Amanecí pensando en el justo repudio universal por la masacre de Charlie Hebdo. Y me pregunto: ¿Por qué en Colombia, donde la derecha intolerante, en contubernio con organismos del Estado, exterminaron un Partido Político, unas 5000 personas, entre ellas candidatos presidenciales, senadores, representantes, diputados, concejales, alcaldes, nunca se hizo una manifestación del tamaño y representatividad […]
Amanecí pensando en el justo repudio universal por la masacre de Charlie Hebdo. Y me pregunto: ¿Por qué en Colombia, donde la derecha intolerante, en contubernio con organismos del Estado, exterminaron un Partido Político, unas 5000 personas, entre ellas candidatos presidenciales, senadores, representantes, diputados, concejales, alcaldes, nunca se hizo una manifestación del tamaño y representatividad de las que se produjeron en París y en toda Francia rechazando la masacre de 12 ilustres periodistas? ¿O es que esta masacre tiene mayor significado porque con ella se acalló el derecho a la libertad de expresión? A la Unión Patriótica este derecho fue el que se le violó, se le arrebató.
Hablando del derecho a la libre expresión, ¿qué tal si sumamos los periodistas asesinados en Colombia por expresar sus pensamientos independientes u opuestos al gobierno? Con Manuel Cepeda Vargas, Jaime Garzón, Guillermo Cano, Jorge Enrique Pulido, Orlando Sierra, apenas estaríamos iniciando la lista de la monumental masacre de periodistas colombianos quienes merecerían un reconocimiento mayor, toda vez que aquí nunca se irrespetaron las creencias religiosas de nadie. Si bien el concepto de masacre no se aplica en el caso de homicidios individuales, aquí no se esperó a que estuviesen reunidos para asesinarlos, no fue en grupitos, se seleccionaba la víctima y pum. Una masacre acumulada.
Lo ocurrido en Francia está atravesado por múltiples intereses políticos y económicos por parte de las potencias imperialistas, entre otros la obtención del petróleo. Otro crimen atroz para justificar invasiones y guerras absurdas, especialmente en el Medio Oriente. Y para hostigar a Venezuela y tratar de someterla con la baja de los precios del petróleo.
Como bien estamos advertidos desde hace decenios: «Estados Unidos no tiene amigos sino intereses». Recordemos el autoatentado de la torres gemelas y la posterior invasión a Irak. O no fue así con el talibán Bin Laden, exagente de la CIA? Ellos crean y entrenan individuos, los utiliza luego como carnadas y pescan lo que desean. Cuando crece el muchacho y se enfrenta a su progenitor ahí está el pretexto para invadir, bombardear, arrasar y obtener la utilidad deseada. Practican con exceso de astucia las enseñanzas de Maquiavelo, de Goebbels, de Kissinger.
Lo mismo hacen en Siria, a cuyo gobierno legal le crearon una oposición extremista, en nombre de la libertad. El Estado Islámico es creación de Estados Unidos que lo arma y protege. ¿Seguirá amparándolo o lo atacará? Bajo las creencias extremistas del Islam entrenaron la soldadesca afgana para derrotar la Unión Soviética en los 80.
Igual ocurre en Venezuela, invocando la libertad de empresa, promueven el acaparamiento de los productos y mercancías de primera necesidad para que el pueblo se rebote y tumbe el gobierno revolucionario bolivariano.
Tardará varios siglos la erradicación de los radicalismos religiosos de todo tipo, estimulados por el Imperialismo para dominarnos, pero no será mediante las armas físicas sino mediante las facultades intelectuales, repletas de conocimientos científicos, como los seres humanos erradicarán la ignorancia.
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