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Declaración V Cumbre nacional por la Paz

Organizarse para las luchas por venir y forjar un estado decente y una sociedad justa

Fuentes: Rebelión

El silencio de las armas es un paso indefectible, necesario y práctico al camino de la paz, pero no es la paz. Ésta tiene su escenario en la posguerra, mediante un proceso de construcción sostenido y sostenible. La paz implica rescatar para los ciudadanos la red hospitalaria del país; significa que obre el valor de […]

El silencio de las armas es un paso indefectible, necesario y práctico al camino de la paz, pero no es la paz. Ésta tiene su escenario en la posguerra, mediante un proceso de construcción sostenido y sostenible. La paz implica rescatar para los ciudadanos la red hospitalaria del país; significa que obre el valor de la justicia a través de una administración de justicia que no discrimine a los ciudadanos por sus condiciones económicas, sociales, culturales, políticas y similares.

La paz conlleva revisar el perverso modelo económico del país que puso a hombres y mujeres al servicio de la economía del mercado, modelo que debe ser reemplazado, porque los mercados no tienen ni alma ni corazón, para poner al contrario la economía al servicio de las personas en consonancia con lo que marcó la Asamblea Nacional Constituyente, al afirmar que Colombia sería un Estado social de derecho.

La paz significa la eliminación del extractivismo que desplaza poblaciones, acaba territorios y destruye la naturaleza. La paz significa no trazar igualdad entre desiguales, porque eso genera mayor desigualdad y, en consecuencia, buscar mecanismos alternos, dosificados para el acceso de diferentes capas de la población a los centros de bachillerato y las universidades colombianas.

La paz significa una política de empleo que no esté maquillada por el inmenso número de personas que están trabajando en oficios de la economía informal. La paz significa en consecuencia que abramos esta democracia y que la impulsemos con una especie de expresión horizontal de la misma, con base en los consensos, en las consultas y en decisiones que cuenten con la inmensa mayoría del apoyo de los colombianos.

La paz significa que en lugar de seguir librando la famosa guerra contra las drogas, se le dé reales oportunidades en estrategias, acciones y políticas a los campesinos pobres para que democratizado el campo desarrollen un modelo democrático de producción y distribución de alimentos en contravía de las Zidres que propician la concentración de la tierra y la inversión de los grandes capitales nacionales y extranjeros.

La paz significa que la academia pueda estudiar criticamente los problemas del país y presentar soluciones, sin ser sometida a una cacería de brujas y a una persecución feroz como la que hoy mantiene tras las rejas al insigne profesor Miguel Ángel Beltrán y que ha exiliado, asesinado y encarcelado a otros académicos que han propuesto un país diferente.

La paz generará una nueva forma de hacer política distinta al aprovechamiento de las redes de clientela, el condicionamiento de los dineros de los contratistas, los chantajes burocráticos y el soborno en las registradurías. La paz significa cercenar la inequidad y enaltecer la justicia… «La paz es un derecho y un deber de cada ciudadano».

Por lo anterior el fin de la guerra es un camino hacia la construcción de la paz; camino que debemos transitar juntos, organizados, con la firme decisión de no descansar hasta que una nueva Colombia sea la Plaza libre donde puedan jugar, crecer y desarrollarse nuestros hijos y nietos, donde los padres no sufran el penoso tormento de enterrar a sus hijos y donde el miedo no sea una constante que desplace esperanzas por incertidumbres.

En consecuencia:

1. Damos un parte de victoria de la V Cumbre Nacional por la Paz, realizada en más de 99 ciudades del país, apoyada por una red amplia de universidades privadas y públicas y por múltiples organizaciones y movimientos sociales.

2. La V Cumbre insta al Gobierno Nacional y a la insurgencia de la Farc a concluir en el menor tiempo posible los acuerdos que hagan viable la firma del final del conflicto militar interno y la puesta en marcha de la implementación.

3. La V Cumbre demanda de manera perentoria al Gobierno Nacional y a la insurgencia del ELN a definir, a concretar, la conclusión de la fase exploratoria y a instalar a la mayor brevedad posible la mesa de dialogo de fase pública.

4. La V Cumbre registra con satisfacción las jornadas cívicas y de expresión de protesta que se desarrollaron en todo el país y destaca que el ambiente ciudadano, pacífico de la protesta es la manera adecuada de tramitar los conflictos sociales hacia futuro.

5. La V Cumbre se opone a la ley que aprobó las Zidres; apoya la demanda presentada ante la Corte Constitucional y propugna por una real democratización del campo sin extractivismo.

6. La V Cumbre convoca desde ya la realización dentro de un año de la SEXTA CUMBRE NACIONAL POR LA PAZ, la que podría ser la primera cumbre que se desarrolle en un contexto de una Colombia que haya puesto punto final a la guerra.

7. LA V CUMBRE NACIONAL POR LA PAZ advierte a los diversos sectores de la sociedad colombiana víctimas del marginamiento, la inequidad y la exclusión a rebasar el mero marco de la protesta y de manera perentoria a organizarse para así poder ordenar las luchas por venir y forjar un Estado decente y una sociedad justa.

Universidad Libre, Cali marzo 18 de 2016.