado los procesos de reproducción y actuación de esas fuerzas. No las tenemos catalogadas. No identificamos a sus portadores de manera clara y pertinente. No educamos suficientemente en el combate ético, ideológico y político desde el control popular, el conocimiento y el ejercicio de la ley.

El fidelista mayor, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, siempre ha insistido en que hay que “comprarse” y enfrentar los problemas. Insiste en que nos va la Revolución en la defensa y construcción constante de la unidad (https://www.granma.cu/discursos-raul/2024-01-02/vamos-a-salir-de-estas-dificultades-como-lo-hemos-hecho-siempre-com batiendo-02-01-2024-02-01-20). Y hay quienes se confunden y están los que nos quieren confundir, persiguiendo una unidad de amalgamas y complacencias. Raúl con Fidel y el Che precisa que se trata de unidad desde y con los principios.

Con los pies en la tierra, en continuidad principista con el Comandante en Jefe Fidel y con el General de Ejército Raúl, el Primer Secretario del Partido y Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez nos acaba de llamar en el último Pleno del Comité Central del Partido comunista de Cuba a “enfrentar las tendencias negativas que emergen como mala hierba en momentos difíciles”.

Y no habla el Secretario y Presidente a rima de consigna. La Cuba de construye se arma de un cuerpo legal que en manos del pueblo hará muy difícil la continuidad de silencios y prebendas. Leyes de transparencia y comunicación social, leyes sobre el debido proceso, leyes que desburocratizan el sistema de gobierno… Se modelan las herramientas para un nuevo ascenso del democratismo socialista. Tenemos que aprender a usar estas armas, tan bien como hemos aprendido a disparar con un AK.

Tarea militante

A la puerta de las siete décadas de vida, sistematizar lo que he transitado no solo me resulta una tarea posible y necesaria: Es una tarea militante para la acción.

Con la memoria y la historia no se van a resolver los problemas y retos presentes, pero sin estas el camino no estará suficientemente claro y hasta se nos puede perder.

Cuando en el verano de 1972 llegamos a las escuelas a medio hacer, allí estaban los Seguidores de Camilo y Che, los jóvenes de la Columna Juvenil del Centenario y muchos más contingentistas de la construcción, con ellos aprendimos a tirar mezcla…, en las Cátedras nos fundimos con otros jóvenes también en formación “los Mella”… y nos encontramos vestidos de sabiduría a nuestros profes, muchos poseedores de la gloria y la experiencia de las brigadas de alfabetizadores… y qué decir de los estudiantes, que tanto nos aportaron y exigieron. Nos sentimos émulos de los “rebeldes”, de los combatientes de Girón y la lucha contra bandidos, de los macheteros “millonarios”, de los jóvenes de las “obras de choque”, del Che Guevara y los primeros contingentes de combatientes internacionalistas … Aprendimos y nos multiplicamos y forjamos en trabajo honrado y la dedicación. En admiración y respeto por los demás, en conciencia de masas en democratización. Y esa historia de formación comunista en aprendizaje constante debemos recuperarla y transmitirla.

Frente a los defensores de lo políticamente correcto, contra burócratas, dogmáticos y fraudulentos, los destacamentistas perdimos de muy jóvenes o nunca tuvimos miedo a “las consecuencias” de nuestros actos en Revolución. Desde las brigadas de la Federación de Estudiantes Universitarios, en los Comités de base de la Unión de Jóvenes Comunistas, engrosamos no pocos las filas de “los problemáticos”. Y hoy tenemos que seguir de “problemáticos”.

La Revolución hay que continuar peleándola en el movimiento de las ideas y en el movimiento de nuestro diario hacer ciudadano y profesional, en el barrio y en el puesto de trabajo, en la práctica social revolucionaria, en la gente masa y en la gente individuos, los dos escenarios donde las ideas definitivamente triunfan.

Y claro que la derrota existe como posibilidad y realidad. Pero HE OPTADO POR LA MEMORIA Y LA HISTORIA porque me confirman que el no renunciar a la tozudez en la esperanza, que el no acobardarse -aún en las peores circunstancias-, que el buscar continuamente con optimismo el cómo trabajar mejor, resistir y vencer, es ya una victoria.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.